Julián Castillo es caleño, le gusta el jugo de frutas y levantarse temprano para hacer ejercicio. Es tatuador y artista. Ha sumado varios récords mundiales con su trabajo y, recientemente, ha estado en el radar de la prensa internacional por su retrato del cantante puertorriqueño Residente, hecho con sangre humana. Según él, la idea es que la sangre sea una excusa para el arte y no para la guerra. En su momento, Infobae exponía detalles sobre su trabajo. Hoy lo entrevistamos.
¿Cómo se inicia en el arte?
Todo empezó porque me di cuenta de que sabía dibujar bien, un poco mejor que los demás. Fue en tercero de primaria. No recuerdo bien qué edad tenía. De ahí seguí dibujando. En el colegio siempre me destaqué por hacerlo bien. Cuando me gradué, para ese momento, me hice un tatuaje y me gustó todo lo que eso conllevaba, entonces decidí aprender a hacerlo. Monté mi estudio y empecé, también, a pintar en las calles. Era el año 2010. Salía a pintar en las madrugadas y empecé a salir en la prensa. No sé por qué. En 2017 hice el mural a lápiz más grande del mundo y conseguí un récord que nadie había superado. Seguí experimentando con materiales distintos, crayones, marcadores. En 2019 se nos ocurré la idea de la sangre. Hicimos una práctica en la Universidad del Valle y nos dimos cuenta de que la sangre se iba a pudrir y desaparecería en poco tiempo. Decidí agregarle pigmento para tatuar y acronal, para proteger de la lluvia y que el color se mantuviera. Con eso ya se tenía una fórmula y ese mismo año pinté el primer mural, que gustó mucho.
¿De dónde surge la idea de pintar con sangre?
En ese 2019 se dieron muchas manifestaciones, marchas, en contra de muchas injusticias. Lo que hicimos fue acoplar esas situaciones al trabajo y gustó. Seguimos, el colectivo con el que trabajo y yo, experimentando. En 2021 tuve la fortuna de hacer un mural de Luisito Comunica en Siloé. Un influencer de Cali, El Traveler, visitó mi pueblo y habló muy bien de mis murales. Me pareció un gesto muy agradable de su parte y hablamos de hacer el mural en Siloé. Convenimos sobre la posibilidad de que el youtuber pudiera visitar el sitio. Llegar allá fue difícil, pero estando ahí todo fluyó muy bien, a pesar de que había un ambiente muy tenso, especialmente en la parte baja de Siloé. Hicimos la obra y allá llegó Luisito. Desde entonces, todo ha sido maravilloso. La gente ha conocido más, y mejor, a Siloé. Les parece más interesante. Hace poco, relativamente, se me ocurrió esa idea de la sangre, ya que Siloé es un lugar que se ve amenazado constantemente por la violencia. La intención de estas obras es transmitir un mensaje de paz, involucrando a todas las personas, famosos o no, a los líderes sociales, a la gente de a pie. Lo que queremos es que esto se conozca en muchas partes.
¿Qué ha traído el hecho de que sus obras se estén conociendo en tantos sitios?
Nos está yendo muy bien. Ayer, incluso, tuve una entrevista con Antonio García Villarán, que es un crítico de arte muy importante en España. Conversamos acerca de la posibilidad de convertir estas obras en NFTs para poder promocionarlos. La idea es venderlas y con el dinero recaudado poder trabajar en proyectos que permitan impulsar y mejorar la situación en Siloé. La idea es ofrecer un espacio, también, en donde los niños de Siloé puedan reunirse a pintar.
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