La difícil vida de Camilo Sesto de “Yo me llamo”: una infancia de pobreza y un hermano en las drogas

Alejandro León, quien ganó el concurso por la elección del público debido al gran talento que demostró para imitar al baladista español, creció, junto a siete hermanos, en un barrio popular de Armenia y reveló que pasó muchas dificultades antes de dedicarse a la música

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Camilo Sesto, imitador de Yo
Camilo Sesto, imitador de Yo me llamo

“Ganaron los sueños de este quindiano soñador”, afirmó el imitador de Camilo Sesto del programa Yo me llamo del Canal Caracol, luego de llevarse el premio final de 500.000.000 de pesos. A lo largo de la competencia dejó ver a sus seguidores una vida real detrás de los escenarios, con vicisitudes, a las que le ha hecho frente para lograr el éxito.

El nombre real del “mejor imitador de Colombia”, es Alejandro León. Nació en Armenia hace 23 años en un hogar humilde del centro occidente de la capital del Quindío. Fue el sexto de ocho hermanos, la misma posición familiar del cantante ibérico, a la que se debe su nombre artístico, que desde adolescente empezó a admirar.

Según contó a lo largo del programa, cuando era niño se enamoró de la música de plancha de la forma como podría hacerlo una persona a esa edad: escuchando a la mamá. Desde allí se interesó por Camilo Sesto, de quien empezó a recolectar LP’s, afiches y otros elementos conmemorativos para decorar su habitación.

Alejandro contó al programa La Red, antes de la final, que sus sueños por llegar a los escenarios como cantante iniciaron cuando era niño. Sin embargo, era una persona muy insegura para los demás, los problemas y dificultades familiares lo hacían dudar de poder alcanzar el triunfo. Pero, contó, que fue el amor de su familia y sus abuelas que lo llenaban de besos, quienes lo inspiraron a superarse.

En una de las ediciones del programa, el imitador de Camilo Sesto viajó con la producción del canal a Armenia, para visitar su hogar. Allí fue recibido con aplausos de sus familiares y vecinos, y un perro pastor inglés de nombre Aslan, que no ocultó la emoción de verlo de nuevo en casa frente a las cámaras.

Una vivienda de un piso sin acabados ni lujos. Invitó a los televidentes a ver su cuarto, una alcoba en la que solo cabía una persona, de paredes rojas, en la que tenía un espejo en el que podía verse de cuerpo entero para practicar su imitación.

Cabe recordar que ‘Camilo Sesto’ ya se había presentado a una edición previa de Yo me llamo, en el 2019, cuando se encontró con el otro finalista de la actual edición de Maluma, pero no tuvieron el éxito que lograron la noche de este lunes. Tras salir del programa en ese año, se preparó para perfeccionar el personaje hasta convertirse en el doble exacto del cantautor español.

En Armenia también visitó a sus más fieles seguidoras, un grupo de ancianas del Club Fades a las que considera sus amigas y que ha acompañado, según dijeron, desde que era pequeño. Entre todas, Fabiola López es su más entrañable amiga, quien se emocionó al verlo convertirse en el artista que finalmente lo puso en el primer lugar de la competencia.

Otra de sus inspiraciones para ganar el certamen hace parte de un capítulo personal y doloroso del que solo dio unos pocos detalles en la competencia. Según contó entre lágrimas en una de las galas, uno de sus hermanos tiene un consumo problemático de drogas psicoactivas.

“Mi hermano se llama Kevin y quizás yo fallé porque lo descuidé un poco. Quiero que me vea como un ejemplo grande para él”, contó a los jurados ‘Camilo Sesto, para indicar que tiene una historia fuera de los escenarios, que hace parte de su inspiración para destacar y superar los miedos que de pequeño le habían hecho creer que no lograría sus sueños.

Por esa razón, contó que Kevin y su abuela que falleció hace varios años, son las dos personas que más lo inspiran para continuar con su carrera.

Según dijo a La Red, tiene varios planes para el dinero que ganó en la competencia. Quiere comprar una finca en el Quindío en la que pueda vivir su familia con mejores condiciones, sin dificultades y mirando guaduales. Además, invertir en algunos negocios que no ha definido para poder tener estabilidad económica. Pero también sueña poder aportar a fundaciones de ancianos y crear una fundación para perros que acoja aquellos que sufren la inclemencia humana. En su interés por ayudar a los demás, incluso afirmó que lo compartirá con Maluma y Roberto Favio, los otros dos finalistas de Yo me llamo.

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