En la mañana de este lunes se conoció que se puso a la venta el edificio más alto de Colombia, la Torre Sur del BD Bacatá. El proyecto hotelero y residencial tiene 67 pisos. De acuerdo con lo que reportó la empresa promotora, la venta se hace con el objetivo de resarcir a los más de 2.000 inversionistas que tienen un pleito por los derechos fiduciarios. El edificio, según lo pactado en las condiciones, será vendido tal y como se encuentra hoy en día; es decir, quien lo compre tendrá la responsabilidad de terminar de construir el 30% de la estructura que le hace falta al proyecto.
Lo que reportó a W Radio Pablo Trujillo, presidente de Acción Fiduciaria, es que ya hay dos firmas interesadas en adquirir la llamativa propiedad. Aunque no entregó nombres, destacó que se trata de un fondo de inversión extranjero y una constructora. Ambas compañías tienen un plazo de 30 días para armar sus respectivas propuestas y, a partir de allí, se definirá si hay interés en alguna de las mismas. Posterior a ello, serán 60 días los destinados para diligenciar los documentos necesarios.
La historia de este edificio data de varios años atrás. Hacía el 2008 se hizo público un brief en el que se detallaba que la futura existencia de la torre BD Bacatá, una estructura que superaría la altura de la popular torre Colpatria. Aquel novedoso edificio, según su descripción, sería el “gran megaproyecto de infraestructura del futuro”. La torre, inicialmente, se pensó como un espacio para 404 apartamentos de 39 metros cuadrados por 112 metros cuadrados.
En 2009, sin embargo, un año después de las promesas, empezaron a rondar los problemas. A través de un crowdfunding, en el que participaron más de 4.200 inversionistas, se adquirieron derechos fiduciarios para recibir utilidades tras la entrega del proyecto, por aquellos días, entonces, se hizo una inversión de más de US$20 millones. La obra empezó a ser construida en el 2011.
Hacia el 2018, cuando la obra ya estaba considerablemente adelantada, Venerando Lámelas, el entonces presidente de BD Promotores, grupo socio del proyecto, aseguró que se había cometido un error, pues, se habían establecido plazos que, al final, eran poco probables de cumplir, en otras palabras, imposibles. Para ese año se pretendía que la obra estaría 100% terminada, sin embargo, solo estaba levantado poco más del 50% de la misma. Para este año, de hecho, 2022, la obra solo completa el 70% de su terminación definitiva.
En 2019, además, la falta de recursos llevó a la constructora que inició el proyecto, Prabyc Ingenieros, se retirara de sus labores y que iniciara su trabajo la firma Aluman. “Cuando se acabó la plata del proyecto, nosotros no continuamos. Cuando se liquidó la promotora a nosotros nos quedaron debiendo $25.000 millones (...) Bacatá ya está entregado en 60%, las viviendas y oficinas están funcionando, el centro comercial también” y añadió que “lo único que queda realmente por terminar son los hoteles”, destacó la firma, en vocería de Diego Fernando Prada, socio de Prabyc, en testimonios rescatados por La República.
Se debían más de $20.000 millones, por lo que con la contratación de Aluman para terminar las obras de la fachada además de la torre sur y norte. Los costos, entonces, serían cubiertos con activos. En noviembre del 2021, varios de los inversionistas que habían depositado sus ahorros o pensiones en el complejo inmobiliario destacaron que tenían más de diez años sin recibir el retorno de su inversión. Para ese entonces se esperaba la decisión del liquidador designado por la Superintendencia de Sociedades respecto a la declaración de los inversionistas como acreedores o no.
“Entre las decisiones que tiene el liquidador sería decir a los dueños de los fideicomisos que no son acreedores sino aportantes, contradiciendo lo que ha reiterado la Superintendencia Financiera de Colombia generando un nuevo choque de trenes; sus hoteles y sus áreas comerciales les pertenecen con autonomía sobre sus activos. Sería la más conveniente para nosotros”, destacó uno de los afectados ante RCN Radio.
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