La profesora Senovia Chacón es la única profesora de la escuela rural de la vereda Moral, en el municipio de Páramo (Santander). El estrés de tener que dictar clases a todos los niños, en edad de preescolar y primaria, se sumó a la angustia de ser encañonada frente a sus estudiantes en un asalto.
Según el alcalde de Páramó, Filemón Solano, la señora Chacón estaba dictando sus clases, como de costumbre, cuando entró al aula un sujeto con una gorra, botas de caucho negro y una pistola. El ladrón, sin importarle la presencia de los veinte infantes, le apuntó en la cabeza para hurtarle el celular.
Además del susto que se llevaron los niños, ellos también se quedaron sin las pocas pertenencias de valor que traían consigo. Como si fuera poco, también se quedarán sin clase unos días: aunque la profesora Chacón no resultó físicamente lastimada por el asalto, la mujer sufrió un ataque de pánico y tuvo que ser trasladada al centro médico de Páramo.
La docente tenía su documento de identidad en el forro del teléfono; este fue encontrado tirado a la salida del centro educativo. El sitio donde fue dejada la cédula de Chacón es la primera pista que tiene la Sijin de San Gil para dar con el paradero del asaltante.
El mandatario local anunció que la Policía está asumiendo el caso y hace patrullaje de rutina. “Le pedí al comandante del pueblo que hagan más patrullajes, porque la gente está muy preocupada luego de este caso, porque se trata de un aula de clase y es muy grave”, dijo el alcalde Solano.
Delincuencia en Santander
La delincuencia en Santander está alcanzando límites crueles y salvajes. Este agresivo atraco frente a tantos niños recuerda el horrible crimen sufrido por la pequeña Nickol Valentina Rodríguez, de 15 años, asesinada a la altura del túnel de la glorieta vial del Mesón de los Búcaros, por unos delincuentes que le querían quitar su celular.
Como la adolescente habría opuesto resistencia, los hombres le causaron varias heridas con arma blanca. Mientras los médicos luchaban por salvarle la vida, en el lugar de los hechos varios compañeros de Nickol Valentina y habitantes de Bucaramanga hicieron una velatón, pidiendo por su salud y reclamando por la inseguridad en ese sector. No obstante, a la media noche del 25 de febrero perdió la vida.
Además, el hurto en Páramo se conoce horas después del robo de unas campanas de la iglesia de la vereda El Uvo de Curití, en el mismo departamento. Sus habitantes le piden a las autoridades que las busquen para consumar con normalidad las misas.
De acuerdo con lo que algunos habitantes del sector denunciaron a través de un video difundido en redes sociales y medios regionales, los delincuentes que hurtaron las campanas las habrían vendido en chatarrerías, por lo que le piden a la Policía que se dirijan a esos establecimientos para encontrarlas.
Según dicen los ciudadanos afectados, no se explican cómo logaron desprender los elementos del campanario, dado que pesan más de una tonelada. Por eso exhortaron a los propietarios de las chatarrerías para que no las reciban si llegan a venderlas.
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