A partir del próximo 14 de abril las motocicletas en Bogotá no podrán llevar parrillero o pasajero desde las 7:00 de la noche hasta las 4:00 de la mañana del día siguiente, de viernes a sábado. Se trata de una medida de la Alcaldía que busca impactar los hurtos y los homicidios en la ciudad, que desató la oposición de los usuarios de ese tipo de vehículos y que no cuenta con suficiente respaldo técnico.
No es una medida nueva. Cali ha sido una de las ciudades que más utilizado ese tipo de restricción, desde 1994 por lapsos, para combatir el crimen urbano, pero los resultados varían. Durante el primer semestre de 2019 la mantuvo como una tradición, pero el secretario de seguridad, Andrés Villamizar, decidió levantar la restricción porque las cifras mostraron que “lamentablemente los delincuentes mutan su accionar”, citó el diario El País.
Según explicó, la medida se adoptó porque los delitos denunciados involucraban principalmente a un parrillero en motocicleta. Pero tras el primer semestre de restricción, y cerca de 700 comparendos, los delincuentes empezaron a utilizar varias motocicletas solo con conductor, o carros para cometer hurtos y homicidios en la ciudad.
En el 2020 y 2021 se volvió a adoptar, ya bajo una nueva administración. Según dijo el secretario de Seguridad y Justicia, Carlos Alberto Rojas Cruz, porque los informes estadísticos del Observatorio de Seguridad de Cali “específicamente respecto a homicidios y hurtos presentados para 2020 con todas sus variables, evidencia una reducción en la comisión de esos delitos por parte del pasajero que utilizara la motocicleta como medio de transporte”, citó el diario El Tiempo.
Aunque el alcalde Ospina insiste en que es una medida que la ciudadanía exige en esa ciudad, así como Claudia López, en Bogotá, asegura que se trata de un sacrificio necesario; los expertos coinciden en que no hay evidencia del impacto en la comisión de delitos al restringir el uso de pasajeros en motos.
El Centro de Estudios sobre Seguridad y Drogas (Cesed) de la Universidad de Los Andes recordó un análisis realizado por los investigadores Eduard Martínez, Michael Weintraub y Leonardo Bonilla, titulado Restricciones a motocicletas y sus efectos sobre el crimen en Colombia. Ellos analizaron los resultados de ese tipo de restricciones al uso de motocicletas que han hecho parte de las estrategias de seguridad en más de 25 ciudades del país.
De acuerdo con las cifras del análisis (2019), aproximadamente el 16 % de los hurtos y el 21 % de los homicidios involucraron delincuentes movilizados en motocicletas, razón por la cual se adoptaron medidas contra ese tipo de vehículos.
Entre las conclusiones señalaron que la restricción de parrillero hombre, que fue analizada en Barranquilla, presentó una reducción en la zona donde fue implementada, pero a su vez un aumento en otras zonas de la ciudad, por lo que el delito se desplazó espacialmente para evitar la restricción. Sin embargo, la reducción en la zona afectada fue equivalente a un 50 %.
En Neiva, donde se restringió el acompañante en moto durante un periodo del día, no impactó la comisión de delitos. En Cartagena no mostró impacto en hurtos, pero sí en negativos respecto a los homicidios, aunque no estadísticamente significativos.
Así mismo, concluyen que los resultados no se mantienen en el tiempo en magnitud y significancia por más de 6 meses y en algunos casos solo 3. “En general las restricciones a motocicletas no logran reducir sustancialmente los delitos. De las 6 restricciones estudiadas, solo tres tienen efectos negativos y significativos e incluso en estos casos los efectos estimados no son persistentes en el tiempo o no son robustos a diferentes especificaciones”, señalan los autores.
El análisis sostiene que para implementar las medidas se deben analizar resultados en otras ciudades o en restricciones previas, así como evaluar los costos que implican para las personas que se movilizan en motocicletas, pero también para la vigilancia y cumplimiento de la restricción en el empleo de la Policía, en función de la reducción del delito.
Hasta el exsecretario de Seguridad, Hugo Acero, experto en el sector pero cuestionado por sus resultados en la ciudad, se opuso a la medida de López. “No he estado de acuerdo con la restricción del parrillero, ni como funcionario, ni como ciudadano. He estado de acuerdo y promovido el uso del chaleco reflectivo para motociclistas y pasajeros, inclusive para ciclistas, es una medida que protege la vida e integridad”, sostuvo.
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