Este nuevo episodio del Desafío ‘The Box’ inició con una reflexión de parte de Ceta, capital del equipo Beta, quien prefirió apartarse por un momento del grupo de desafiantes por un tema personal en que desea tener espacios de soledad y como parte de una estrategia de vida en la que prefiere blindarse de las malas personas que se acercan para hacerle daño.
“Me gusta mi espacio, cuando llevo mucho tiempo con personas siento la necesidad de estar solo y también me blindo de personas que no quiero que lleguen a mi vida … quiero que lleguen las pocas personas realmente sinceras que quieran el bien para uno, al igual que su pareja…”, expresó Ceta.
Igualmente, en el equipo Alpha hubo tiempo para reflexionar y una conversación surgió entre Okendo y Valkyria, en la cual se tocaron temas del poder femenino que ejerce sobre sus compañeros la representante del Tolima Grande.
“Todas las niñas están en pro de ver a esa súper guerrera que en box también se debilita, que también es frágil, de pronto el foco tú lo tienes, ya es darte cuenta del foco y va a ser muy bacano que tú caigas en cuenta de eso porque eso va a hacer que las puedas guiar a ellas más fácil … necesitamos esa capi súper tranquila, empoderada”, puntualizó Okendo.
Para cerrar este tercer ciclo de la competencia, se desarrolló una competencia que entregó dos nuevos chalecos de sentencia para los perdedores de la prueba de premio y castigo. Para los ganadores, el premio consistirá de una actividad extrema al aire libre en la cual harán rafting. Ante esta posibilidad, Andrea Serna le preguntó a Karina si ganarse ese premio le llamó la atención y su respuesta estuvo cargada de mucha emoción:
“Me encanta, en mi pueblo en Granada, Meta, hacen un festival de verano más o menos en enero y uno se embarca en flotadores por el río Ariari, entonces me encanta”, expresó Karina, integrante de Beta.
Pero los perdedores, tuvieron como castigo un tanque lleno de hielo al cual debieron ingresar los participantes cada vez que sonó la alarma, por el lapso de un minuto, y así cada vez que sonara el aviso, el cual terminó al amanecer del día siguiente y hasta el momento en que escucharan los tres timbres que dieron el aviso del fin de la prueba.
Así se desarrolló el Desafío de Sentencia, Premio y Castigo
En relevos y por equipo, cada desafiante debió subir por una reja ubicada al inicio de la arena en el box azul para luego descender de ella y correr hasta la piscina, donde estaban dispuestos unos cilindros flotantes. Superado ese obstáculo, en el centro se ubicó una jaula repleta de balones de la cual debieron sacar tres esferas, nadar nuevamente hasta el final de la piscina, pasar por un túnel y depositarlos luego en una canasta.
Una vez pasaron los 3 integrantes de cada equipo y las canastas tuvieron en su interior 9 balones, los tres desafiantes cruzaron juntos la pista nuevamente hasta el inicio de la competencia. Allí los esperó el cuarto integrante del equipo a quien le lanzaron los 9 balones y cuidando que ninguno de los esféricos tocara el piso.
Los primeros en seguir cumplir todo el reto fueron los integrantes de Alpha, quienes automáticamente le cedieron el castigo al equipo Omega, en represalia por los dos chalecos que les entregaron a dos integrantes de la casa morada, por lo que debieron padecer el ingreso al tanque de hielo en repetidas ocasiones.
Por otra parte, también fueron sentenciados por el equipo Alpha los integrantes Anna y Juan Pablo, del equipo Omega.
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