Julián Andrés Molina viajó a Rusia a finales de 2021 con la ilusión de adelantar estudios profesionales en ese país, sin sospechar el conflicto que iba a estallar a finales de febrero e iba a acabar con sus planes y ser víctima de la extrema represión a la libertad de expresión bajo el régimen de Putin.
La historia la contó el mismo Julián Molina al noticiero de Noticias Caracol, a través de una videollamada con su celular, mientras era presentado ante un juez en Moscú en la mañana de este lunes, hora colombiana. El joven se encontraba estudiando ruso en ese país para continuar con sus planes, y trataba de interpretar lo que decían las autoridades previo a lo que sería la audiencia.
Había llegado hacía cuatro noches a Moscú, la capital rusa, según dijo. Contó que en la noche había ido hasta el Teatro Bolshói, la emblemática sede del ballet y la ópera del país europeo, uno de los más importantes del mundo, que queda ubicado frente a la Plaza de la Revolución en Moscú. Allí se reúnen parte de los monumentos históricos, como el de Karl Marx y está a unas cuadras del Kremlin.
Julián Molina se había comunicado con su mamá, Edtih Calderón y le dijo que tenía todo listo para regresar al país por las tensiones que se viven en Rusia desde la invasión militar que inició hace 12 días a Ucrania. Por lo que había decidido conocer el centro de Moscú, tomar fotografías de la Plaza Roja y planear el regreso a Colombia.
“Hice una foto del teatro, cuando ya iba a devolverme para el metro, dos policías me llevaron por la espalda, me llevaron a una camioneta. En la camioneta procedieron a subirme y me quitaron el celular, maleta, pasaporte, todo y de ahí nos llevaron a la estación de Policía”, señaló el joven a la emisión matutina de Caracol.
Según dijo, las autoridades no le comunicaron las razones de la detención y la comunicación fue muy complicada. De pronto conoció que lo acusaban de manifestarse en contra de la guerra, una expresión de los ciudadanos rusos que ha sido fuertemente reprimida por el gobierno.
Alexei Navalny, líder opositor y preso político, ha convocado manifestaciones diarias en contra de Vladimir Putin para rechazar la invasión a Ucrania. Las protestas que se han realizado en San Petersburgo y Moscú han dejado cientos de personas presas y fuertes medidas para evitar reuniones.
“Yo siempre intenté decirles que yo no estaba protestando, sino que estaba caminando por el teatro y les dije que era turista y estudiante, pero para ellos eso no tenía importancia”, contó el joven al noticiero colombiano.
La familia estaba desesperada porque no había tenido contacto con él después de la detención, además su viaje de regreso estaba programado para este mismo lunes. La familia asegura que fue muy difícil comunicarse con el Ministerio de Relaciones Exteriores y solo hasta esta mañana recibieron respuesta.
Durante la detención, Molina fue obligado a firmar un documento en el que, sin posibilidad de oponerse, aceptó haber infringido leyes rusas. Luego de pasar la noche detenido, fue presentado ante un juez para definir su situación.
Horas más tarde, la Cancillería informó a través de un comunicado que desde el ministerio prestaron todos los servicios correspondientes al joven para ayudarle en su situación jurídica. “El Embajador de Colombia ante la Federación Rusa, Héctor Arenas, entró en comunicación con el connacional y gestionó ante las autoridades de ese país su liberación, la cual fue otorgada en la tarde hoy (hora de Moscú)”, señaló la entidad.
El joven recibió la libertad, pero se le impuso una multa de 10 mil rublos, que serían unos 280.000 pesos colombianos, la cual debería pagar para poder salir de Rusia y regresar a Colombia. Según informó, la Cancillería, miembros del consulado lo acompañaron al aeropuerto de Moscú, para que pudiera tomar el vuelo.
Sin embargo, Giovanny Rincón, un estudiante de doctorado en Rusia que sirvió de intérprete a Molina, denunció en Noticias Caracol que la Embajada no actuó de manera diligente. No contestaron las llamadas ni correos para solicitar ayuda y solo lo hicieron después de acudir a los medios de comunicación. El joven, detenido, no tuvo un traductor, ni el apoyo de las autoridades colombianas que tienen la misión de velar por los derechos de los conciudadanos.
SEGUIR LEYENDO: