El personal de una ambulancia necesita nervios de acero para atender las escalofriantes emergencias que se registran. Eso incluye una requisa en un retén de la fuerza pública, como los que están haciendo sobre las vías del sur de Colombia para identificar las rutas del narcotráfico por tierra.
Estos operativos hacen parte de lo que han llamado Operación Ípsilon. En una de estas requisas, que tuvo lugar en el municipio de Pitalito, cayó una ambulancia que transportaba 109 kilogramos de pasta de cocaína en 99 paquetes, desde Putumayo hasta el Huila.
Todo parecía normal: había una paciente, un acompañante, una auxiliar de enfermería y un conductor. Además, la ambulancia tenía el logo de Misión Médica, que está protegido por el Derecho Internacional Humanitario y fue regulado por la Resolución 4481 de 2012 del Ministerio de Salud.
No obstante, según el comandante de la Policía en el Huila, general Gustavo Camargo, fueron delatados por sus propios nervios, que no son usuales en ese tipo de personal médico.
Ubicamos una ambulancia que venía desde Mocoa hacia Pitalito con cuatro personas: el conductor, el auxiliar de enfermería, la supuesta paciente y su acompañante. Al ser requeridos en el puesto de control combinado con el Ejército, observamos una actitud sospechosa y nerviosa.
Los agentes empezaron a sospechar al notar ese nerviosismo, de modo que pidieron los documentos de remisión a la tripulación. Estos “no coincidían con la realidad” según el comandante, así que requisaron la ambulancia.
Durante la revisión encontraron los paquetes de pasta base dentro de los contenedores de oxígeno y disimulados con stickers de Misión Médica, cuyo uso indebido representa un crimen de guerra.
Por su parte, el mayor general Óscar Reinaldo Rey Linares, comandante de la División Quinta del Ejército de Colombia, aseguró que el cargamento estaría avaluado entre 565 y 600 millones de pesos.
También están revisando unas marcas que están grabadas en los bloques incautados durante el operativo. Según él, serían el distintivo de
una banda que está dedicada al transporte de estupefacientes no solamente aquí, a la ciudad de Neiva, sino también para el interior del país. En estos momentos la marca está siendo verificada por la parte judicial, en vista de mantener un alcance más de inteligencia y lograr detectarla.
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Otros casos de narcoambulancias
El mayor Rey reconoce que las narcoambulancias no son una modalidad nueva para transportar estupefacientes, pero asegura que es la primera vez que una de ellas es sorprendida en el departamento del Huila.
En febrero pasado, una ambulancia fue detenida por la Policía Nacional en el municipio de La Pintada, en el suroeste de Antioquia y a cinco kilómetros de Medellín. La ambulancia había salido desde Popayán (Cauca) con cuatro sujetos que se hicieron pasar por paramédicos y viajaban junto a un falso paciente que decía estar enfermo por covid-19.
Al hacer una requisa dentro del vehículo, hallaron droga camuflada en los cajones donde se guardan los equipos médicos, tales como oxígeno y elementos de primeros auxilios. También encontraron estupefacientes en la camilla donde iba recostado el supuesto paciente, quien después admitió a las autoridades que estaba sano.
Los sujetos fueron capturados en flagrancia. Se determinó que los cinco tenían distintas nacionalidades: tres de ellos eran colombianos, uno era venezolano y el quinto era ecuatoriano.
Luis Fernando Suárez, secretario de Seguridad Humana de la Gobernación de Antioquia, añadió que esta ambulancia también hizo uso indebido del logo de Misión Médica.
Se llama perfidia y es utilizar vehículos de la misión médica con fines delincuenciales. Uno de los delincuentes manifestaba ser covid y era falso y los emblemas eran falsos. Estos bandidos no tienen límites y recurren todas las formas para transportar estupefacientes hacia el departamento de Antioquia.
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