“El legado del uribismo en estos cuatro años es que al final no entregaron ni guerra ni paz”: Juan Carlos Flórez

Más allá del pesimismo, el exconcejal de Bogotá se decidió a hacer una campaña sin vallas ni anuncios para asumir su responsabilidad desde el Senado en una era crítica

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Juan Carlos Flórez se desempeño
Juan Carlos Flórez se desempeño como concejal durante tres periodos en Bogotá, ganando por primera vez en la ciudad su puesto con una campaña cero costo.(Colprensa - Diego Pineda)

Juan Carlos Flórez es un desencantado de la política. Un exconcejal desengañado de Claudia López y su Alcaldía, un historiador que ve al gobierno de Iván Duque como un desastre y un personaje austero que se dio cuenta en las páginas de un libro que lo mínimo que debía hacer como funcionario público era asumir su responsabilidad en el Congreso, recinto del que se refiere como una zanganería pura, para afrontar un periodo que considera crucial en la historia del país.

Para su campaña al Senado de la República por la Alianza Verde dice que no ha invertido un solo peso. Está convencido que las vallas, volantes y afiches remplazaron la falta de argumentos de los políticos. Y cree que su alianza, la Coalición Centro Esperanza, no ha estado a la altura de las circunstancias. Sin embargo, el domingo 13 de marzo aspirará superar el umbral y quedar elegido en la urnas por una ciudadanía hastiada del continuismo y la degradación. Juan Carlos Flórez, exconcejal de Bogotá en tres periodos, habló con Infobae Colombia acerca de la “deteriorada” clase política, los privilegios del Congreso y de los caudillismos.

Infobae: ¿Cuál fue su mayor inspiración para saltar al Senado en estas elecciones, considerando que usted ejerció como concejal en Bogotá durante tres periodos y parece un desencantado de la política?

Juan Carlos Flórez: Uno podrá decir muchas cosas, pero en mi caso tenía muchísimas dudas. Yo sentí que en el caso del Concejo de Bogotá ya había aprendido lo que iba aprender. Sentí que me estaba repitiendo y que debía abrirle el camino a otras personas jóvenes para que llegaran como yo lo había hecho en la primera ocasión: con nuevos ánimos, nuevas ideas, con la capacidad viva de soñar. Jóvenes a los que no les han cortado las alas, que es algo tan común en culturas como las nuestras.

Pero lo que me decidió fue la lectura de un libro que se llama ‘La nación sentida’, que me encontré un día de casualidad de un autor que me gusta mucho que se llama Herbert Brawn, y versa sobre un año decisivo en la historia de Colombia: 1949. Este es el año en el que se desplomó lo que quedaba del sistema democrático colombiano, se fue a pique. Las élites resultaron incapaces de afrontar lo que el país estaba viviendo que era una guerra civil en ciernes. La clase dirigente no tuvo la altura ni intelectual ni moral ni política para afrontar este hecho. Y el año siguiente fue tal vez uno de los años más terribles en la historia de Colombia con más de 50.000 asesinatos en el país como consecuencia de esta guerra que fue escalando a una velocidad monstruosa.

Leer eso me señaló la enorme responsabilidad que tiene uno cuando está en la vida pública. Esto no se trata de salir bien librado en las elecciones, sino de asumir las responsabilidades. Guardando las distancias en el tiempo, yo creo que este año es tan decisivo en la historia de Colombia como fue el año 1949 y esa fue la decisión por la cual yo me presenté en el Senado.

El exconcejal de Bogotá, Juan
El exconcejal de Bogotá, Juan Carlos Flórez, y su fórmula a la Cámara, Fernando Rojas, buscan llegar al Congreso con una campaña de costo cero. Foto: Twitter

Infobae: ¿Cree que podamos estar en ese escenario en el que los políticos no se encuentran a la altura intelectual ni política de las circunstancias como en 1949?

JCF: En alguna medida estamos en ese escenario, eso para mí es claro. Si nos fijamos qué fue lo que ocurrió durante la pandemia, uno de los momentos más terribles que han vivido las personas y las familias en Colombia en varias décadas: toda la crisis social; el incremento de la desigualdad; la degradación del trabajo con contratos de absoluta esclavitud laboral de tres o cuatro meses; y los bolsillos rotos. Es claro que el grupo dirigente no ha estado a la altura de este momento, que abandonó sus deberes democráticos y no cumple con sus deberes cívicos.

Buena parte de la clase dirigente es un pésimo ejemplo ético. Todo el tiempo está saliendo en los titulares, pero son los titulares judiciales. Yo estoy conmocionado por la noticia que contaba que un exsecretario del gobierno de Medellín fue condenado por estar al servicio de la Oficina de Envigado durante la alcaldía del actual precandidato presidencial Federico Gutiérrez. Esa es una de las organizaciones criminales más pavorosas no solo de Colombia sino que, me atrevería a decir sin exagerar, del mundo. Y además es una persona proveniente de los círculos altos de Medellín.

Esta es una más, pero se podría aburrir a la gente con la cantidad de políticos y administradores públicos que no han dado la talla. Yo creo que ya estamos viviendo una situación comparable a esa fecha, pensándolo como una analogía. El deterioro en la calidad del grupo dirigente colombiano es pavoroso, por decirlo menos.

Infobae: En una campaña política plagada de publicidad física y digital entre pancartas, vallas, afiches y volantes, y en la que además se ha evidenciado propaganda negra. ¿Cómo ha sido apostarle a una campaña de costo cero?

JCF: Yo creo que en un país como el nuestro el primer desafío es superar el miedo a experimentar. La capacidad de experimentar se pierde muy temprano en nuestra vida si uno lo compara con otras naciones en la que esta capacidad se extiende hasta bien entrada la vida adulta. Y se resume en esa frase colombiana que yo no me aguanto: “eso no se puede”, “es imposible”, “aquí nada cambia”, pero yo quiero que me expliquen porqué no se puede. Ese es el primer desafío que uno debe superar, esa incredulidad, que incluso, viene de los más cercanos.

Pero hay una cosa que me gusta más que experimentar que es poder dormir tranquilo. Para mí la conciencia es algo muy importante. La peor cosa que me puede decir alguien desde afuera no es equivalente a si la conciencia me remuerde. Saber que no me toca ir a pedir plata en quién sabe donde, además de estar despilfarrando plata en este momento de carestía en el que un plátano puede valer 4.000 pesos. Lo cual es una situación extremadamente grave para la gran mayoría de la gente que tiene trabajos informales o contratos de muy corta duración. De manera que eso es una grosería.

Y luego, encuentro muy sano, espiritual y físicamente, no hacer parte de una insultadera. Yo creo que esas vallas que insultan a alguien son el reflejo que la política perdió los argumentos. Si la política tuviese argumento no tendría porqué estar uno insultando a sus contrincantes y degradándolos como seres humanos. Para mí es muy liberador y disfruto mucho hacer una campaña así.

Infobae: ¿Cree que el ejercicio que usted está implementando puede ser replicado o considera que nuestra costumbre de hacer política lo impide?

JCF: Yo creo que este es el futuro en la política. Las formas de hacer las cosas, las tecnologías y los mecanismos van cambiando. Sería valioso que se le preguntara al personal político cuántos días han permanecido en sus casas enfermos, con bajadas de tensión y esas cosas, la gente quedaría sorprendida. Hay algunas notas periodísticas que lo revelan: “tal candidata no estuvo en el acto que le organizaron porque estaba enferma en su casa”. La gente no se imagina la cantidad de políticos que han tenido bajonazos durísimos, que les impidió salir a la calle durante varios días, así como los que no duermen, porque no están funcionado los medios tradicionales.

El volanteo no está funcionado. Vale la pena que la gente le siguiera la pista a los políticos que salen a la calle para que se diera cuenta que ni siquiera es rechazo, sino indiferencia de los ciudadanos. Es como si el político no existiera. Como lo dijo un veterano periodista bogotano: “las vallas hoy le hablan al vacío”. Y lo más terrible es que es un inmenso despilfarro de plata. No en balde la compra de votos es a lo largo y ancho de Colombia.

En Bogotá decenas de personas le dicen a uno en la calle que los llaman los empleadores a reuniones políticas de este y aquella. Eso quiere decir que el sistema se agotó. El político remplazó su ausencia de argumentos, su falta de compromiso y su incapacidad de hacer reformas con el marketing. Igual que ocurre con el marketing comercial: “yo soy manteca y sirvo para fritar”. Este es un tipo de hacer política que es insostenible salvo su degradación que destruye lo poco que queda de democracia en Colombia porque los políticos son incapaces de reformarse.

El exconcejal de Bogotá Juan
El exconcejal de Bogotá Juan Carlos Flórez propone una reducción para los privilegios en el Congreso y una reforma laboral. Foto: Twitter

Infobae: ¿De quedar elegido el próximo domingo cuáles son sus principales propuestas durante la próxima legislatura?

JCF: La primera propuesta es trabajar por la reducción de los privilegios desmedidos del Congreso. Ojalá lleguen muchos senadores y senadoras, así como representantes con los que se pueda trabajar por la reducción del salario de los congresistas en un 50 %. El Congreso de Chile, un país más rico que nosotros, rebajó su salario en plena pandemia en un tercio. Lo que es muy particular porque en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), los salarios más altos eran los de Chile y Colombia. Hoy creo que son los de nuestro país, y no somos precisamente el país más rico ni el de mejor desempeño de la OCDE.

Asimismo, busco reducir las vacaciones del Congreso al mismo número de vacaciones de la gente que tiene un trabajo formal que son 15 días hábiles. Un Congreso que está tres o cuatro meses parado es un insulto. ¿Qué se creen, los reyes zánganos de la colmena que son mantenidos por todas las abejas?

De igual manera, pienso unirme a otros Congresistas de buena voluntad para promover una reforma laboral que desaparezca ese sistema de esclavitud laboral actual que son los contratos de prestación de servicios. Esos contratos que nunca han podido formalizarse porque los terminan antes de tiempo. Eso un sistema ignominioso porque mantiene en los contratos Estatales a la gente dependiendo del político o el burócrata que se los da. Y en el caso de las campañas están llenos de presiones.

A la par de esto, es muy importante un sistema de protección del agua en Colombia. Que obviamente esté reflejado en la Ley, pero que requiere un cambio institucional. Porque hoy cuando se observan los sistemas de protección ambiental son sistemas parcelados a cargo de las Corporaciones Autónomas Regionales (CAR) y la gran mayoría se las han tomado los políticos, haciendo que opera bajo ese secuestro. De manera que ahí no hay trabajo científico ni en el que se vinculan a los ciudadanos o a los sectores económicos que no esté permeado por el clientelismo y la corrupción. Yo la llamo una Ley global que contempla desde los glaciales, que nosotros los llamamos los nevados, hasta los manglares, ciénagas y océanos.

Infobae: ¿Qué prácticas que hacía en el Concejo traerá al Congreso?

JCF: Yo quiero continuar el trabajo que hice en el Concejo que es denunciar privilegios indebidos. ¿Porqué tienen que pagarme el carro? Salvo una persona que tenga riesgos a nivel de su seguridad. ¿A caso un congresista no tiene la suficiente plata para pagar su carro? Sería interesante saber cuánto se ganan los que venden unos carros japonenses en Colombia, unas camionetas 4x4 que además son de una sola marca y de un solo color. Van todos uniformados. ¿Por qué tienen que tener vidrios oscuros?¿Por qué no los pueden ver los ciudadanos?¿Por qué tienen que ir escondidos? Ahora buscan visibilizarse con vallas y volantes, pero después se esconden detrás de vidrios oscuros, eso no lo logro entender.

Infobae: ¿Y respecto a la corrupción, ese caballo de batalla que todos quieren domar?

JCF: Busco enfrentarla no con palabras. Ya la campaña Costo Cero ya es enfrentar esa corrupción. En el Hay Festival de Cartagena, en una de las charlas en las que participó el economista Thomas Piketty, señaló que unos escandinavos habían encontrado una relación directa entre la corrupción con las campañas muy caras. Ya mi campaña es un aporte a la lucha contra la corrupción. Qué nos ganamos con echarnos discursos y organizar referendos, luego que te posesionas como político, si terminas haciendo lo mismo que criticaste cuando promovías el referendo. Por eso hay que predicar con el ejemplo.

Ese es el lío de Colombia. Es como cuando los políticos le dicen a la gente “use el transporte público”, pero ¿en qué se movilizan ellos? En transporte público nunca, solo para el show, pero de resto nunca. Van en su 4x4. O los que dicen que son ciclistas y llevan la bicicleta colgada en el carro blindado. Usan la bicicleta cuando llevan al equipo de campaña o de la Alcaldía para que les tomen fotos.

Infobae: ¿Por qué se decantó por la Coalición Centro Esperanza y cómo ha visto esas disputas dentro de la alianza?

JCF: Escogí la coalición porque me gustaba que personas tan distintas como Robledo, Fajardo, Galán y Cristo estuvieran allí, eso me parecía muy interesante, pero por desgracia no se ha trabajado en transmitirle a Colombia que esas diferencias implican una gran suma. Eso no se ha logrado y es lo que me produce una gran tristeza.

Siento que no ha logrado transmitir ese liderazgo que Colombia está buscando. El país está buscando liderazgos y alternativas. Me parece que la política no ha estado a la altura de la búsqueda de esa sociedad. Hoy la sociedad es de lejos superior a sus políticos. Ellos se quedaron pensando que son el centro de la tierra. Por eso pagan 80 millones de pesos para poner una foto en una valla. Eso es lo que cuesta una valla bien ubicada en Bogotá, lo que representan 80 salarios mínimos.

La Coalición en ese aspecto no ha estado a la altura. Una cosa es que hayan debates internos y otra diferente es el intento de algunos por destruir a su contrincante. Deslegitimarlo. Yo no estoy de acuerdo con eso, de manera que, sin duda, hoy la Coalición no ha logrado transmitir la idea que los candidatos somos la alternativa que Colombia necesita y eso me produce una inmensa tristeza.

Juan Carlos Flórez acompañó a
Juan Carlos Flórez acompañó a Antanas Mockus durante su aspiración a la Alcaldía de Bogotá (COLPRENSA – CHRISTIAN CASTILLO)

Infobae: ¿Alguna vez contempló entrar al Pacto Histórico?

JCF: Yo nunca he creído en la política mesiánica. Yo tengo un alergia muy seria al caudillismo de el origen que sea. Yo tenía las esperanza que la Coalición representara una gran suma y se convirtiese en un potente centro gravitacional. Y todavía está en deuda. Vamos a ver si después del 13 de marzo eso se supera. Esa es la prueba de fuego. Qué bueno poder decir después del domingo que este periodo había sido el periodo adolescente, pero vamos a ver.

Infobae: Estas son las segundas elecciones después de la firma del Acuerdo de Paz ¿Qué considera que esté en juego en estas elecciones?

JCF: Yo creo que lo que lo que está en juego, de fondo, es la capacidad de hacer un país más moderno en el que el poder no siga pensándose como una casta política que solo está para sumar privilegios y saquear al país. Ese me parece que es el desafío fundamental.

Porque Colombia tiene muchas capacidades y talentos, pero el gran obstáculo es la clase dirigente que tenemos. Si esa clase dirigente no se reforma y no le propone al país un proyecto de futuro que traiga consigo reformas; que abra muchas más escaleras de accenso social; y que inspire a muchos jóvenes a que ansíen quedarse en Colombia, por participar en el cambio, y no como lo que está sucediendo ahora que es el pensamiento colectivo que es: “¿cómo me voy de Colombia?”, ¿Cómo encuentro un lugar?. “¿Cómo me largo?”. Seguirá representando ese inmenso desafío. El cuello de botella de Colombia es la casta política que retiene el cambio.

Infobae: ¿Cree que esa casta política le está haciendo contrapeso a la implementación de los Acuerdos de Paz?

JCF: Yo creo que desde el título hubo una equivocación muy grande. Estos son unos acuerdos con un grupo armado colombiano., pero se presentaron como si fuera “la paz”. Esa fue la obsesión de Juan Manuel Santos para gestionar su Nobel. Ahí hubo mucha mezquindad de Santos y de su equipo. Y eso resultó ser una verdad a medias de la cual se aprovechó la oposición. Eso lo supieron aprovechar los enemigos de la pacificación en Colombia.

En Colombia no hubo una “paz”, en Colombia lo que hubo fue un acuerdo parcial con un grupo. Lo cual fue muy importante y muy valioso. Un Acuerdo que había que preservar. Y el legado del uribismo en estos cuatro años, de Uribe en el poder a través de un cuerpo ajeno, es que al final no entregaron ni guerra ni paz. Estamos en el peor de los mundos. Llevan cuatro años en el poder y por qué el ELN hace lo que se le da la gana en Arauca; por qué hay guerra a lo largo de todo el Pacífico; por qué la zona del Catatumbo sigue siendo ese lugar en el que el Estado a duras penas en los cascos urbanos, si a caso.

Yo soy partidario de ampliar el proceso de pacificación en Colombia, pero creo que al mismo tiempo que hubo una inmensa mezquindad de Uribe y Pastrana en negar cualquier valor al hecho de que miles de combatientes de las FARC se desmovilizaran, también hubo una mezquindad de Santos para ganarse un Nobel de Paz al presentar como “el Acuerdo de Paz” lo que era un acuerdo de desmovilización, que sumaba, pero que no era la paz. Pero esa mezquindad de los exmandatarios, que también se suma a la de buena parte del Partido Conservador, hoy nos tiene en esta situación y ahora vuelven a presentarse como los salvadores.

Infobae: Usted menciona que esta de acuerdo con ampliar la pacificación del país es decir ¿Apoyaría la idea de impulsar un diálogo con el ELN y los grupos herederos del paramilitarismo como el Clan del Golfo?

JCF: Hay que andar con mucho cuidado por ese camino, porque buena parte son estructuras criminales, dedicadas al narcotráfico y demás negocios ilegales, que producen recursos para abastecer el lavadero de dólares gigantesco que sigue existiendo en Colombia, a través del cual la sigue corrompiendo. De manera que hay un objetivo que está en la Constitución de Colombia que es alcanzar la paz, pero no puede ser una paz ingenua. Por desgracia hay mucha experiencia histórica de los riesgos que se tienen con afrontar la paz de esta manera.

Ojalá exista una voluntad del próximo gobierno y Congreso, y el conjunto de buena parte de la clase dirigente del país, para desarticular esas organizaciones criminales que le hacen la vida imposible a la gente en buena parte de las regiones. Ese debe ser el objetivo. Pero a la gran mayoría de esos grupos no se les puede reconocer como interlocutores políticos, eso es muy importante, porque en ese caso cada organización criminal se camufla bajo esa manta y tendríamos que darle estatus político.

La pacificación de Colombia no es un simple acuerdo. Si la Conferencia Internacional no asume una estrategia distinta a la que tenemos contra las drogas, la cual está basada en mantener la ilegalidad, que a su vez dispara los precios de esos productos y le da todo al sistema criminal; de lavado de activos; y de blanqueamiento de capitales incluso a través de la banca global. No vamos a poder resolver el problema. Yo creo que hay muchos aliados en el mundo para asumir un camino. Se necesita prevención y rehabilitación, pero también se necesitan mecanismos que impidan que el negocio ilegal siga abasteciendo la guerra y todo el sistema criminal que degrada a buena parte de la sociedad.

Infobae: ¿Qué sensación le deja el gobierno de Iván Duque?

JCF: Yo creo que no estoy lejos de una cierta verdad que hoy impera en Colombia y es que este gobierno resultó en un inmenso desastre, cuya responsabilidad la debe asumir Álvaro Uribe. Por eso el bajonazo que ha sentido y su consecuente desastre. Tan solo aquí en Bogotá el uribismo va a sentir un inmenso desastre. Porque todo se quedó a medias, porque Duque no tenía la capacidad de gobernar como se ha revelado, porque no tenía el peso en la cola, como se dice, para administrar un país como Colombia, porque gobernó con sus amiguetes y eso es una desgracia.

Una persona talentosa no gobierna con sus amigos, lo hace con los más capacitados, incluso si no tiene buenas relaciones con ellos. Cuando usted mira la historia la gente que ha producido cambios valiosos es gente que gobierna con los más capaces. Aquí gobernaron con los amiguetes, con los hijos, nietos y sobrinos de políticos, cuyo mayor merito es ese. Y los resultados en Colombia saltan a la vista.

Piense usted en el descalabro internacional con Venezuela. Se rompen las relaciones con la dictadura venezolana y no ganamos nada. Sin embargo, se llena el país de refugiados venezolanos que buscan cómo sobrevivir a esa tragedia inmensa, viviendo en Colombia una situación muy dura. En un país que ya de por sí no generaba empleo, dominado por la informalidad. Apadrinando ese sainete de un señor Guaidó, que si Duque no tiene peso en la cola, ese menos. Y ahora haciendo el ridículo cuando se dan cuenta que el gobierno de Estados Unidos busca una reunión con Maduro, y no por el conflicto con Rusia. Realmente el gobierno de Estados Unidos busca un acuerdo con Maduro porque lo que se viene pierna arriba es un conflicto global entre China y los Estados Unidos. Rusia es el ruido.

Esto fue una catástrofe de gobierno y los resultados políticos los vamos a ver el domingo 13 de marzo y en la primera vuelta presidencial.

El candidato Juan Carlos Flórez
El candidato Juan Carlos Flórez y su fórmula a la Cámara por Bogotá, Fernando Rojas no han invertido recursos en su campaña para llegar al Congreso. Foto: Twitter

Infobae: Usted presentó recientemente su libro ‘Los que sobran’ en el que aborda el descontento generalizado de los jóvenes en varias partes del mundo ¿Cree que este sentimiento es una fuerza transformadora o destructora como se han empeñado en asegurar algunos sectores de la sociedad?

JCF: Como toda fuerza es un arma de doble filo. Así como la riqueza que puede llevar a la codicia insaciable que hoy está destruyendo el planeta o puede aportar cosas tremendamente valiosas. Lo mismo sucede con la protestas que hoy sacuden el mundo en la que los jóvenes son los protagonistas. El ejemplo es Chile en el que los protagonistas de las protestas de hace diez o 12 años hoy son el gobierno.

Los jóvenes tienen que asumir esa responsabilidad. Ese es un experimento interesantísimo. Es probable que muchos de los líderes jóvenes colombianos sean gobierno en el país y de ahí tendrán que demostrar si tienen la capacidad de empujar el cambio o no.

Infobae: ¿Para usted quiénes son los que sobran?

JCF: En el mundo la mayoría que terminó sobrando porque la pusieron a sobrar. Hubo una alianza de billonarios y políticos que estrechó las oportunidades en el mundo. Los políticos, al aprobarle a los billonarios que no pagasen impuestos, redujeron dramáticamente los recursos que en el mundo habrían permitido el resurgimiento de la clase media. La mejora de vida en los segmentos más grandes de la población no es posible si los que tienen mucha riqueza no pagan impuestos.

Pero los políticos fueron cómplices de un proceso de desprestigiar el pago de impuestos. Y además se inventaron una mentira que siguen repitiendo: “Si usted reduce los impuestos se van a mejorar las condiciones de la gente”, eso es una mentira. ¿Qué tipo de empleos se generan cada vez más en el mundo, los precarios?

Yo sueño con una sociedad en la que la gente no sobre. Eso me parece muy importante. Nadie tiene derecho a poner a sobrar a otro ser humano, porque todo ser humano tiene una dignidad intrínseca que nos es dada por dios de nacimiento. Yo soy partidario de respetar la dignidad intrínseca de cada ser humano. Mi sueño no es que termine sobrando nadie, que nadie sobre.

Infobae: ¿Qué le diría a un joven que va a ejercer por primera vez su derecha ante las urnas para que vote por usted?

JCF: Yo no le diría nada distinto de lo que hubiera esperado que me dijesen en esa edad: “vote de manera libre y consiente”. Y si yo caigo dentro de ese abanico de la decisión que usted tiene, bienvenido, pero si no, hágale. Lo importante es que usted vote de manera libre y consiente.

<b>Cuestionario relámpago</b>

En ese espacio se le nombraron algunos temas y personajes a Juan Carlos Flórez para que los definiera, según su criterio, en una palabra o en una corta frase.

Acuerdo de Paz

Son el futuro

Iván Duque

Cero

Protestas Estudiantiles

Esperanza

Claudia López

Desengaño

Equipo por Colombia

El pasado

Las Águilas Negras

El pasado tenebroso

Francia Márquez

El futuro

Pacto Histórico

Inmensa responsabilidad

Congreso

Zanganería pura

Constitución de 1991

Una esperanza no realizada

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