En el barrio Unir de Bogotá, tienen alarmas en algunas cuadras para alertar sobre hurtos

Habitantes del sector denuncian que no hay un solo día en que la delincuencia no los deje en paz y que la presencia policial es insuficiente

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En el barrio Unir hoy la situación es crítica debido a la falta de vías y de servicios básicos y a la llegada de personas que utilizan la fachada de recicladores para delinquir. Foto: bogota.gov.co
En el barrio Unir hoy la situación es crítica debido a la falta de vías y de servicios básicos y a la llegada de personas que utilizan la fachada de recicladores para delinquir. Foto: bogota.gov.co

Tres años después de que las comunidades de los barrios Unir I y Unir II, en la localidad de Engativá, decidieran instalar alarmas en algunas cuadras para alertar a los vecinos y a las autoridades sobre hecho delictivos que se estuvieran cometiendo en la zona. Hoy en día, el ruido del dispositivo puede repetirse hasta cuatro veces al día.

En diálogos con el diario El Tiempo, Edmundo López, habitante del sector que va desde la calle 72F hasta la 77, y entre el humedal Jaboque y el río Bogotá, señaló que, “ese sonido es la evidencia de que vivimos con miedo, la prueba de que la inseguridad se tomó el barrio y la señal de que necesitamos la intervención de las autoridades”.

Habitantes de este barrio como de sectores aledaños (Gran Granada, Villas de Granada, La Perla, entre otros), denuncian que no hay un solo día en que la delincuencia no los deje en paz y que la presencia policial es insuficiente.

Incluso en diciembre del año pasado, las autoridades testigos directos de la inseguridad cuando un grupo de uniformados de la Policía, que adelantaba labores de patrullaje de control y seguridad al sector, fueron recibidos a tiros dentro del barrio.

De acuerdo con cifras de la Secretaría de Seguridad, en la jurisdicción de Villas de Alcalá (de las que hacen parte los dos sectores del Unir), el delito en la zona está disminuyendo. El hurto a personas (-2,54%), de celulares (-27,1%), de automotores (-81,2%), de bicicletas (16,6%) y residencias (-35,7%) disminuyó de 2020 a 2021.

Hay bandas que han sido desarticuladas durante los últimos consejos de seguridad realizados por el Distrito en la localidad, sin embargo, hay muchas personas que no denuncian y de esta manera es difícil que el avance se note en las calles.

Acá los taxistas, los conductores de aplicaciones y los domiciliarios saben que si entran después de las 8 de la noche es mejor que se preparen para salir sin su vehículo. Después de es ahora nadie puede entrar (…) Y uno puede ofrecerle a cualquier conductor hasta tres veces la tarifa normal y ellos no aceptan porque esto es zona roja y nadie quiere terminar aquí”, indicó Edmundo López.

La alcaldía local de Engativá señaló que realiza acciones para atender dichas denuncias, “se han venido realizando, junto con Policía de Engativá, la Secretaría de Seguridad y el Ejército Nacional, planes baliza, patrullajes mixtos, bici recorridos por el borde del canal. Se está gestionando Policía de Carabineros para que realicen rondas por el río Bogotá y la alameda que bordea Gran Granada y Unir”.

Adicionalmente de esos patrullajes y acciones, desde la alcaldía se le ha solicitado a la Policía la posibilidad de tener varios CAI móvil a lo largo del territorio de la localidad, pero quien define la disponibilidad del CAI es la Policía Nacional ya que esto demando un servicio de personal que debe ser generado por el comandante de la estación”, explicaron.

Por su parte, María Martínez, líder comunal, los problemas del barrio tienen su origen en dos factores: la ubicación y el poco respaldo de las autoridades, “cuando este proyecto se ideó, tenía como fin atraer trabajadores e inversión hoy es un conjunto de casas donde funcionan decenas de negocios que no deberían existir en una zona residencial”, resaltó.

Los barrios Unir y Unir II fueron construidos en 1993 y legalizados parcialmente 26 años después. Hoy la situación es más crítica debido a la falta de vías y de servicios básicos y a la llegada de personas que utilizan la fachada de recicladores para delinquir.

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