Hace algunas semanas se dio a conocer que en dos operativos, efectuados entre el Ejército y la Policía Nacional, se logró la captura de seis personas y la incautación de explosivos, armas, granadas, municiones y panfletos que tendrían como destino Bogotá.
La Secretaría de Seguridad, Convivencia y Justicia informó que en un operativo el pasado 16 de febrero, en un puesto de control ubicado en la vía entre Tame (Arauca) y Sácama (Casanare), la Brigada 16 del Ejército y la estación de Policía de la zona, incautaron 49.750 cartuchos calibre 7.62, 284 paquetes que simulaban ser granadas mano; 320 paquetes de color blanco al parecer con material explosivo; 10 radios de comunicaciones y 3 cajas con detonadores eléctricos.
Además, se han presentando múltiples alertas de posibles atentados. La alerta que tuvo más atención fue el 5 de marzo, cuando las autoridades informaron sobre un presunto atentado en Bogotá que fue frustrado por miembros de la Policía Nacional en articulación con la Fiscalía General de la Nación.
De acuerdo con la Fiscalía, las acciones investigativas contra las estructuras ilegales que delinquen en el país adelantadas por la Dirección Especializada contra las Organizaciones Criminales, en articulación con la Policía Nacional, permitió frustrar lo que sería un plan terrorista en la capital del país. Y agregó que este logro se dio durante unas diligencias de registro y allanamiento en una vivienda ubicada en la localidad de Ciudad Bolívar, al sur de Bogotá.
Estos hechos han creado muchas dudas en la ciudadanía, teniendo en cuenta que en los últimos dos años el aumento de la violencia por parte de grupos armados como el Eln, las Disidencias de las Farc, el Clan del Golfo y otros ha sido significativo. Por lo que las personas se preguntan ¿De dónde vienen los artefactos? ¿Con qué fin los traen?
De acuerdo con Néstor Rosanía, investigador, corresponsal de conflictos y director del Centro de Estudios de Seguridad y Paz, en entrevista con El Tiempo, aseguró que: “Los explosivos que llegan a Bogotá ingresan camuflados en camiones de comida refrigerada o mediante el aval de empresas fachada. Lo que hacen es que cuando llegan los explosivos se da el famoso desvío, dinámica similar a lo que se hace con los precursores de la coca que entran legales al país y luego son usados para otros fines”.
El experto, además, anotó que para movilizar los explosivos existen dos entradas de alta importancia para los criminales, la primera, la autopista Sur, por donde llegan procedentes de la costa Pacífica, y la segunda, la vía al Llano, que bordea el corredor del Sumapaz que son zonas que vienen dando alertas desde el 2021 debido a que se han denunciado que los grupos armados han creado laboratorios para la producción y distribución de coca y enfrentamiento por dominio de territorio y rutas de tráfico.
Recordemos que el 13 de enero de 2022, la Policía Antinarcótico realizó un allanamiento en la localidad de Usme en el que se logró destruir un mega laboratorio de extracción y procesamiento de permanganato de potasio, sustancia química utilizada para la producción de cocaína.
El procedimiento fue sorprendente y puso en alerta a las autoridades debido a que muestra que las bandas de narcotráfico están reinventado los procesos de producción y se están trasladando a las zonas urbanas mediante laboratorios móviles, una modalidad que viene desde el 2018 y que permite a los grupos procesar entre 100 y 150 kilos de droga semanales y más de tres toneladas al mes.
De acuerdo con la investigación que se esta llevando acabo, a la cual la Revista Semana tuvo acceso, para poner en marcha el establecimiento al parecer solo se necesitaron siete millones de pesos para ponerlo en funcionamiento pues el establecimiento contaba con calderas metálicas prefabricadas y varios fogones que funcionaban con pipetas de gas propano que tenían que permanecer encendidos durante 30 horas seguidas a una temperatura de 200 grados, para lograr extraer la sustancia que luego de todo el proceso sería enviada a las disidencias de las Farc.
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