A través de una de sus columnas para el diario El Espectador, Julián López de Mesa denunció una supuesta censura a la exposición de Jesús Abad Colorado ‘El Testigo’. Según argumenta en su escrito, hasta hace unos meses era bastante sencillo entrar al espacio en el que se encuentra ubicado el montaje, en la calle sexta con carrera novena de Bogotá, sin embargo, de un tiempo para acá, la entrada al espacio se ha ido complicando. Para ampliar su experiencia, Julián explicó lo sucedido en una entrevista con la W Radio.
Es de recordar que ‘El Testigo’ es una exposición fotográfica en la que Jesús Abad Colorado plasmó varios de los recuerdos que tiene respecto al conflicto armado en el país. De acuerdo con la curadora, María Belén Sáez de Ibarra, es una antología fotográfica de 1992 a 2018. “La exposición mantiene el tono ético de Jesús Abad Colorado, donde no acusa ni toma partido, sino que invita a la responsabilidad colectiva de una historia dolorosa que ha atravesado al país y a una reconciliación para fomentar la esperanza y la reconstrucción”, comenta la experta.
López argumentó que las trabas para entrar, traducidas en largos cuestionarios hechos por parte de la autoridad a los asistentes, cada vez eran mayores. “Ya no basta con decir para dónde se va, sino que los encargados del retén indagan exhaustivamente acerca de quiénes son los visitantes, a dónde se dirigen y por qué. Desde marzo, adicionalmente, dejan esperando a los visitantes en el retén, a veces durante casi una hora, sin explicación alguna o arguyendo excusas cada vez más traídas de los cabellos para desmotivar a quienes quieren ver la exposición”, denunció en el texto publicado en El Espectador. Según destacó en su charla con la emisora, estas palabras escritas por él fueron el resultado de un sentimiento de indignación.
Según detalló el docente de la Universidad del Rosario y de la Universidad Santo Tomás, la situación problemática para entrar a ver la exposición en el Claustro de San Agustín es hasta ‘descarada’. Para él, ver la exposición es una obligación para todos los colombianos, por lo que suele llevar a sus alumnos a ver el montaje siempre. Hasta febrero de este año, contó en la W Radio, la entrada era por el sur-occidente de la Plaza de Bolívar, sin embargo, tiempo después, esa puerta dejó de estar disponible. Comentó el docente que las autoridades que vigilan la zona le decían que ‘ya no sabían’ por dónde se entraba para ver la exposición del reconocido fotógrafo.
“La semana pasada, esta censura estatal, que pretende ser soterrada, fue aún más descarada: al llegar con mi grupo, el oficial encargado del retén nos informó que los salones de la exposición estaban llenos y que debíamos esperar, bajo una lluvia torrencial, pues el aforo supuestamente de 20 personas estaba completo. Al pasar media hora volvimos a indagar al ver que nadie salía y esta vez nos dijo que ahora la exposición era guiada, que sólo había un guía y que éste aún no había concluido el recorrido con el grupo anterior”, contó en su columna de opinión publicada en El Espectador. Manifestó que fue casi una hora después de los hechos cuando le permitieron entrar.
Al acceder a la sala, se dio cuenta que el lugar, a diferencia de lo que le dijo la autoridad para prohibir su entrada, nunca estuvo lleno. Así mismo, desmintió la supuesta existencia de un límite de aforo para los asistentes, pues, es de señalar, que el espacio se encuentra totalmente abierto y despejado, un claustro colonial. Las excusas, cuenta el profesor, han sido diferentes en cada momento que ha querido entrar, por ejemplo, en una ocasión, le dijeron que para entrar sería necesario que entrara con un escolta militar. “Eso es inaudito”, dijo. Un día, incluso, se dijo que por el conflicto que se desarrolla entre Ucrania y Rusia era mejor no abrir el claustro, pues ‘no era seguro’.
En su entrevista con la emisora puntualizó que estuvo averiguando las razones que hacían que las reglas de entrada estuvieran en constante cambio y, según dijo, descubrió que, al igual que él, quienes trabajan dentro del espacio también estaban confundidos. Según los empleados, en lapsos de tiempos muy cortos, estaban recibiendo órdenes totalmente diferentes respecto a sus labores dentro del Claustro. Aclaró que las órdenes no provenían de quienes administran el espacio ni de quienes trabajan dentro, por el contrario, serían órdenes directas de los uniformados encargados del retén.
“¿Cuál es el miedo que le produce a este gobierno la exposición de El Testigo? ¿Por qué, conforme avanza la contienda electoral, tratan de evitar que las personas accedan libremente, como es su derecho, a la exposición? La censura es una aceptación tácita de responsabilidad y el mensaje que están enviando las autoridades, a través de la fuerza pública, es que una exposición que muestra las consecuencias de la guerra y a sus responsables no le conviene a los intereses de este gobierno (...)”, concluyó en su nota.
Jesús Abad Colorado, quien también estuvo en la entrevista, destacó que desde que inició la presidencia de Iván Duque, la zona al rededor del Claustro ha sido más controlada y restringida. “Con el paso de los meses, fueron ampliando el perímetro de seguridad de la Casa de Nariño (...) creo que la Universidad Nacional tiene que hacer un llamado al presidente de la República, ¿Por qué están restringiendo la entrada?”, comentó.
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