La desobediencia civil de ‘Simona’ ha incomodado a diversos sectores de la sociedad y las autoridades en impactantes manifestaciones y actos performativos que ha realizado, junto a otro grupo de resistentes, bajo una capucha y un megáfono en la ciudad. La más reciente sucedió en la tarde de este domingo, cuando irrumpió en la Catedral Primada de Bogotá, irrespetó la ceremonia religiosa de los creyentes para imponer su visión revisionista de la fe leyendo una consigna que consideraba poética.
Aunque su rostro es una incógnita, su personaje se ha hecho famoso. Con esta, al menos otros tres actos de resistencia le han ganado un reconocimiento en Bogotá, la enemistad de algunos medios de comunicación, la inconformidad de las autoridades y el rechazo de líderes políticos del sector conservador, incluido el mismo presidente Iván Duque.
Su más reconocida manifestación aún la mantiene vigente en su imagen de perfil de redes sociales. Con un cuello de tela morado de animal print que le cubría el rostro como un pasamontañas, y su megáfono, se paró en la fuente del edificio donde funciona la revista Semana y tiñó de rojo el agua, apenas dos semanas después del estallido del paro nacional del 2021.
El fotógrafo Mauricio Alvarado la retrató y aseguró que se trató de un “performance para protestar contra la manipulación de la información la violencia y la represión hacia la protesta social”, que la revista calificó como un “show violento”.
Simona, como es el nombre bajo el cual se ha identificado como líder de las manifestaciones, pertenece al colectivo Escudos Azules que hace parte a su vez del movimiento de primera línea, conformado durante las protestas como el encargado de enfrentar a la policía y organizar la “resistencia”.
Otra de sus acciones sucedió el pasado 11 de enero de este año 2022, cuando fue una de las líderes de otra acción de desobediencia civil. ‘Simona’ apareció sobre uno de los torniquetes de la estación de Transmilenio Marly, con el mismo pasamontañas y el megáfono, para promover una masiva colatón al sistema en rechazo del aumento que empezaba a regir de 150 pesos.
Los manifestantes desactivaron los torniquetes y dejaron ingresar a los pasajeros, mientras gritaban la consigna “otra forma de luchar, evadir, no pagar” mientras los ciudadanos, algunos confundidos y otros celebrando, se ahorraban la tarifa.
“Todos tenemos derecho a revelarnos cuando existe un gobierno ilegítimo y las acciones de desobediencia civil siempre han sido efectivas. Así se logró la independencia de la India, así se logró la caída de Pinochet, así se logró la caída del muro de Berlín y deslegitimar estas acciones me parece absurdo”, dijo Simona días después en la emisora W Radio, ante las acusaciones del Ministerio de Defensa y la Policía Metropolitana, sobre una promoción de esa colatón con activistas chilenos.
El defensor de derechos humanos y elegido representante a la Cámara, Alirio Uribe, acompañó después a Simona y otros miembros de los escudos azules para rechazar lo que calificaron como estigmatización y criminalización en su contra por promover la colatón. “No nos vamos a callar, no nos vamos a silenciar, no vamos a tener miedo porque estamos absolutamente convencidos que nuestro accionar fue legítimo”, sostuvo.
“Desde el martes 11 de enero en Bogotá, Transmilenio elevó el costo del pasaje a 2650 pesos y el del SITP a 2450 pesos. Esto perjudica principalmente a los ciudadanxs de menores ingresos. Según la Cámara de Comercio, el 85% de los usuarixs de Transmilenio y SITP es de los estratos 2 y 3. Y según la Encuesta de movilidad en Bogotá de 2019, el 38,4 % de los usuarios de SITP y Transmilenio son mujeres. Esto quiere decir que casi el 40% de quienes pagan las nuevas tarifas debemos seguir enfrentando los mismos problemas, más probables manoseos y abusos cuando nos montamos en estos articulados”, escribió Simona al respecto en una de sus columnas en el porta Manifiesta.
Su última acción, la primera junto a un colectivo denominado Red de Artistas en Resistencia, fue irrumpir la eucaristía del domingo 20 de marzo en la Catedral Primada, para, entre otras cosas y a través de su megáfono, decir: “¿Paz? ¿De qué paz hablamos? Cuando olvidamos amarnos los unos a los otros. La paz del país laico de imposiciones ideológicas. El país que aniquila las esperanzas de los pueblos. Que llora la sangre de hermanas y hermanos”.
Según ha contado el párroco a medios de comunicación, los jóvenes entraron a la iglesia y después de la comunión se tomaron el lugar para pronunciar su arenga. Aunque hubo forcejeos, después de unos minutos fueron retirados por el personal de seguridad de la iglesia.
El general Jorge Eliécer Camacho, aseguró que junto a la Fiscalía verificarán si hubo alguna infracción del código penal “en cuanto a los delitos contra el sentimiento religioso”, para determinar las acciones correspondientes.
Por su parte, la Secretaría de Gobierno de Bogotá solicitó a la “Policía Nacional y a la Fiscalía General de la Nación para que, con apoyo de las imágenes que circulan en redes sociales, las denuncias que sean presentadas y los demás medios probatorios que puedan ser recaudados, se investiguen los hechos y las actuaciones de quienes pudieron haber incurrido en uno o varios delitos contra el sentimiento religioso”.
En ese sentido, señalan que pudieron desembocar en infracción de los artículos 201 a 203 del Código Penal: “Violación a la Libertad Religiosa”, “Impedimento y Perturbación de Ceremonia Religiosa” y “Daños o Agravios a Personas o a Cosas Destinadas al Culto”.
Aunque ‘Simona’ ha dicho en sus redes sociales que no es ‘petrista’, como han buscado señalarla a ella y otros sectores, es claramente opositora del uribismo, como también lo ha dejado en claro. Sin embargo, su acción no ha estado lejos de ser denominada como un ‘autosabotaje’ financiado por ese sector en medio de la campaña electoral, un supuesto que también ha desmentido.
Su performance o ataque, como ha sido considerado, se volvió también tema de campaña. “Profanar la Catedral hace parte de la guerra urbana que amenazó Santos, del vandalismo que estimula Petro hoy resguardado en su lenguaje Vaticano, de la expresión resentida de la nueva Farc de Cepeda; Han cruzado todas las líneas, despertemos y firmes”, escribió al respecto el expresidente Álvaro Uribe.
Al líder del Centro Democrático lo secundó Miguel Uribe, cabeza de lista al Senado: “El ataque de la primera línea en la Catedral, es el preámbulo de la ofensiva de Petro en contra de la fe. Petro y Claudia López persiguen la libertad de culto. Pretenden invertir los valores y premiar a los violentos. Quieren anarquía”, escribió.
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