El pasado domingo 20 de marzo jóvenes encapuchados decidieron interrumpir la ceremonia religiosa que se llevaba a cabo en la Catedral Primada de Colombia, en la céntrica Plaza de Bolívar de Bogotá. Con carteles en mano, los ciudadanos manifestaron dentro de aquel espacio, sin embargo, fueron obligados a salir por parte de funcionarios de la iglesia.
La situación presentada en medio de la ceremonia litúrgica generó decenas de reacciones en redes sociales, incluso de diferentes políticos del país. Los manifestantes leyeron mensajes en los que cuestionaron varias de las situaciones coyunturales que rondan a la comunidad colombiana.
El párroco de la Catedral Primada, el padre Jorge Marín, comentó ante los micrófonos del noticiero local CityTv que los manifestantes “entraron con tapabocas y se hicieron en las bancas para participar de la celebración, como cualquier persona. Y cuando iba a empezar la comunión, se encapucharon ahí mismo, se pararon sobre las bancas y empezaron a gritar arengas. Pero no se entendía qué era lo que pedían o de qué movimiento eran”.
“¿Paz? ¿De qué paz hablamos? Cuando olvidamos amarnos los unos a los otros. La paz del país laico de imposiciones ideológicas. El país que aniquila las esperanzas de los pueblos. Que llora la sangre de hermanas y hermanos. Este es el primer performance de RAR”, se lee en uno de los trinos en los que se ve a una joven parada sobre uno de los bancos de la catedral. La mujer, con un papel en sus manos, leyó ese mismo mensaje.
“La iglesia es una institución fascista, controladora y machista”, se añadió entre las arengas que gritaban los manifestantes.
De acuerdo con lo que se lee en ese perfil de Twitter, la RAR es la ‘Red De Artistas En Resistencia’. Aquel colectivo señala en su cuenta que: “Gritamos y poetizamos ante lo injusto, ellxs tienen fuego en sus armas, nosotrxs fuego en los corazones”. Justamente, antes de la viralización del video de la polémica protesta, en aquel perfil de esa red social se advertía de la realización de la misma. “Este camino lo recorreremos juntos desde la calle y la digna rabia, desde la academia y la reflexión, desde el arte y la creación colectiva, nuestra lucha sigue creciendo día tras día”, de destaca en esa cuenta que, además, aparece bajo la clasificación de ‘restringida’.
A pesar de que se conoce este perfil de Twitter, la Policía Nacional se encuentra en la investigación respectiva para conocer la identidad de los autores. Así mismo, se espera descubrir si estos actos tienen relación con la denominada Primera Línea.
El candidato del Equipo por Colombia a las elecciones del 29 de mayo, Federico Gutiérrez, a través de esa misma red social, condenó los hechos y no desaprovechó la oportunidad para lanzar una pulla a su contrincante del Pacto Histórico, Gustavo Petro. “¡Hasta la fe nos quieren expropiar! Y así, combinando todas las formas de lucha, incendiando el país y atacando a los que piensan diferente, piensan ganar y gobernarnos. Por Colombia, por nuestras familias, por nuestro futuro... ¡Vamos a derrotarlos en primera vuelta”, redactó.
Petro no se quedó atrás y contestó: “Nosotros pusimos en la Constitución la libertad de cultos, el uribismo, desesperado, la abofetea. Le pido a la Iglesia Católica iniciar acción penal contra estas personas”.
Claudia López, alcaldesa de Bogotá, por su parte, aseguró que rechazaba los actos de aquellas personas. “El respeto a la libertad religiosa y de cultos es fundamento de nuestra convivencia pacífica. Quienes la agreden imponiéndose ejercen la misma ruptura violenta que dicen criticar. Bogotá rechaza este acto y apoya a la iglesia agredida en las acciones legales que decida emprender”, escribió.
De acuerdo con el padre Jorge Marín, el personal de la Catedral le solicitó a los jóvenes que se retiraran del espacio y que respetaran la celebración católica que se realizaba y a los fieles que habían asistido. Inicialmente no se logró llegar a un acuerdo, detalla, por lo que tuvo que llamarse a Policía que se encontraba en la Plaza de Bolívar. El momento, recordó el religioso, duró entre tres o cuatro minutos. La misa continuó con normalidad al terminar con la protesta.
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