Que Sergio Andrés Higuita se haya coronado campeón de la Vuelta a Cataluña es grato, pero no sorprendente. No sorprende que el Monster, que arribó al Bora-Hansgrohe para ser uno de sus capos de fila esta temporada, consiguiera su primer título World Tour. Lleva toda su corta vida dedicándose a ello y, aunque el año pasado quizá no tuvo el rendimiento esperado en el hoy llamado EF Education EasyPost, no significa que le faltaran capacidades para dar un gran golpe, el primero, en la élite del ciclismo.
Se trata de un golpe porque logró imponerse al vigente campeón olímpico de ciclismo de ruta, Richard Carapaz, y en la penúltima jornada se atrevió a fugarse irrespetando la presencia de tal vez el mejor pedalista colombiano de este siglo, Nairo Quintana, con dos títulos en tres de las grandes vueltas. La manera en que bailó sobre los pedales, como lo hizo años atrás el competidor de Cómbita o recientemente Egan Bernal, ilusionan al país. Con 24 años de edad, cuerpo menudo y 1,63 de estatura, este escarabajo será una de las cartas colombianas en la Vuelta a España, donde liderará a la escuadra alemana —si no termina yendo al Giro de Italia, debido al recorrido altamente montañoso, donde suele deslumbrar—.
Al igual que otros referentes del ciclismo colombiano comenzó a dar biela desde pequeño, su primera competencia fue cuando tenía 5 años de edad, una clásica organizada por el diario El Mundo a la que asistió junto a su padre. Lo hizo luego de que una maestra de la escuela San Judas Tadeo, donde realizó la primaria, lo invitara a él y al resto de sus estudiantes. Comenzó a practicar ciclomontañismo, pero luego optó por la ruta.
A nivel World Tour, su primer equipo fue el EF Education First (2019), que inicialmente lo cedió a la Fundación Euskadi para que acabara de desarrollar sus habilidades. Sin embargo, al ver cómo quedó segundo en la Vuelta a Andalucía y la manera en que ganó una etapa en la Vuelta al Aletenjo, pidió su regreso en mayo de ese año.
Lo que vino después fue lo mejor: aún en 2019 ganó una etapa en la Vuelta a España, de la cual Rigoberto Urán se retiró tras una caída, y en 2020 se coronó campeón nacional de ruta, así como ganador el Tour Colombia; además, fue tercero en la París-Niza.
En 2021, el antioqueño comparado con Julian Alaphilippe por su perfil de clasicómano —aunque el francés tiene un top 5 en el Tour de Francia, demostrando que puede disputar una grande— poco lució. Sus mejores posiciones fueron la 10.ª en el Giro de Lombardía y el 25.ª en la ronda gala, donde le ayudó a Rigoberto Urán, quien perdió el top 2 en la penúltima jornada de montaña.
Y este año suma tres triunfos que dan para pensar en grande con el Monster: ganó una etapa de la Vuelta al Algarve, una vez más se ganó el campeonato nacional de ruta y, este 27 de marzo, festejó en la Vuelta Cataluña, su primer título World Tour. Lo mejor es que está demostrando explosividad, la punta de velocidad en los ascensos cortos pero empinados, que a veces le cuestan a otros cafeteros.
“Soy un corredor versátil. Hoy en día los hombres que pelean por las clásicas, entre otros, son Pogacar y Roglic, que también ganan las grandes vueltas. Toca ir fuerte en todos los terrenos: montaña, sprint, contrarreloj... hoy en día es así”, contestó el Monster al ser preguntado si se consideraba un clasicómano. Lo mejor es que su respuesta da para pensar que se prepara para algo más: una carrera de tres semanas.
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