Mediante un comunicado de prensa publicado este miércoles, la Superintendencia de Transporte se pronunció sobre el accidente del bus que prestaba el servicio de ruta escolar y cayó a un abismo en zona rural de San Andrés, en el departamento de Santander, el pasado martes 22 de marzo.
La entidad de vigilancia lamentó el incidente que dejó seis menores de edad muertos y quince personas heridas, incluido el conductor. Además, la Supertransporte informó algunos detalles preliminares que conocen sobre el vehículo siniestrado.
Por ejemplo, el bus accidentado era un Chevrolet modelo 1998 con capacidad para treinta pasajeros. La antigüedad del vehículo ya representa la primera irregularidad: el Decreto 348 de 2015, que reglamenta el servicio de transporte especial, señala que los vehículos de placa blanca no pueden tener más de 20 años de antigüedad.
Si los vehículos se dedican al transporte especial, la vida útil se reduce a quince años. Después de ese tiempo, el bus se debe chatarrizar y el Ministerio de Transporte puede reponerlo por uno con características similares pero con una antigüedad idónea. No obstante, el bus siniestrado tenía 24 años de funcionamiento y fue asignado a los niños de esta zona rural.
En segundo lugar, el bus no contaba con una tarjeta de operación vigente. Este documento se expide cuando un vehículo de servicio especial es vinculado a una empresa legal de transporte y cumple con todos los requisitos para operar. Con la ausencia de esta tarjeta, sobra decir que el bus de placas SRY939 no estaba vinculado a ninguna empresa de transporte.
Además, el historial del vehículo muestra que ya había estado involucrado en tres accidentes de tránsito, ocurridos en 2007 y 2008. De todos modos, el bus sí contaba con una revisión técnico-mecánica, SOAT y pólizas al día.
Finalmente, la Supertransporte advirtió que las autoridades locales serán las encargadas de adelantar las investigaciones y determinar responsabilidades sobre el fatal accidente. Precisamente, el gobernador de Santander reveló la primera hipótesis sobre el siniestro.
“Las primeras indagaciones es que en esos dos kilómetros en los que había andado este vehículo de transporte escolar, al parecer hubo un percance, se apagó, pero estamos en materia de investigación. Esperamos que ya las autoridades competentes se apersonen del caso”, explicó el mandatario local.
Precisamente, la Policía Nacional dispuso a un grupo especializado, que lidera el propio director de la seccional de Tránsito, el general Juan Alberto Libreros, con el que se espera establecer las causas que desencadenaron que el automotor rodara 300 metros por un abismo en el sector del Alto de San Pedro.
Heridas graves
De los menores que resultaron heridos, se destaca el delicado estado de salud de las niñas Yareli Castellanos Sierra, de 10 años, y Jenny Gabriela Osorio Ávila, de siete años. Blu Radio conoció más detalles del estado de salud de las estudiantes del Instituto La Laguna de Ortices.
Yareli Castellanos fue trasladada al Hospital Internacional de Colombia (HIC) de Piedecuesta, Santander. El medio radial conoció el estado de salud por medio del director del HIC, Frank Serrato: “En estado crítico, se pasó directamente a la Unidad de Cuidado Intensivo Pediátrico, la tenemos con un politraumatismo severo, un trauma craneoencefálico severo y algunas fracturas en ambas clavículas”. El médico aseguró también que los estudios diagnósticos indicaron que por el momento no se requiere una intervención quirúrgica.
Mientras que, el caso de Jenny Gabriela Osorio fue aún más complicado. Los médicos del Hospital Regional de García Rovira, en Málaga, no habían autorizado el traslado de la menor a Bucaramanga hasta estabilizarla. “Presenta politraumatismo, trauma craneoencefálico severo, fractura de clavícula derecha, traumatismo cerrado de tórax con neumotórax derecho con fractura de arcos costales, traumatismo abdominal cerrado y está con pronóstico reservado”, confirmó Luis José Medina, gerente del centro médico a Blu Radio.
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