Continúan las intimidaciones en contra de las comunidades indígenas en el Cauca

Miembros del CRIC y líderes sociales expresan su preocupación ante una situación que se ha naturalizado en el país

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Panfleto intimidatorio Águilas Negras
Twitter - @@CricDdhh
Panfleto intimidatorio Águilas Negras Twitter - @@CricDdhh

Nuevamente las comunidades del Norte del Cauca denuncian amenazas en su contra, pues en menos de tres semanas ya son seis panfletos intimidatorios por parte de grupos delincuenciales, que dicen hacer parte de las Águilas Negras. Las amenazas principalmente están dirigidas a distintos miembros de las comunidades indígenas y comuneros pertenecientes a la guardia que hacen presencia en esta región.

La denuncia la realiza Jhoe Sauca, miembro del CRIC y del pueblo kokonuko, quien alza su voz en son de protesta ante la amenaza directa en contra de los cabildos del Consejo Regional, este hecho configura una revictimización constante para las comunidades ancestrales del departamento del Cauca, quienes han sido constantemente afectadas por el conflicto armado.

Sauca publicó el panfleto en formato digital, en dicha misiva afirman que se realizará una limpieza social, y de manera macabra señalan que las víctimas tendrán que alistar sus ataúdes ante está remitida, señalando que los ideales de izquierda los han permeado y que están al servicio del narcotráfico presuntamente.

El panfleto intimidatorio destaca: “Dando cumplimiento a nuestros anteriores comunicados, seguimos notificando los que se hacen llamar organizaciones sociales y que solo están al servicio del narcotráfico y de la izquierda destructora, representados por su Pacto Histórico, esta vez el turno es para la llamada zona centro y sus cabildos, donde sabemos claramente que no trabajan por la comunidad, sino, que tienen ese lugar como fortín de la politiquería y la malversación de recursos, por eso hemos decidido hacer una limpieza social comenzando con: Wilson Maca, Eider Zambrano, Nilson Sauca, Wilman Manquillo, Simón Caldón, Lastimosamente también tendremos que dar de baja a muchachos que creíamos buenos y que lamentablemente se han dejado lavar el cerebro por la carroña de la izquierda, como es el caso de Roiber Melenje, Bryan Ruiz, Leonardo Valencia y coordinador de guardia Ferney, quiénes poco a poco se han dejado convencer y ahora hacen parte de ese grupo despreciables. Alisten sus cajones que no fallaremos.”.

A este preocupante documento, se suma una amenaza en contra de varios líderes en municipios del suroccidente del Valle, pues la llamada “limpieza social”, se tomaría el perímetro urbano de varias jurisdicciones, en este caso, la amenaza se origina desde un grupo que afirma pertenecer a las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, en esta señalan: “Nosotros cumplimos, reiteramos a todas las discotecas de Miranda, Corinto, El Palo, Caloto, Santander y demás pueblos como Florida, Pradera, Jamundí, no nos hacemos responsables de lo que pueda pasar, la orden es ejecutar a todo miliciano, que solo son extensionistas y cobradores de impuestos, también se le hace un llamado a aquellas personas de bien que tengan informaciones, tenemos información precisa de cada uno de ustedes, esperamos dejen de apoyar al Pacto si quieren seguir con vida”. Es importante resaltar, que respecto a estas amenazas surge un común denominador respecto a la insinuación respecto al apoyo que las victimas le brindan al Pacto Histórico.

La OEA se ha pronunciado ante la constante beligerancia que vive el Norte del Cauca, este tipo de hechos han segregado a las comunidades indígenas y a su libre desarrollo en los territorios ancestrales, a esto se suman los constantes llamados por parte de la Defensoría del Pueblo respecto a la presencia de grupos armados en la región, con distintas alertas tempranas que buscan la intervención oportuna de las autoridades y la presencia estatal en estos sectores.

En lo que va corrido del 2022, 43 líderes sociales han sido asesinados, de los cuales 11 han sido indígenas. Los hechos criminales han predominado en los departamentos de Choco, Cauca y Nariño, es decir la región pacífica del país, punto estratégico para la expansión del narcotráfico por parte de los grupos criminales, que quieren tomar el control geográfico de una zona que facilita su salida hacia Centroamérica.

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