Quizá uno de los casos, que dejó las recientes elecciones legislativas, para evidenciar cómo funciona el sistema electoral, es el de Gilberto Tobón Sanín. El analista político, docente y doctor en Derecho y Ciencias Políticas superó a la mayoría de los elegidos congresistas en número de votos, pero no quedó elegido.
Tobón Sanín se inscribió como cabeza de lista por el partido Fuerza Ciudadana, creado por Hollman Morris y Carlos Caicedo, disidentes del Pacto Histórico y que apoyan la candidatura presidencial de Gustavo Petro. Con esa posición logró una nada despreciable votación de 173.558 sufragios.
Con ese número de votos, Tobón Sanín fue el quinto candidato más votado al Senado de la República después de Miguel Uribe Turbay y María Fernanda Cabal del Centro Democrático; Jonathan Ferney Pulido y Humberto de la Calle de la Coalición Centro Esperanza.
“Es muy dudoso el sistema electoral nuestro”, afirmó Tobón Sanín en diálogo con la emisora Blu Radio al reconocer su derrota. Pero las dudas al sistema, aclaró, no se deben a su derrota porque aunque parezca una contradicción, tiene una explicación en el mismo sistema electoral.
El número de votos obtenidos por un partido y todos sus candidatos debe superar el umbral, que es el número mínimo de votos válidos para entrar en la distribución de las curules. En el caso del Senado era el 3% de los votos válidos emitidos. Lo que quiere decir que si un partido logra esa cantidad de votos, tendrá derecho a curules en la corporación y por derecho propio obtiene la personería jurídica. En la Cámara de Representantes es igual, la condición para el partido es que al sumar el total de los votos de sus candidatos, se logre llegar al 3%.
Así si, por ejemplo, las elecciones tienen 20 millones de votantes, solo los partidos que lleguen a 600.000 votos pueden acceder a curules. Los restantes pierden la personería jurídica así bordeen los 599.000 votos. La excepción se da en los movimientos de curules indígenas y negritudes, que no tienen umbral y la personería la ganan automáticamente los que consigan un escaño.
En el caso de Fuerza Ciudadana no logró el umbral para el Senado de la República, aunque estuvo muy cerca. Obtuvo 439.596 votos de los 488.368 aproximadamente que se habían establecido de votos válidos, lo que representó un 2,7 % del anhelado 3 % requerido.
Aunque estuvo cerca, no lo logró. Por esa razón ese partido que se proponía ser parte de las fuerzas progresistas no entró en la repartición de curules y uno de los candidatos más votados quedó vio truncada su aspiración por resultados colectivos.
“No estoy diciendo que me robaron la elección. Había que pasar el umbral y se quedó. Saqué una votación muy alta, los otros no la sacaron. No sacaron lo que ellos pensaron que iban a sacar. Se sobredimensionó mucho la posibilidad de la votación. Eso fue lo que pasó”, afirmó Tobón Sanín en diálogo con la emisora Blu Radio.
Incluso lamentó una decisión de cálculo político que no rindió frutos. “A lo mejor si me hubiera mantenido en el Pacto Histórico sería senador”, sostuvo. De haberlo hecho, habría ayudado a aumentar el número de curules de la alianza de Gustavo Petro que fue la más votada en ambas cámaras, pero no lo hizo porque no confía en las listas cerradas que llevaba esa coalición.
Esa misma conclusión sostuvo Gustavo Bolívar, cabeza de lista del Pacto Histórico. “Una lástima perder casi 500 mil votos de Fuerza Ciudadana. Unos 6 senadores menos. Y un gran señor como don Gilberto Tobón Sanín, quemado con 170 mil votos. Una gran injusticia. A manera de autocrítica: Debieron estar en el Pacto”, escribió a través de Twitter.
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