Un emprendimiento indígena promociona las tradiciones ancestrales en Bogotá

Mingai es una iniciativa que busca rescatar la cultura de los pueblos originarios del país, conectando distintos asentamientos en un solo lugar

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Mingai, el emprendimiento indígena en Bogotá
Foto: Secretaría de Gobierno de Bogotá
Mingai, el emprendimiento indígena en Bogotá Foto: Secretaría de Gobierno de Bogotá

El poder de la ancestralidad recupera espacio paulatinamente en la sociedad, la iniciativa de algunos miembros de comunidades indígenas respecto a estar a la vanguardia del mundo, posibilita la participación de estas en la economía activa del país. Mingai busca ampliar su espectro de impacto en Bogotá con la comercialización de productos propios de varios nichos nativos de diferentes partes del país, pues la capital es el punto central de la compañía que promociona mercancías de Vaupés, Antioquia, Putumayo y otros departamentos.

Julián Piñacué es el líder de esta iniciativa, oriundo de la comunidad Nasa Páez con asentamiento en el departamento del Cauca, soñó con trasformar el concepto indígena que estaba establecido y poco conocían, en dichos productos evidenció que podía desarrollar un excelente emprendimiento en donde hubiese una convergencia entre los factores principales de su nicho principal, pues Mingai expone al público productos medicinales, artesanales, gastronómicos e incluso instrumentos musicales.

La secretaría de Gobierno de Bogotá exalta el proceso de Mingai en la capital, pues esta ha sido una iniciativa conjunta en donde Piñacué recorrió distintos territorios con el fin de sumar experiencia y análisis para su producto, pues la recomendación de otros emprendedores fue de gran importancia para que su llegada a Bogotá cumpliera con las expectativas.

Este emprendedor describió su travesía al mejor estilo de los nómadas y mochileros, pues el bagaje adquirido en distintos pueblos también le permitió adquirir algo de dinero, Piñacué le relató a la secretaría de Gobierno: “Viajé por distintos departamentos, vendiendo productos y danzando en plazas públicas para contar con ingresos. También puse una chaza rústica para ofrecer mi hoja de coca; estas experiencias me enseñaron mucho.”.

Mingai ha logrado cautivar distintas miradas, si bien, en algunas localidades de Bogotá hay resguardos urbanos, los productos de esta marca están destinado al público en general, pues la comunidad indígena en la capital tiene la oportunidad de acceder a mercancía y elementos tradicionales de su grupo central y, por otro lado, la comunidad citadina podrá conocer vivir una experiencia distinta en torno a nuevos sabores y tradiciones de los pueblos originarios.

Algunas tradiciones se van perdiendo con el paso del tiempo, el trabajo realizado por Julián Piñacué permite rescatar varios puntos de recuperación respecto al origen de varios pueblos nativos, respecto a esto, el fundador de Mingai mencionó: “Varias personas se sumaron a la propuesta de ‘Mingai’ con las experiencias que les deja su diario vivir y su expresión con la medicina, con los tejidos, con la música, la danza porque todo va muy conectado con nuestra necesidad de mantenernos en el tiempo.”.

La industrialización del cannabis y el valor de la hoja de coca ha logrado en las poblaciones indígenas, concibe un avance en el reconocimiento de las tradiciones, pues la interpretación que se le ha dado a estos componentes lo abordan netamente como un producto ilícito convertido en droga, no obstante, el uso de esta materia prima arrojada por la naturaleza desglosa una serie de elementos de importancia para los compuestos medicinales, tradicionales y gastronómicos de los asentamientos aborígenes.

La expansión geográfica de Mingai, permite incorporar elementos de otras regiones para el uso diario de los bogotanos, Piñacué destacó: “Tenemos hoja de coca como propuesta de alimento, paz y soberanía, para masticar, hacer aromáticas y como harina para repostería. También tenemos la pimienta del Putumayo, de las comunidades Inga; la quinua del norte del Cauca, de los hermanos Misak; también Ají ahumado de Los Barasano, del departamento del Vaupés. Igualmente ofrecemos café hecho por los chakianos, comunidad que vive en el sur de Antioquia, además de la harina de plátano que hace parte de los Nasa del Cauca.”.

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