Este 7 de marzo se conoció que el juez 17 penal del circuito de Cali sentenció a 38 años de prisión a Gabriel Alejandro Bejarano, alias El Mono, por la masacre ocurrida el 11 de agosto de 2020 en el barrio Llano Verde de Cali.
El Mono fue uno de los actores materiales del asesinato de los cinco jóvenes en un cañaduzal cercano a la capital del Valle y habría llegado a un preacuerdo con la Fiscalía por este crimen.
Élmer Montaña, abogado defensor de las víctimas, dijo que lo que hizo el ente acusador fue pactar las penas mínimas con el asesino de los menores de edad.
Hay que tener en cuenta que por tratarse de menores de edad, no se le podía dar ningún tipo de beneficio, ni rebaja de penas, lo que hizo la Fiscalía fue pactar los mínimos de penas que están contemplados en la ley para este tipo de casos.
El abogado aseguró a Blu Radio que todavía está pendiente del juicio contra Juan Carlos Loaiza y Jefferson Ángulos, los otros dos sicarios encargados de matar a los menores.
38 años de prisión es la sentencia y queda pendiente el juicio en contra de Juan Carlos Loaiza y Jefferson Angulo, los otros dos individuos acusados de participar en estos crímenes. Bejarano se comprometió a asistir a este juicio como parte del preacuerdo.
A pesar de que celebró la condena, el abogado dijo que las familias esperan saber quiénes son los autores intelectuales del crimen.
“Siempre hemos sospechado que detrás de esto hay más personas, todo fue muy bien planeado, esperamos que con los otros dos individuos se sepa si hay alguien más involucrado”, agregó Montaña a la emisora.
Los familiares de las víctimas, según conoció el medio, esperaban que la condena fuera de 50 años de cárcel, por lo que no están contentas con la decisión del juez.
“Para lo que este hombre hizo no es una pena suficiente, esperamos que colabore diciendo quienes fueron los autores intelectuales de todo esto”, señaló Álvaro Caicedo, padre de Álvaro José Caicedo uno de los adolescentes asesinados
La noche del crimen
Según relatan sus familiares, los jóvenes salieron desde muy temprano el 11 de agosto de 2020. Hacia las 6 de la tarde, un niño le preguntó a la hermana de Jair Andrés Cortés si él ya había llegado, pero ella le dijo que no.
Al cuestionarlo por la pregunta, este le dijo que habían ido al cañaduzal pero que él se devolvió y ellos siguieron. Ante esta situación varias de las madres se reunieron y fueron al cañaduzal a buscarlos. “Había una casa blanca. Cuando comenzaron a ver todos los celulares alumbrando, apagaron el bombillo. Nosotros duramos casi 15 minutos llamando y no salía nadie”, le dijo la mujer a Publimetro. Al parecer, Bejarano les habría disparado a los jóvenes pensando que eran ladrones.
Al gritar que llamarían a la Policía, salió un hombre “tembloroso, sospechoso y asustado” a decir que no había visto a nadie. Luego llegaron los policías, quienes estaban buscando a otras personas, pero ya juntos se encontraron la escena. Los cuerpos, según el padrastro de una de las víctimas mortales, estaban dispuestos a ser sepultados, para no dejar rastro del crimen. Esto se registró a las 8:50 de la noche.
Llano Verde es un barrio en el oriente de Cali, el sector está conformado por varias familias víctimas del desplazamiento forzado.
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