San Andrés: ¿por qué los tiburones atacan a las personas?

El ataque mortal de un tiburón tigre al señor Antonio Roseto Degli Abruzzi, turista de origen italiano, causó un revuelo inusual en el sector de Pox Hole o La Piscinita, suroeste del archipiélago de San Andrés. Ahora, locales y turistas se preguntan por qué ataca un escualo en el océano y qué tan común es que eso suceda.

La situación ha escalado hasta el punto en el que, pese a la presencia de un bote de la Armada Nacional que pide la retirada, un grupo de personas llegó a la bahía rocosa este sábado con el propósito de sacrificar a uno de los tiburones que se acercan allí, en una extraña forma de cobrar “venganza” por la muerte de Roseto.

Lejos de ser un problema, la presencia de tiburones en la reserva biosférica de Seaflower es un gran indicador de que la entidad ambiental de San Andrés (Coralina) está haciendo un buen trabajo de conservación y a los tiburones les llama la atención el agua cálida, profunda y limpia del lugar.

En 2018 volvieron a acercarse a la playa colombiana tras casi una década sin ir. Desde entonces son visitantes ocasionales en las zonas no take —las áreas que Coralina ha delimitado como de conservación y pesca restringida—, incluido Pox Hole.

Ahora que se sabe que encontrarse con uno es una posibilidad, ¿es peligroso nadar en las playas de San Andrés? ¿Qué tan probable es que un tiburón se coma a una persona? ¿Deben cazarse los tiburones?

Según el comunicado emitido por Coralina tras este incidente, los tiburones tigre solo se acercan a las orillas del océano durante la noche, ya que durante el día prefieren las aguas profundas. Por eso, verlos desde las orillas es extraordinario.

Por otro lado, los tiburones tigre son depredadores alfa: comen prácticamente de todo, desde pececitos, reptiles y moluscos hasta otros tiburones. Eso sí, tienen preferencias: según le dijo el biólogo Carlos Julio Polo al diario El Tiempo, la carne humana no es apetitosa para los tiburones por su falta de grasa. Prefieren otros mamíferos marinos, como focas, leones marinos, ballenas, entre otros.

Entonces, ante la presencia de un humano en el océano, un tiburón tigre puede atacar porque tiene hambre, confundió a la persona con una foca y decidió cazarla. Le resultará más difícil discernir gracias al reflejo del sol en el agua y la mala visión de sus ojos.

Según lo que le dijo a la emisora W Radio el coordinador de áreas protegidas de Coralina, Nacor Bolaños, “es más fácil ganarse la lotería dos veces a que un tiburón lo muerda a uno”. En los pocos casos en los que un escualo ha atacado a personas en el archipiélago, se trata de pescadores que portan pescado fresco y atraen al hambriento animal.

De hecho, antes del paso del huracán Iota, el turismo especializado de buceo con tiburones se volvió común en el archipiélago. Ya que los buzos no portan pescados y la actividad se hace bajo condiciones controladas y un básico de respeto hacia el animal, no se han reportado incidentes como el del ciudadano italiano.

Si bien no es posible predecir cuándo se acercará un tiburón a la orilla y con qué intenciones viene, desde Coralina se extienden dos recomendaciones: evitar las áreas ‘no take’ sin supervisión y abstenerse de nadar en aguas profundas si es avisado de un avistamiento reciente de tiburones. Aparentemente, el ciudadano italiano dejó de hacer ambas cosas antes de recibir el mordisco en su pierna derecha.

Por otro lado, advierten que cazar al tiburón tigre está penalizado por la ley, al tratarse de una especie protegida. Esto se da en respuesta a varios ataques de vecinos de San Andrés que han intentado cazar con arpones y cañas de pesca al escualo que consideran es responsable del ataque.

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