El pasado miércoles 23 de noviembre, el exsenador Eduardo Pulgar, que se encuentra detenido, llegó a la Clínica La Misericordia de Baranquilla, luego de que se quejara de un dolor intenso en el pecho. Esta supuesta dolencia deja en espera el traslado a la Cárcel La Picota de Bogotá, que fue ordenado por el Inpec hace un par de semanas. Pulgar se suma así a una larga lista de políticos y criminales que han sufrido “enfermedades” antes de que sean trasladados a la Picota.
Emilio Tapia, involucrado en el escándalo de Mintic y Centro Poblados y que le costó el puesto a la exministra Karen Abudinen, también fue víctima de una supuesta subida de tensión, por lo que fue trasladado a la Clínica La Misericordia. Esto llevó a que Tapia fuera llevado hasta una URI en Barranquilla a la que llegó con un bastón de mano.
A pesar de esto, el 8 de octubre un juez negó la solicitud del contratista criminal de quedarse en Barranquilla y ordenó que fuera trasladado a una cárcel de máxima seguridad, no sin antes insistir de hacerse ver por un médico “para una valoración”.
Carlos Mattos, el empresario capturado por el caso Hyundai en Colombia, estuvo envuelto en un escáldalo luego de que se conociera que podía salir sin problema de la cárcel en la que se encontraba recluido. Esto llevó a que fuera ordenado su traslado a la penitenciaría de Cómbita, en Boyacá.
Cuando las autoridades llegaron a su celda aseguró estar enfermo y pidió que lo visitara un especialista de la salud.
“(Estuve) todo el día muy enfermo y el médico estuvo aquí hasta hace dos horas y quiero que él me vea”, sostuvo el empresario.
La lista la continua Enrique Vives Caballero, un empresario de Santa Marta quien bajos lo efectos del alcohol atropelló y asesinó a seis jóvenes en Gaira. Luego de que fuera capturado, vives hizo todo lo posible para que las audiencias preliminares en su contra se desarrollarán en centros asistenciales, tras decir que tenía “dolores abdominales producto de un shock postraumático”.
“Diarrea y gastroenteritis de presunto origen infeccioso”, fue el diagnostico que usó Diego Cadena, uno de los exabogados de Álvaro Uribe, durante una de las audiencias por el crimen de falsedad de testigos, que aun sigue en curso.
Otro caso similar es el de Samuel Viñas, un comerciante Barranquillero que asesinó a su esposa Clarena Acosta y que fue condenado a 42 años de cárcel. Tras conoce la sentencia de 42 años de cárcel.
Viñas argumentó supuestas afectaciones mentales, por lo que en un principio estuvo en casa por cárcel, pero la Corte Suprema dijo que todas las enfermedades que decía padecer no eran de gravedad por lo que fue ordenado su traslado en febrero de 2020.
Uno de los casos más sonados de casa por cárcel por enfermedad fue el de la empresaria del chance y aliada paramilitar Enilse López ‘La Gata’, quien fue condenada a 37 años de prisión por homicidio agravado y concierto para delinquir.
En 2107 un juez otorgó prisión domiciliara con hospitalización a Enilse López pues aseguraba estar en un estado grave de salud, entre los que había, según su abogado, desnutrición isquemias, problemas de cardiopatía.
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