El francés Warren Barguil (Arkèa Samsic) se reencontró con la victoria en el World Tour cinco años después de su último triunfo en el Tour de Francia, en la jornada de los muros de la Tirreno Adriático en la que el esloveno Tadej Pogacar (UAE Emirates) conservó el maillot azul de líder.
Barguil tiró de fuerza y experiencia para soltar a sus nueve compañeros de fuga cuando restaban cinco km para meta. Afrontó solo el último muro y llegó con margen para degustar el sabor de los triunfos del World Tour, pues desde el Tour 2017, cuando ganó dos etapas, no lograba alzar los brazos en una carrera de máxima categoría.
El ciclista galo llegó al límite de sus fuerzas, con un tiempo de 3:39:53 en el trayecto entre Sefro y Fermo, de 155 km. Aventajó en 10 segundos al belga Xandro Meurisse (Alpecin Fenix) y en 14 al italiano Simone Velasco (Astana), también protagonistas de la escapada inicial.
El grupo principal con el líder Tadej Pogacar, Vingegaard, Enric Mas, Evenepoel y Mikel Landa llegó a 28 segundos del ganador, mientras que Pello Bilbao se alejó hasta los 35. Algunos segundos atrás llegaron los colombianos Miguel Ángel López y Rigoberto Urán.
En la general se mantuvo firme Pogacar, quien junto a Evenepoel y Vingegaard protagonizó la anécdota de la jornada, pues se confundieron de carretera cuando marchaban escapados y lanzados en busca de cabeza de carrera. Se fueron por otro camino y debieron rectificar, por lo que perdieron las opciones de ganar la etapa.
Pogacar afrontará la etapa reina de este sábado con una renta corta de nueve segundos sobre Remco Evenepoel, el hombre que provocó la citada escapada fallida. Tercero a 43 segundos es el neerlandés Thymen Arensman (DSM), cuarto Vingegaard a 45 y quinto el colombiano Miguel Ángel López (Astana) a un minuto.
A 10 de meta había incertidumbre. Las fuerzas no iban precisamente intactas después de todo el día en fuga, pero la renta de 1:50 minutos de los escapados abría el pronóstico a favor del grupo de Barguil. Un ataque de Soler en el grupo principal agitó el avispero y sirvió de maniobra de aviso para los rivales de Pogacar.
Efectivamente, a 100 metros de la cima de Madonna d’Ete, penúltimo obstáculo, soltó el latigazo Evenepoel, llevándose a rueda a Pogacar y Vingegaard. Un trío de lujo con los dientes afilados y dispuestos a cargarse las ilusiones de los fugitivos. Iban lanzados cuando en vez de girar hacia la derecha siguieron rectos. Ese no era el camino. Tuvieron de dar la vuelta. Ahí se dejaron el esperado protagonismo final, cuando restaban 6 km.
La victoria estaba delante. Lo supo Barguil, quien atacó de lejos sin respuesta de sus compañeros de aventura. Se fue solo, abrió hueco y con el sol pegando de frente, deslumbrante se subió con agonía el último muro de Fermo (3,2 km al 8,5 por ciento), una montaña terrible cuando las fuerzas van al límite.
La sexta etapa será la reina de esta 57 edición de la “Carrera de los dos mares” con el recorrido de 215 km entre Apecchio› y Carpegna. El doble ascenso al Monte Carpegna, de categoría especial, de 6 km al 9,9 por ciento de media, marcará las diferencias definitivas en la general. El segundo paso por su cima, se encuentra a 13 km de meta.
SIGA LEYENDO: