Sistema Integral para la Paz entregó cuerpo de joven víctima del conflicto armado en Samaná (Caldas)

En octubre de 2020 la UBPD recuperó el cuerpo de Javier Buitrago Quinceno, después de que la JEP decretara medidas cautelares para proteger el cementerio de San Agustín de Samaná. El joven de 21 años fue desaparecido en 2007

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El acto encabezado por la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), se realizó el fin de semana del 5 de marzo, en la cabecera municipal de Samaná (Caldas).
El acto encabezado por la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), se realizó el fin de semana del 5 de marzo, en la cabecera municipal de Samaná (Caldas).

El Sistema Integral para la Paz hizo entrega del cuerpo de Javier Buitrago Quinceno, un joven de 21 años y desaparecido en 2007 durante del conflicto armado en Colombia. El acto encabezado por la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) se realizó el fin de semana del 5 de marzo, en la cabecera municipal de Samaná (Caldas).

El cuerpo de Javier fue recuperado en octubre de 2020, luego que la JEP ordenar proteger cinco cementerios donde se podrían hallar víctimas de desaparición forzada. En medio del cumplimiento de la orden impuesta por la jurisdicción, la UBPD logró recuperar 24 cuerpos del cementerio de San Agustín de Samaná que fueron entregados a Medicina Legal. En septiembre de 2021, en el mismo municipio caldense, la dos entidades informaron la identificación de cinco de los cuerpos. Uno de ellos correspondió al de Javier.

Después de tantos años, sus padres, hermanos, tíos y amigos, pudieron darle digna sepultura. En el acto solmene, encabezado por las instituciones de paz, su mamá, Rosa, y su papá, Francisco, en medio del acto religioso, lo recordaron como, “un joven amante del fútbol y de la música. Le gustaba la pesca, cuidar los animales del campo y preocuparse por el bienestar de nosotros y su hermanos menores”.

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Por su parte la Unidad de Búsqueda, le reconoció a su familia la valentía, persistencia y dignidad, “así como sus esfuerzos, disposición y facilitación para la recolección de la información, presencia al momento de la recuperación del cuerpo y todos los aportes que contribuyeron a alcanzar este resultado”.

La familia Buitrago Quinceno ha visto la guerra en Colombia desde cerca. Rosa y Francisco han vivido el desplazamiento forzado y la desaparición de otros dos hijos, de los que hoy no tienen noticias. El hombre de 94 años y la mujer de 62, han enfrentado condiciones de precariedad socioeconómica, quebrantos de salud física y emocional.

Este proceso de entrega digna de víctimas del conflicto armado cuenta con el respaldo de la Agencia de Cooperación Catalana y el apoyo técnico del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y de las organizaciones de la sociedad civil Fundecos, Cedat, Equitas y Movice.

La Unidad de Búsqueda ha construido un universo inicial de 99.235 personas que fueron dadas por desaparecidas en razón del conflicto armado. El Plan Regional de Búsqueda del Magdalena Caldense, aborda un número inicial de 1.091 personas desaparecidas en los municipios de Samaná, Norcasia, Victoria y La Dorada, en el periodo de 1965 a 2014.

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La directora general de la UBPD, Luz Marina Monzón Cifuentes, estuvo presente en Samaná y en medio del protocolo afirmó que, “es el momento de honrar a Francisco Javier como ser humano, lo que hace quince años no fue posible. Este esfuerzo ha sido de la familia: ellas y ellos insistieron en saber qué fue lo que pasó. Su persistencia hasta encontrar a Francisco Javier nos ratifica que es necesario alzar la voz por todas las víctimas de desaparición de este país. El Estado debe responder a esa obligación de buscar”, afirmó.

Por su parte, el magistrado auxiliar de la Sección de Ausencia de Reconocimiento de Verdad de la JEP Juan Carlos Arias Duque, coincidió en que justamente a partir de la insistencia de las familias y de las organizaciones sociales, “el Estado tuvo que organizarse para responder a las demandas de las víctimas, en particular proteger los lugares donde se encuentran sus parientes. Los restos que yacían en la bóveda 43 del cementerio ahora tienen nombre: Francisco Javier Buitrago Quiceno”, concluyó.

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