Colombia no mereció ir al mundial. La victoria tres a cero sobre Bolivia solo fue un pañito de agua tibia. Tan pronto rompió la racha de siete compromisos sin anotar, Reinaldo Rueda volvió a lo mismo. Repitió las decisiones que siempre se le cuestionaron. Ante la necesidad de sumar de a tres puntos contra Venezuela, optó por un esquema táctico conservador. Jamás entendió que William Tesillo se desempeña mejor como zaguero central, tampoco valoró la polivalencia de Yairo Moreno. Reprochable. Se quedó sin tiquete en la Copa Mundial de Fútbol en su ley.
Contra Venezuela no se supo por qué el DT prefirió a Rafael Santos Borré por encima de Miguel Ángel Borja. Es cierto, uno juega en el Eintracht Frankfurt y el otro en el Junior de Barranquilla, pero el del cuadro Tiburón, bien que mal, es el artillero cafetero en las clasificatorias. Por el contrario, el exdelantero del River Plate continúa sin bautizarse con gol vistiendo la Tricolor. Lo único fue que generó el penalti para que James Rodríguez mandara a guardar la esférica al fondo de la red, cuando la primera parte del compromiso estaba cerca de terminar.
¿Hay desconexión entre Rueda y sus dirigidos? La imagen de él visiblemente ofuscado conversando con Camilo Vargas lo dice todo: no ejecutaron en el campo de juego lo que tenía planteado.
La culpa, sin embargo, no fue solo del timonel: como en los últimos compromisos, es decir, los disputados luego de la Copa América —incluso en el mismo certamen—, contra Venezuela a los jugadores les costó definir. Es cierto, Wuílker Faríñez voló en más de una ocasión, pero si en los análisis se queda con que no hubo goles por culpa de los guardametas rivales, seguirá pasando lo que pudo ser la causa de la eliminación: una racha negativa sin anotar con pocos precedentes, dos en realidad, uno de Paraguay y otro de Venezuela, las peores en las eliminatorias.
Un punto aparte merece James Rodríguez. De la magia en los botines del ‘10′ nadie duda, pero de su condición física sí. Cuando volvió a las convocatorias, luego de resolver los supuestos roces con Reinaldo Rueda, no logró ser desequilibrante. No se le asomó a sus compañeros en la zaga defensiva para ayudar al equipo, tampoco realizó los habituales entre líneas que lo llevaron a la élite y en pocas ocasiones probó disparar de media distancia.
Solo marcó el penal, y de hecho tuvo ayuda del VAR que anuló la primera atajada de Faríñez por salirse del arco. El estratega lo notó, y, ante La Vinotinto, lo reemplazó en el minuto 62 por Juan Fernando Quintero.
Aplauso para Lucho Díaz, que además de su talento entregó el alma, lo mismo para Sinisterra, que en dos partidos como titular demostró más entereza que algunos de sus compañeros. Ni qué decir de Ospina: sí, falló en el encuentro ante Perú en Barranquilla y por ese gol, de hecho, Colombia pasó a depender de otros, pero salvó al combinado patrio de más de una derrota.
¿Qué sigue ahora? El recambio generacional que requiere toda selección. Probablemente de la mano del nuevo entrenador —si se llega a dar la salida de Rueda— se le dirá adiós a referentes como Radamel Falcao García y Juan Guillermo Cuadrado, así como quedará la tarea de buscar nuevos talentos, ¿qué tal Jorge Carrascal, Alfredo Morelo, Yáser Asprilla...? Habrá que probar.
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