Los estudiantes de la institución educativa Francisco José de Caldas, del municipio de Tibú, le dieron visibilidad a un problema que se está presentando en todo el Norte de Santander, especialmente en los colegios de la región del Catatumbo.
En los últimos días, los estudiantes de todos los cursos en todas las sedes de esa institución han protagonizado protestas y plantones, porque no se han designado los reemplazos para quince docentes oficiales que trabajaban en ese plantel y solicitaron reubicación para el año lectivo 2022.
La comunidad educativa, conformada por más de cinco mil estudiantes, denuncia que han pasado varias semanas desde el reinicio de las clases presenciales y las directivas no han recibido respuesta sobre cuándo se asignarán los nuevos docentes. Una estudiante de grado once publicó un video para las redes sociales con este mensaje.
Por favor, póngannos atención. Ya hicimos el debido procedimiento, ya mandamos cartas, nos tienen en lista de espera, ya pusimos tutelas y tampoco nada. Tenemos derecho a la educación, tenemos derecho a los profesores.
Otro estudiante del municipio de El Tarra, quien se presenta a sí mismo como representante del grado quinto de su sede veredal, muestra la realidad que viven dentro del aula: una sola maestra se hace cargo de 63 estudiantes en un pequeño salón. Algunos estudiantes, incluso, deben compartir pupitres que están diseñados para el uso de un solo alumno.
La situación de hacinamiento es incompatible con la emergencia sanitaria que hoy vive el mundo, además de causar una sobrecarga laboral sobre la profesora.
Finalmente, la Secretaría de Educación del Norte de Santander confirmó que la cifra de docentes faltantes en el departamento asciende a 400, con una afectación de más de 160 mil estudiantes.
¿Por qué no hay docentes en Norte de Santander?
Varios serían los motivos por los que faltan tantos docentes para cubrir las necesidades de los niños de este departamento, especialmente en la región del Catatumbo.
Un motivo de peso sería la seguridad. Una joven de grado once del colegio de Tibú considera que es un argumento absurdo, como se puede ver en el video, pero podría pesar bastante a la hora de aceptar una plaza en ese lugar.
En el Norte de Santander, sector petrolero y vecino a la frontera con Venezuela, operan varios grupos armados organizados: disidencias de las FARC, el ELN, el Clan del Golfo, el EPL y otras organizaciones asociadas al contrabando y el narcotráfico representan un serio problema de seguridad.
Aunque atacar al sector educativo constituye un crimen de guerra, estas organizaciones criminales han demostrado sobremanera su falta de escrúpulos. Según Asinort, el sindicato de profesores del Norte de Santander, solo este año han sido intimidados numerosos docentes de la región por vía telefónica.
Orielso Torrado, líder sindical, le dijo a la emisora Caracol Radio:
Hasta el momento desconocemos qué clase de personas son o quiénes están haciendo estás llamadas extorsivas, si son de la cárcel. Estamos preocupados por esta situación ya no es un docente, ni dos son varios los educadores los que han sentido esta situación y han informado a las autoridades.
Otro motivo serían los requerimientos para trabajar allí. En zonas de industria petrolera es usual que se soliciten cartas de arraigo para ocupar ciertos cargos, con el propósito de evitar que personas de otras regiones del país acaparen el área de bonanza y afecten a las poblaciones nativas.
Entonces, algunos docentes con voluntad de trabajar en el Catatumbo se han visto impedidos para hacerlo porque el formulario del magisterio exige ese documento.
Un último motivo son los presupuestos. Según el secretario de Educación del departamento, Diomar Velásquez, en declaraciones a la misma emisora, ellos ya hicieron su parte ante el Ministerio de Educación para que se asigne el presupuesto que permita cubrir las plazas y piden celeridad por parte del Gobierno central.
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