En el sur de Santa Marta, a escasos metros de la estación de Policía, dos criminales en moto los interceptaron, les dispararon en repetidas ocasiones y acabaron con la vida de dos hermanos y su padrastro, quienes se movilizaban en un carro particular.
Las calles de ‘Gaira la dulce’, como conocen a este sector en la capital del Magdalena, fue escenario del atentado, las víctimas fueron identificadas como Enier Alfonso López Mendoza (63 años), Estiven Jiménez Gutiérrez (26 años) y Heimer Yesid Canoles Gutiérrez (29 años).
El triple homicidio se registró sobre la calla 13 con carrera 11, a bordo de un vehículo Mazda, color verde y de placas BIO 104, matriculada en Bogotá. Cuando el conductor intentaba cruzar la calle 13, dos individuos a bordo de motos diferentes lo interceptaron e hicieron que frenara el automóvil.
Al disparar, escondieron el arma y huyeron de los hechos, según los testigos del lugar, los sicarios tomaron la Troncal del Caribe para escapar porque más adelante estaba la estación de Policía.
“Sujetos en motocicletas alcanzan al vehículo, le disparan en repetidas ocasiones, tenemos al interior del vehículo, tres personas del sexo masculino, que fallecen como consecuencia de las heridas por arma de fuego, ya tenemos identificada a la propietaria del vehículo. Para poder saber el origen de este problema, estamos verificando una cámara en el sector para tener más detalles del hecho”, comentó el comandante de la Policía Metropolitana de Santa Marta, coronel Jesús de los Reyes Valencia.
Además , agregó que las víctimas, al parecer, eran seguidas desde que salieron de su lugar de residencia en el oriente de Santa Marta, “estas personas por lo que observa las venían siguiendo y ya sobre la calle 13 de Gaira es que los alcanzan y es donde se genera los impactos con las armas de fuego que portaban los sicarios. Por el momento estamos verificando si el carro estuvo inmerso en otro hecho delictivo, ya tenemos el dato de la propietaria, donde reside y sus datos personales”, puntualizó.
Personal del Laboratorios Móvil de Criminalística del CTI de la Fiscalía realizó los actos urgentes e inspección judicial de los cadáveres. De igual manera, investigadores iniciaron las labores para establecer los móviles y esclarecer el crimen.
Ambición, envidia y unos vecinos que hablaron demasiado: así fue el homicidio de una mujer por una camioneta en Barranquilla
El caso de Liliana Segovia en Barranquilla, continúa revelando datos escabrosos de un hecho que consterna a toda la costa atlántica, pues las condiciones en que se realizó el crimen generan todo tipo de especulaciones, acerca de la implicación de otros actores en este lamentable suceso que acabó con la vida de la mujer de 36 años, que desapareció el pasado 28 de febrero en las horas de la mañana y fue encontrada muerta el 2 de marzo en una vía secundaria del municipio de Tubará en el Atlántico.
Tras conocerse la captura de Jairo Medina Vega, surgieron hipótesis respecto a quiénes acompañaron al capturado en la realización del crimen, Medina relató cómo de manera individual, acabó con la vida de Liliana Segovia, sin embargo, la Policía aún tiene dudas, pues afirman que es difícil que un hecho como estos lo conduzca una persona únicamente, debido a la serie de movimientos que tuvo el cuerpo y las condiciones en que se halló, además de la planeación el crimen.
Jairo Medina aparentemente se encontraba en búsqueda de la camioneta que le pertenecía a Liliana Segovia, un automotor de alta gama que era apetecido por varios compradores que desde el ámbito ilegal realizan distintas tareas para conseguir nuevos papeles y enviarlos vehículos a Venezuela, según estableció Zona Cero, en donde no pueden ser rastreados. Medina habría acordado con un comprador en Valledupar, la adquisición del vehículo, pero este tendría que llevarlo a la capital del César para realizar la transacción.
El capturado ya habría planeado su objetivo principal, pues sería la camioneta de la víctima la que sería vendida, por lo tanto, desde ahí inició la ejecución de este plan. Según conoció el diario El Heraldo, Medina y Segovia se habían conocido meses atrás en un compartir de un edificio, en ese lugar se supo sobre el buen momento económico que vivía la mujer, situación que generó distintas especulaciones, además de provocar malas intenciones en el presunto delincuente, quién citó a la víctima para hablarle sobre un negocio de cripto monedas y la posibilidad de multiplicar ganancias con ella.
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