La Coalición Centro Esperanza vuelve a verse involucrada en problemas que afectarían los intereses del movimiento de llegar a la Casa de Nariño. Este 24 de marzo empezó a circular una sentencia de la Corte Constitucional emitida en 2012 en la que se ordena negar a Luis Gilberto Murillo, actual fórmula vicepresidencial de Sergio Fajardo, la oportunidad de ocupar cualquier cargo público por el resto de su vida. La campaña de Murillo explicó que esta decisión fue finalmente levantada.
En la sentencia, que se extiende más de 48 páginas y fue emitida en 2013, se explica que, cuando Murillo era director de la Corporación Autónoma Regional para el Desarrollo Sostenible del Departamento del Chocó (Codechocó), incurrió en peculado al desviar recursos que estaban definidos en el presupuesto del Estado. El político usó cinco millones de pesos para reparar el techo de una escuela de Andagoya cuando el dinero era para saneamiento minero.
Por esta razón, el Tribunal Superior de Quibdó sentenció a Murillo a seis meses de prisión. Cabe anotar que más de una década después, se abrió un caso en su contra mucho más profundo que terminó con su inhabilidad.
El proceso inició en 2011 y se creó justamente para solicitar la inhabilidad de Murillo. Al final, en 2013, se concedió la medida y el político fue destituido, pues en ese entonces ocupaba, por segunda vez, el cargo de gobernador del Chocó.
Hay que anotar que Murillo interpuso una acción para anular la deducción, pero la Corte Suprema le negó, por lo que posteriormente la Corte Constitucional confirmó (en la sentencia SU917/13) la decisión de suspenderlo de manera vitalicia. Se explica que el fallo se adapta a la decisión del Consejo de Estado que le niega el principio de favorabilidad para aplicar a cargos públicos, y que lo destituyó en 2012 porque su inhabilidad seguía vigente.
A pesar de esto, de acuerdo con la campaña de Luis Gilberto Murillo, esta decisión finalmente fue cancelada y el líder político fue exonerado en 2015. Una muestra de que esta decisión no fue aplicada es que en 2016 fue designado como ministro de Ambiente por el presidente Juan Manuel Santos, y hasta el final de su gobierno, dos años después, pudo ejercer sin que hubiera polémica por la inhabilidad
La Red de Veedurías pidió al Consejo de Estado y al Consejo Nacional Electoral (CNE) que no avale la inscripción de Murillo como coequipero de Fajardo. La solicitud deberá ser evaluada por las entidades competentes en las próximas semanas, pero según la campaña de Murillo, la Red de Veedurías “se quedó en el pasado”.
Cabe anotar que esta solicitud fue interpuesta un día después de que Murillo y Fajardo inscribieran formalmente su candidatura presidencial ante la Registraduría General del Estado Civil.
Fajardo ha sido enfático al decir que Murillo tiene todas las condiciones para llegar a ser el vicepresidente de Colombia. Exaltó su formación académica y el aporte que puede hacer para solucionar las problemáticas de las diferentes regiones del país.
“Fue el mejor bachiller de su departamento, ingeniero de minas, maestría en ciencias de la ingeniería, gobernador de su departamento, director del programa presidencial ‘Todos Somos Pacífico’, ministro de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, profesor visitante del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), consultor de la Agencia de Desarrollo de los Estados Unidos”, dijo Fajardo.
Hasta ahora ningún miembro de la Coalición Centro Esperanza se ha pronunciado sobre el documento que le impediría a Murillo ser la fórmula de Fajardo.
Cabe anotar que, si se ordena que Murillo debe retirarse como coequipero de Fajardo, este último debe elegir a otra persona para que lo acompañe en esta carrera electoral. Días previos a que se confirmara al político chocoano como su fórmula vicepresidencial, se habló de que la comunicadora Mabel Lara o la senadora Juanita Goebertus podrían acompañar a Fajardo en su aspiración.
Esta situación debe definirse pronto, pues el país está a dos meses de la primera vuelta presidencial. Hasta el momento hay nueve candidatos, con sus respectivas fórmulas, aspirando a llegar a la Casa de Nariño.
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