Juan Manuel Daza tiene apenas 31 años. Los logros que figuran en su hoja de vida como actual representante a la Cámara son, principalmente, académicos: en el bachillerato que hizo en su natal Valledupar, fue secretario general del modelo de las Naciones Unidas. Además, durante su pregrado en jurisprudencia en la Universidad del Rosario, fue colegial de número.
Entre sus recuerdos están sus primeras clases de derecho, en las cuales le enseñaron que un contrato es ley entre las partes. Por eso, durante su entrevista con Infobae Colombia aseguró que ve con respeto la decisión de los particulares sobre añadir una cláusula Petro en sus contratos civiles.
No lo ve en absoluto como una violación a la Ley 1864 de 2017, aquella que dice que los contratos dependientes del resultado de una elección están penalizados. Para él, es un miedo genuino.
Ese es un tema que responde a las preocupaciones del mercado. La cláusula Petro es un tema entre particulares que, ante la incertidumbre del modelo de país que quiere implementar el señor Petro, se curan en salud. Si dos personas están de acuerdo que en su contrato esté estipulado, es su decisión libre y espontánea. Ante el riesgo de lo que representa que ese señor y sus ideas lleguen a gobernar el país, viendo cómo en el vecindario, que ideas iguales han llevado al fracaso, las personas se curan en salud y deciden estipular.
Pese a su evidente juventud, Juan Manuel Daza no se siente representado con las ideas de la izquierda. Él mismo se considera un enamorado del Centro Democrático y uno de sus miembros fundadores más jóvenes desde 2014. Siente que parte de su responsabilidad política es romper con hechos los mitos que ruedan alrededor de su partido.
El uribismo representa tener unas instituciones fuertes, tener una autoridad, tener seguridad que nos permita disfrutar de todos los demás derechos; pero el uribismo también es tener un corazón grande, cercano a la sociedad, que se preocupe por los sectores vulnerables.
En su hoja de vida figuran sus prácticas en la Presidencia de la República en 2012, Después, hizo parte de la unidad de trabajo legislativo de Álvaro Uribe Vélez. Además, apoyó a Iván Duque en su aspiración presidencial de 2018.
Sobre eso estalló un escándalo tiempo después en el cual resultó salpicado: su voz aparece en interceptaciones telefónicas con ‘Cayita’ Daza, en las cuales ella habría aceptado que a la campaña habría entrado un dinero del fallecido narcotraficante Ñeñe Hernández.
El gobierno Duque
Luego de la elección de Duque, Juan Manuel ocupó el viceministerio del Interior y una curul en la Cámara de Representantes. Sobre el Gobierno del cual ha hecho parte, considera que ha desempeñado una buena labor; especialmente, con las personas más vulnerables.
Logramos una de las solicitudes históricas de los jóvenes en Colombia: matrícula cero gratuidad en la Universidad. Logramos que los estudiantes de estratos 1, 2 y 3 de las universidades públicas no pagaran matrículas. Son 659 mil jóvenes a lo largo y ancho del país que se ven beneficiados. El Centro Democrático, a pesar de todos los estigmas que le han ido sembrando, es cercano a la gente, con mucha juventud en su interior.
También asegura que el Plan Nacional de Vacunación ha funcionado bien y que se mitigaron muchas necesidades mediante subsidios como el Ingreso Solidario y la devolución del IVA. También considera que la reactivación económica va por buen camino.
No obstante, él cree que hubo una sola deuda del gobierno Duque:
El tema no fue por falta de voluntad de él, sino de otras entidades del Estado como tal: el tema de la aspersión con glifosato, la aspersión aérea. Es el pendiente que nos queda, porque mientras en Colombia haya coca que mueva y sea la gasolina de la violencia, no vamos a tener una verdadera paz.
A él le parece que es necesario subrayar los logros las veces que haga falta, porque algunos sectores políticos estarían aprovechando ese desconocimiento para asegurar que todo en Colombia funciona mal, opinión que él no comparte.
Claro que Colombia tiene problemas por resolver, pero no es un país donde todo está perdido. Dentro de la libertad y la democracia, como lo hemos hecho durante 200 años de vida republicana, es que tenemos que sortear nuestros problemas y solucionarlos. Colombia, a pesar de todos sus problemas, ha sido la democracia más sólida del continente. Colombia, a pesar de todos sus problemas de violencia, de guerrillas, de paramilitares, de narcotráfico y corrupción, de los viejos políticos, es un país que ha logrado superarse resiliente, que ha mejorado mucho. Compare usted cómo vivimos hoy a cómo vivíamos hace 50 o 60 años. No caigamos en las mentiras que nos quieran vender ni dejemos que nos roben la esperanza.
A propósito de la libertad que recientemente se ofreció a los militantes del Centro Democrático para apoyar las consultas que quieran, Juan Manuel no se decanta por un nombre, pero sí tiene claro el perfil de presidente que él consideraría ideal.
Cualquiera de los que está que defienda como una garantía el respeto a las instituciones, la división de poderes, el respeto por la propiedad privada, el respeto por las situaciones jurídicas consolidadas que tenemos en el país; no uno que ande prometiendo, encantando, como encantador de serpientes, temas populistas que nos generen odio, divisiones, que nos lleven definitivamente no al progreso, sino al fracaso.
Las ideas de Juan Manuel Daza
El país ideal de Juan Manuel Daza es uno que le brinde oportunidades a todos los ciudadanos: “donde podamos ser felices, donde cada cual, desde su ámbito personal, se pueda sentir realizado. Un país donde todos quepamos y donde todos seamos felices”.
Él considera que un país de oportunidades debe tener instituciones fuertes, “que se rigen al imperio de la ley, que respetan la autoridad, la propiedad privada y el esfuerzo individual de cada ser humano”. Entonces, Juan Manuel asegura que llegará al Senado a hacer leyes para respetar los derechos y exigir los deberes de los ciudadanos.
Nuestra tarea en el Senado de la República es seguir llegando al Congreso no a calentar la silla, sino a legislar, a presentar proyectos de ley, a participar en los debates, a fijar posturas y a una muy importante —que no se nos puede olvidar y que por eso soy un enamorado del Centro Democrático—: a representar a los ciudadanos que nos eligen. Por representarlos es el diálogo constante; no es que lleguemos ahora y nos desaparecemos cuatro años, que la gente está aburrida de eso, sino que durante cuatro años estemos en diálogo con la comunidad para identificar ese pequeño problema que lo está aquejando y que necesitan que se conozca, que le presten una atención para solucionar.
SEGUIR LEYENDO: