Retiraron al comandante de la Policía de Pereira por el señalado montaje de una ‘olla’ de drogas en la casa de una abuela de 93 años

El coronel Aníbal Villamizar fue separado del cargo luego de que se demoliera la vivienda en un evento del Ministerio de Defensa y que presidió el propio titular de esa cartera Diego Molano

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Familiares de la mujer de
Familiares de la mujer de 93 años denuncian que la policía hizo un montaje para hacer parecer la vivienda como un sitio de expendio de estupefacientes. Foto: Ministerio de Defensa

El retiro de su cargo del coronel Aníbal Villamizar, comandante de Policía en Pereira (Risaralda), en el eje cafetero, fue la primera consecuencia que tuvo el señalado caso de lo que sería un falso positivo judicial en esa ciudad, donde la vivienda de una abuela de 93 años fue demolida en un evento del Ministerio de Defensa, luego de que las autoridades aseguraran que allí funcionaba un expendio de estupefacientes y que era también una guarida de atracadores que tenía azotados a los residentes del barrio La Libertad.

Según fuentes de la Policía que consultaron en la revista Semana, Villamizar, fue relevado de su cargo por las presuntas irregularidades que hubo alrededor de la demolición de la casa de la adulta mayor y que el propio ministro, Diego Molano, presidió el pasado viernes 18 de marzo.

Entre tanto en el periódico El Tiempo, recordaron que por este hecho, el mismo alcalde de la ciudad matecaña, Carlos Maya, solicitó la investigación de lo ocurrido, por lo que se desplazó hasta esa ciudad una comisión disciplinaria de la Policía.

“En un país decente las personas que lideraron el operativo de la demolición del presunto falso positivo, deberían hacerse a un lado, para que la investigación avance y le dé tranquilidad a todos los pereiranos”, destacaron de lo que dijo el mandatario local.

En el informativo de televisión Noticias Uno señalaron el pasado fin de semana que los familiares de la adulta mayor denunciaron que la Policía, previo al evento de seguridad que presidió Molano, llevaron a cabo un montaje en el que incluso participaron habitantes de calle para que el lugar pareciera un sitio de expendio de estupefacientes.

“Ella estuvo siempre pendiente de su casa y no quería salirse de allá”, contó en el noticiero Carlos Andrés Sánchez, uno de los nietos propietaria de la vivienda.

En ese medio indicaron también que la adulta mayor aceptó, hace un mes, ser trasladada, por su demencia senil, a un hogar de paso por la Alcaldía de Pereira y la vivienda pasó a ser vigilada por uno de los hijos de la mujer, que también es un adulto mayor.

Mientras que en la emisora RCN Radio, el nieto de la mujer afectada señaló que si bien había una orden de demolición de la casa, este proceso se daba porque la vivienda tenía amenaza de ruina, pero no por estar vinculado al tráfico de estupefacientes.

“Efectivamente el viernes nos dimos cuenta que la casa la estaban demoliendo por ser una olla desde hace 10 años, cuando nosotros tenemos papeles que dicen que la casa nunca estuvo por narcotráfico, sino simplemente por deterioro y por colapsar. Incluso hasta mi abuela vivió hasta hace un mes ahí y se la llevó la misma alcaldía para un hogar de paso en La Florida”, dijo Sánchez en esa emisora.

No obstante, el ministro Molano aseguró que se trataba de una guarida de atracadores, expendedores y consumidores de estupefacientes.

“En un sitio de consumo se generan zonas de miedo. Estoy seguro que en la noche nadie quería pasar por acá. Al adulto mayor le da miedo, los papás que tenían que cruzar por el barrio La Libertad les daba miedo”, aseguró el funcionario, cuando hablaba de este supuesto resultado del Plan 1.000 Contra el Microtráfico.

Pero días previos al evento, según señaló el nieto de la adulta mayor afectada, miembros de la Fuerza Pública acudieron a la vivienda, y con su autorización y la de su padre, ingresaron para hacer unas imágenes del interior de la casa. Sin embargo, en un momento en que Sánchez tuvo que irse y quedó solo su progenitor, los uniformados, al parecer, ingresaron a unos habitantes de calle para fingir que era una olla de microtráfico.

“Lo que conocimos fue que el día jueves, yo mismo le abrí la puerta a la Policía, porque uno confía en ellos, entraron con una cámara, grabaron por dentro de la casa, pero en un momento en que me fui, a mi papá y lo enredaron, entraron unos indigentes y los grabaron consumiendo dentro de la casa”, dijo el nieto en RCN Radio.

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