Para entender la importancia del Tesoro Quimbaya y el porqué de la necesidad de mantenerlo en el país, hay que decir que esta colección está compuesta por 122 piezas, siendo uno de los más importantes de la época precolombina al mostrar la riqueza intelectual y material de esta tribu.
Narigueras, collares, pendientes, coronas, vasijas, instrumentos musicales y poporos componen este compendio de piezas de oro que han distinguido a los quimbayas del resto de comunidades indígenas que existieron antes de la época de La Conquista. Fue hallado después de aquel 1878, año en que se fundó el municipio quindiano de Filandia, con el objetivo de buscar tierras fértiles para trabajos agrícolas.
Doce años más tarde, en 1890, un grupo de guaqueros descubrieron varias piezas en un tramo de la vía que comunicaba a la joven Filandia con el pueblo de Quimbaya, todas ellas enterradas en lo que parecía ser dos tumbas indígenas. Era un hallazgo fundamental para la historia de Colombia, pues robustecía su riqueza cultural con relación a las primeras comunidades que habitaron las tierras que, luego de la llegada de Colón, fue conocida como el Nuevo Mundo.
Pero lo que ocurrió después fue más una pérdida que una ofrenda, todo patrocinado por el presidente de aquel entonces, Carlos Holguín (1888-1892). En su último año de mandato esta colección, denominada Tesoro Quimbaya fue dirigida a la reina María Cristina de Habsburgo para ser exhibida en el marco de los 400 años del Descubrimiento de América, celebrados en Madrid. Posteriormente, y bajo iniciativa del mandatario, todas las piezas fueron obsequiadas a la reina por el papel mediador de España en las relaciones entre Colombia y Venezuela y el conflicto limítrofe del que este país salió mal librado.
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El proceso que ha quedado en nada para recuperar el Tesoro Quimbaya
130 años han pasado desde que el tesoro no ha vuelto a sus tierras de origen, donde fue fabricado y enterrado por sus creadores. Sin embargo, en octubre de 2017, la Corte Constitucional tuvo en cuenta la tutela interpuesta por Antonio José Rengifo (profesor de la Universidad Nacional) y Felipe Rincón Salgado, donde afirmaban que la entrega de esa colección por parte del presidente Holguín era ilegal, y en caso de que al alto tribunal les dé la razón y consideren sus argumentos, el Estado colombiano tendrá que reclamar cada una de las piezas que conforman ese tesoro.
En efecto, la Corte falló en favor de aquella acción popular a través de la sentencia 649 de 2017, le ordena al ejecutivo nacional realizar las diligencias necesarias para repatriar, mediante la Cancillería, el tesoro que es considerado uno de los patrimonios más importantes hallados en Colombia. Pero a pesar del pedido, el gobierno saliente no hizo tales tareas, y el entrante menos.
De hecho, en 2020, la Academia de historia de Quindío radicó una solicitud formal al presidente Iván Duque para que agilizara los trámites de repatriación, en cumplimiento con lo establecido en la sentencia. Y es que de acuerdo con varios académicos y antropólogos, con la ausencia de ese material en el país se pierden investigaciones importantes sobre la comprensión arqueológica de la tribu Quimbaya, además del simbolismo que representa para la Nación.
En respuesta a esta petición, el Gobierno de España afirmó, por primera vez desde el fallo de la Corte, que no devolverá el tesoro, argumentando que este es, ahora, un bien nacional de interés cultural que impide una “enajenación o exportación”. Además, indicaron que las piezas pertenecen a los fondos del Museo de América, en Madrid, lugar donde ahora reposa la colección desde que fue entregada por el presidente Holguín Mallarino.
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