Almorzar es cada vez más costoso para los trabajadores de Colombia. Al menos eso sugiere el aumento drástico que ha tenido el precio del popular almuerzo corriente o “corrientazo”, la alternativa de aquellos que no tienen el tiempo o la habilidad culinaria para preparar la comida más importante del día.
Según cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), el precio del corrientazo aumentó un 14,7 % en los últimos doce meses y representó el 10 % del total de la inflación de marzo de 2022. En este momento es casi imposible conseguir uno de estos almuerzos por menos de diez mil pesos —dos dólares y medio—.
Además, aunque los corrientazos se caracterizaban por servir porciones generosas, principalmente de carbohidratos y sopas, ahora también se reducen ante el alza de precios en productos como la yuca (que aumentó un 85,14 %), la papa (110,22 %), el arroz (0,54 %)y el plátano (82,57 %).
Según Juan Daniel Oviedo, director del Dane, esta alza en el precio del corrientazo superó el récord histórico de aumento que se había dado en febrero de 2017. Además, advirtió que este almuerzo popular es el producto que más está afectando la cifra de inflación, que se ubicó en un 1 % en marzo y alcanzó un 8,53 % anual.
De forma específica, la comida por fuera del hogar aportó 13 puntos básicos al comportamiento de la inflación. Un 10 % fue aportado por el popular corrientazo, mientras los tres puntos restantes corresponden a comidas rápidas, como las arepas, hamburguesas y empanadas.
Según Oviedo, el aumento de precio de los servicios de aseo y electricidad también impactan a las empresas y ese costo es asumido en el consumidor final del producto, que en este caso es un comensal con mucha hambre y poco dinero.
De acuerdo con la entrevista que Oviedo concedió a la emisora Blu Radio, el alza en los precios de los alimentos tienen dos orígenes. Uno de ellos es el alza en los costos de la producción agropecuaria, que se ve afectada por factores externos como la invasión de Rusia a Ucrania —una de las principales exportadoras de fertilizantes del mundo— y el alza en el precio de los commodities, como el maíz y la soya.
El segundo factor tiene que ver con las condiciones climáticas altamente inestables de los últimos meses. Además de las inundaciones y deslizamientos que el invierno ha causado en el país, los productores de frutas han enfrentado pérdidas en sus cosechas, especialmente de frutos cítricos, que requieren ambientes templados para madurar.
Sobre el primer factor hay cierta capacidad de agencia y el Gobierno nacional ya tomó acción, puesto que se anunció un decreto para reducir los aranceles a los insumos agropecuarios y reducir el impacto de las alzas en el consumidor final.
No obstante, Oviedo advirtió que los resultados de estas medidas no serán inmediatos: la oferta de alimentos que se genere tras esta medida se vería reflejada en los precios a mediados del año, cuando broten las cosechas, de modo que el precio podría seguir aumentando durante abril y mayo.
Comportamiento del IPC
Para marzo, el índice de precios al consumidor (IPC) tuvo una variación del 1 %, indicador que fue cerca del doble del mismo mes de 2021, cuando se ubicó en 0,51 %. Además, la inflación en el corrido del año, es decir, al corte del primer trimestre, se ubicó en 4,36 %, frente a un indicador de 1,56 por ciento de un año atrás, es decir, casi tres veces.
SEGUIR LEYENDO: