En el mes de febrero el Consejo Comunitario General del San Juan (Acadesan) denunció el desplazamiento forzado de las comunidades de San Agustín y Buenas Brisas en Sipí y Negría en Istmina. Según informó Acadesan, los miembros de las comunidades fueron ubicados en resguardados en uno de los consejos comunitarios del departamento, en la búsqueda de su seguridad y restablecimiento de derechos.
“Denunciamos que continúa empeorando la situación de violación de derechos humanos de las comunidades negras de Acadesan en los municipios de Istmina, Sipí, Nóvita, Medio San Juan, y Litoral del San Juan (Chocó), por cuenta de las acciones de los actores armados (tanto de los ilegales como de los legales)” se puede leer en un comunicado que publicó Acadesan, el Consejo también agregó que la situación es delicada pues en un mes fueron desplazadas aproximadamente 150 familias; en Negría, 53 familias; en Paimadó, 4 familias, en Barranconcito, 17 familias; en San Agustín, 51 familias; en Las Brisas del Litoral, 5 familias y en Tordó aproximadamente 17 familias.
Además, se tiene registro de que desde el 14 de febrero, según la denuncia, por lo menos 39 comunidades están en riesgo de confinamiento por enfrentamientos entre el Clan del Golfo y el Eln en el Litoral del San Juan: Cabecera, Cuéllar, Malaguita, Palestina, El Coco, El Quícharo, Taparal, Los Perea, Las Delicias, Munguidó, Pangalita, Barrios Unidos, Bella Victoria, Las Peñitas, Las Brisas, Tordó, Copomá, Puerto Murillo, Guachal, Corriente Palo, Cucurrupí. En San Juan las comunidades de Dipurdú, La Unión, Bebedó, Calle Fuerte, Paimadó, Fugiadó; en Istmina las comunidades de Panamacito, Monte Bravo, Cocové, Nuevo Amanecer, Potedó, Trapiche, Perrú, Chaquí, Primavera; y en Sipí Charco Largo, Barrancón, Charco Hondo también están confinadas por los enfrentamientos.
Pese a las denuncias tanto del consejo como de la iglesia católica, la respuesta de las autoridades fue lenta y cuestionada por lo que se llamó a un comité de justicia transicional, en el espacio salieron algunas declaraciones que comienzan a crear dudas y preocupación.
La intervención que más llamó la atención fue la del mayor Jorge Arévalo Cardoso, donde según El Espectador, aseguró refiriéndose al frente Jairo de Jesús Durango de las Agc o Clan del Golfo, que los miembros de ese grupo ilegal contaban “con entrenamiento, teniendo en cuenta que en su mayoría son reservistas o soldados profesionales retirados, y la estrategia utilizada por este grupo ha sido enviar a prestar servicio a sus futuros combatientes y una vez terminen el servicio militar ingresan a la estructura armada, como también soldados profesionales que se retiran de la fuerza”.
Al pronunciamiento del integrante del ejercito se le suma que existen diferentes actores que han manifestado su preocupación, pues consideran que en el departamento del Chocó el ejército solo esta mostrando resultados frente al Eln mientras que estructuras como el Clan son ignoradas y su crecimiento continua sin ningún impedimento estatal.
“En los caseríos saben quiénes son unos y otros, y los ven juntos, en Puerto Meluk están juntos unos y otros, en los ríos están los retenes, que ellos llaman ‘puntos’, entonces el Ejército sabiendo dónde están, ¿por qué no hace nada?”, contó el sacerdote Albeiro Parra al diario colombiano y agregó “Ese es el miedo que tienen ellos, que Otoniel hable y diga cuáles son los altos mandos que están en alianza con ellos. Son verdades que nadie quiere decirlas, ni dar testimonio”.
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