Tras la muerte de Alcibíades Moreno, quien era vocero de los guaqueros artesanales en Muzo, quien lideró iniciativas para que los miembros de las comunidades vinculadas al sector trabajasen en las zonas estériles o sobrantes de las multinacionales radicadas en dicha región, líderes sociales hicieron un llamado a las autoridades para que protejan sus vidas ante el surgimiento de amenazas contra ellos surgidas en las últimas semanas.
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“Nosotros con anterioridad hicimos las denuncias de las amenazas que nos hacían por nuestro trabajo con la comunidad y nada hicieron por nosotros y hoy es triste ver como ya no está nuestro compañero, asesinado en su casa por manos criminales que no pensaron que dejó tres hijos solos”, indicó un documento firmado por varios actores del sector remitido a la Policía, la Unidad Nacional de Protección (UNP) y la Procuraduría General de la Nación, citado por El Espectador.
Las exigencias para preservar sus vidas son específicas: transporte y acompañamiento de la Policía Nacional en su jornada, con el fin de evitar más pérdidas humanas en Muzo, una zona reconocida internacionalmente por sus esmeraldas pero también por las distintas “guerras verdes” ocurridas en su territorio.
De esta manera, los firmantes hicieron saber de sus necesidades a las autoridades: “No queremos llorar otro compañero más y no queremos ver más hijos sin sus padres. Nosotros somos gente de paz y acá existimos estos colombianos que también merecen vivir tranquilamente”.
El asesinato de Alcibíades Moreno elevó los riesgos de guaqueros y barequeros en esta zona del centro de Colombia, pero las alertas no han sido obstáculo para que los familiares del líder social clamen por justicia. Luego de los hechos, el coronel Giovanni Puentes, aseguró que unidades de la Policía y la Fiscalía “aún continúan adelantando labores de campo para recolectar las evidencias para dar con el paradero del o de los asesinos”.
Pese al reclamo de líderes sociales por preservar sus vidas, el negocio de exportaciones de la gema está en alza, tal y como lo reportó DANE en el pasado mes de febrero.
La demanda internacional no solo ha permitido que se registre un alza del 35 % de las exportaciones de las esmeraldas colombianas, sino que significa una cantidad que es tres veces superior a la registrada durante 2020, año en el que las ventas se vieron afectadas por la pandemia.
En términos económicos esto representa ventas de más de 129 millones de dólares, una cifra bastante superior a los 42 millones reportados en 2020 que representaron, según Guillermo Galvis, presidente de la Asociación Colombiana de Exportadores de Esmeraldas (Acodes), una contracción en las exportaciones.
En aquel entonces se registró el comportamiento más negativo de la historia en la industria, con una caída de más de la mitad en ventas del mineral en bruto y 69 % de reducción en las exportaciones del producto tallado.
Por esto, aunque no hay registros consolidados de la producción de esmeraldas en 2021, el Ministerio de Minas y Energía (MME) estima que la extracción estuvo en el orden de los 1,7 millones de quilates, cifra superior a la de 2020 que fue de 1,5 millones de quilates.
“La creciente demanda de productos de lujo a nivel global que ha venido de la mano con la reapertura de las economías (como es el tema de las joyas), ha permitido en el último año que el sector esmeraldero atraviese un buen momento, que está siendo impulsado por altos niveles de consumo, donde han vuelto a verse subastas de estas piedras y el apetito por estas ha resurgido en los países asiáticos”, explicó Nicolás Arboleda, líder del área de minería y metales en Baker McKenzie para PORTAFOLIO.
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