Elecciones 2022: qué se juega Colombia este 13 de marzo

La jornada electoral en Colombia de este domingo 13 de marzo tiene implícita la posibilidad de una transformación del modelo político que ha gobernado los últimos 20 años al país

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Jóvenes sufragan durante la elección
Jóvenes sufragan durante la elección de los Consejos Municipales y Locales de Juventud el domingo 5 de diciembre de 2021, en Bogotá (Colombia). EFE/ Mauricio Dueñas Castañeda

Este domingo 13 de marzo, más de 34 millones de colombianos podrán acercarse a las urnas en la que promete ser una de las elecciones legislativas más importantes de su historia. Los 107 senadores y 186 representantes a la Cámara que sean elegidos este domingo se posesionarán el próximo 20 de julio con un nuevo presidente en ciernes que asumirá el poder 17 días después. Su nombre muy probablemente saldrá de entre 15 aspirantes que se miden en las consultas primarias de tres coaliciones, cada una de las cuales tendrá un candidato definitivo esta noche.

El proceso electoral de este domingo en Colombia tiene así un peso doble. No solo se reemplazará enteramente su poder legislativo, sino que se verá cómo está realmente el liderazgo político nacional y quién parte como puntero para la elección presidencial del 29 de mayo. Todas las encuestas coinciden en poner en punta a Gustavo Petro, exalcalde de Bogotá y actualmente senador, cuyo movimiento Colombia Humana hace parte de la coalición de izquierdas Pacto Histórico.

El Pacto donde Petro domina

Precandidatos del Pacto Histórico, Francia
Precandidatos del Pacto Histórico, Francia Márquez y Gustavo Petro. Foto: Twitter @AlexLopezMaya

Petro ha dominado de manera avasallante su consulta, marcando constantemente resultados superiores al 70% de los votos en las encuestas. Además de la lista del Pacto cuenta con la de Fuerza Ciudadana, con miembros fieles a su campaña. Su rival más cercana es Francia Márquez, una mujer representante de las comunidades negras del Cauca que logró el aval del Polo Democrático y cuyo discurso contra la discriminación de las minorías étnicas y la mujer ha calado muy hondo en un sector del electorado. Márquez también tiene el apoyo de Estamos Listas, un movimiento nuevo feminista y de democracia colectiva que trae por primera vez a América Latina estos modelos y ha ganado fuerte apoyo, al menos, en las redes sociales.

La previsión es que Petro gane holgadamente su consulta, ya que lidera todas las encuestas duplicando al segundo y quintuplicando a Márquez, y la fuerza de su nombre es tal que el candidato se permitió irse en los últimos días de la campaña a Chile para hacer parte de la posesión de Gabriel Boric. Otros aspirantes como el exgobernador de Nariño Camilo Romero, representante de una disidencia de la Alianza Verde; la lideresa indígena de la Guajira Arelis Uriana y el pastor cristiano Alfredo Saade no han tenido mayor éxito.

Petro ha sido comparado constantemente con Hugo Chávez, Nicolás Maduro y Raúl Castro por sus opositores, pero sus perspectivas de gobierno podrían asemejarlo más a Andrés Manuel López Obrador en México o Lula da Silva en Brasil. Según las encuestas, sería el primer presidente de un movimiento de izquierda en la historia de Colombia. La discusión en la coalición está en la elección del candidato vicepresidencial: en teoría el segundo de la consulta debería ser quien acompañe a Petro en el tarjetón, pero en las últimas semanas sus líderes han rechazado esta postura para permitir negociaciones con otros sectores políticos que se unan al Pacto.

El Centro Esperanza se hunde en las peleas

Los cinco candidatos de la
Los cinco candidatos de la Coalición Centro Esperanza. Imagen: Coalición Centro Esperanza

Esta pelea es menor al compararla con las fuertes discusiones dentro de la Coalición Centro Esperanza, de movimientos y partidos alternativos de centro. Aunque su movimiento más representativo es la Alianza Verde, que tiene entre sus líderes a la alcaldesa de Bogotá Claudia López y su esposa, la senadora Angélica Lozano, el rechazo a la labor de López y peleas internas motivaron que varios congresistas se fueran al Pacto Histórico con Camilo Romero. Los que quedan dentro de la coalición apoyan al exgobernador de Boyacá Carlos Amaya, un candidato joven pero sin reconocimiento a nivel nacional.

El reconocimiento sí lo tiene el que fuera candidato de la Alianza en 2018, el exgobernador de Antioquia Sergio Fajardo, quien quedó tercero hace cuatro años detrás de Petro e Iván Duque. Sus mayores rivales serán el exsenador Juan Manuel Galán y el exministro Alejandro Gaviria. Completa la coalición Jorge Robledo, que luego de 20 años en el Senado decidió buscar la aspiración presidencial con su movimiento Dignidad, pero que no ha ganado apoyo popular al ser parte de la izquierda más dogmática.

Galán, quien logró recuperar el aval del movimiento Nuevo Liberalismo de su padre Luis Carlos, asesinado en 1989 por el narcotráfico, ha hecho una campaña con las banderas de su padre y enfocado en la renovación del Congreso, con una lista al Senado cargada de nombres mediáticos, víctimas del conflicto y con pocos políticos tradicionales. Gaviria cuenta con el prestigio de su buen desempeño en el Ministerio de Salud entre 2015 y 2018 y la rectoría de la Universidad de los Andes, pero ha recibido apoyos de políticos de partidos tradicionales como el Liberal y Cambio Radical que le han ganado el rechazo de sus compañeros de coalición.

Equipo por Colombia, desde la derecha

Equipo por Colombia (Colprensa-Sergio Acero)
Equipo por Colombia (Colprensa-Sergio Acero)

El Partido Liberal no se unió formalmente a una consulta, con su líder, el expresidente César Gaviria, jugando a varias manos. En el caso de Cambio Radical hay una unión informal con la coalición de derechas de Equipo por Colombia, motivada por la presencia de uno de sus mayores electores regionales, el exalcalde de Barranquilla Alejandro Char, como candidato. Aún así, el partido inscribió formalmente y de último minuto a su director Germán Córdoba, en buena parte motivado por una fuerte caída en las opciones de Char luego que se divulgaran investigaciones que lo involucran en un entramado de corrupción y compra de votos cuya cara visible es la exsenadora Aída Merlano, prófuga de la justicia y refugiada en Venezuela.

El Equipo por Colombia ha jugado a la experiencia, con candidatos de amplia trayectoria. A Char se suman el exalcalde de Bogotá Enrique Peñalosa, con el aval del gobiernista Partido de la U, y su homólogo de Medellín Federico Gutiérrez, quien ingresó por firmas. También está el senador David Barguil, apoyado por el Partido Conservador, quien recibió un fuerte impulso por su rechazo a la decisión de la Corte Constitucional de despenalizar el aborto hasta la semana 24; su propuesta de un “referendo por la vida” ha llamado a centenares de líderes religiosos y de derecha en los últimos días de la campaña. Finalmente está Aydée Lizarazo, senadora del partido cristiano Mira.

¿Y qué pasa con el Centro Democrático? Oficialmente, el partido de gobierno hará campaña por quien fue su candidato en 2014, Óscar Iván Zuluaga, pero tiene una dura pelea por delante. En el Senado no podrán contar con el arrastre de votos del expresidente Álvaro Uribe que les permitió sumar 19 senadores y la mayoría en el Congreso. Tanto Zuluaga como la cabeza de su lista, el excandidato a la Alcaldía de Bogotá Miguel Uribe Turbay, no llaman electores. Sí lo hace la senadora María Fernanda Cabal, que ha impulsado a la ultraderecha dentro del partido, pero que anunció públicamente su apoyo a Alejandro Char; otros candidatos al Congreso se unieron a ‘Fico’ Gutiérrez. Ni siquiera el propio presidente Iván Duque ha ayudado, al asegurar que votaría en “una consulta” en contra de las peticiones de Zuluaga.

El Congreso para los próximos cuatro años

Congreso de la República de
Congreso de la República de Colombia, Sergio Acero (Colprensa)

El Congreso que salga elegido en la noche de este domingo será, así, una primera medida de con quién podrá contar el futuro presidente. Las predicciones apuntan a un Pacto Histórico que, junto con sus movimientos aliados, supere los 25 senadores, una minoría notoria pero que no permitiría a un gobierno de izquierdas gobernar sin tener en cuenta a los partidos tradicionales como el Liberal y Cambio Radical. Hay también serias dudas sobre la capacidad de la Alianza Verde para superar los nueve miembros en la Cámara Alta, la posibilidad que se diluyan los votos del Centro Democrático y el Partido de la U, y los nuevos movimientos.

Cabe recalcar que, según la normativa electoral, los únicos partidos que mantienen la personería jurídica y logran representación en el Congreso son los que superen el 3% del voto válido a nivel nacional. Al tener en cuenta la abstención, esto implicaría que cada partido que llegue a unos 550.000 votos podrá poner tres senadores. Esto abre una dinámica muy compleja en la que pocos votos podrían potenciar a movimientos nuevos como Estamos Listas o el Nuevo Liberalismo, o sepultarlos al hacerlos perder la personería.

Un último punto es la presencia de las curules asignadas en el acuerdo del Teatro Colón entre el Gobierno nacional y las Farc. A los 10 congresistas (5 senadores y 5 representantes) que tendrá fijo el partido Comunes, sucesor de las desmovilizadas Farc, se suman 16 curules en la Cámara para víctimas. Estas se encuentran ubicadas en las zonas que sufrieron más fuertemente durante el conflicto armado, pero por esto mismo la presencia de disidencias y otros grupos al margen de la ley les pone una presión adicional. También lo hace las denuncias de que el gobierno Duque no ha entregado financiación para hacer campaña. Aún así, la expectativa por estas curules es un elemento adicional para una de las campañas más complejas de la historia.

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