Yeison Jiménez se confesó en “Yo me llamo”, de la pobreza a tener una camioneta de $400 millones: “Nadie en mi familia conocía el mar”

Muchos de los artistas y grandes estrellas tuvieron una infancia en medio de las necesidades. Solo hasta su triunfo profesional lograron superar las carencias, pero ese tránsito también conlleva cargas que deben afrontar. Así lo contó el cantante Yeison Jiménez, en el programa Yo me llamo, quien pasó de ser cotero a uno de los más cotizados del género en el país.

Jiménez no olvida de dónde viene. En publicaciones en redes sociales, entrevistas y en sus consejos a los cantantes imitadores del programa Yo me llamo recuerda su juventud, cuando vivía con su mamá en dos alcobas y trabajaba como cotero en la plaza de mercado de Corabastos en Bogotá.

Ahora, cuando ha logrado superar las necesidades, sabe que hacerlo también ha significado sacrificios. En la última gala del programa, tuvo un diálogo muy íntimo con el cantante Leonardo Favio, a quien trató de aconsejar luego de ganarse los 65 millones de pesos del premio interno del reality.

El concursante aseguró que tiene una responsabilidad respecto a su familia para garantizar su bienestar y si están mal él debe buscar hacerse cargo. Lo dijo luego de que durante la gala presentara sus hermanos, que comparten su talento musical y el apoyo que ha significado su mamá.

Jiménez le dijo que su familia era muy “linda” y lo felicitó por acompañarlos. “Yo quiero darte un consejo con todo el amor del mundo y es: jamás te vayas a creer el cuento”, dijo el cantante popular para hacerlo reflexionar sobre no apresurarse en creer que ha conquistado el éxito y puede empezar a ayudar a los demás sin haber consolidado su carrera.

El caldense puso de ejemplo su propia experiencia para ilustrar el por qué de su consejo. “Tú crees que ya, que eres todo, que eres un centro de atracción y, en mi caso, yo cargué y he cargado por muchos años el peso de mi familia. ¿Por qué? Porque cuando yo salí a ser cantante nadie conocía el mar, nadie se había subido a un avión, no tengo familia profesional, apenas mi esposa que cuando la conocí le dije vas a ser la primer profesional de mi vida”, sostuvo Jiménez.

Tratar de suplir todas las necesidades y comodidades que le habían sido negadas a su familia, con su incipiente éxito al inicio de la carrera, tuvo costos personales para Yeison y tuvo que dejar de ayudarlos, según dijo en el programa.

“Un día me empecé a estresar mucho y a enfermar mucho porque estaba cargando con el peso y las deudas de todos ellos. Lastimosamente uno quisiera eso, pero para el éxito, como yo lo viví, primero tuve que soltar una maleta, subir la cumbre y de la cumbre empecé a jalarlos, y hoy en día puedo ayudarle absolutamente a todos”, señaló Jiménez.

El cantante de ‘Por qué la envidia’, una canción que también habla de la movilidad social, aseguró que el éxito puede cambiar la vida propia, pero también la de la familia y de quienes lo acompañan, como empleados y colaboradores, pero es una decisión personal y hay que saberlo llevar.

En medio de cargar bultos de mercado desde las 3:00 de la madrugada en Bogotá, Yeison Jiménez, con 17 años, cantaba en locales comerciales, conciertos privados, buses y para entretener a sus compañeros. Con el tiempo logró ahorrar para grabar en un estudio y enviarlo a las emisoras de Caldas, donde ayudaban nuevos talentos, pero fue hasta 2016 que logró la fama que lo llevó al éxito.

Con el dinero que le fue dando la fama construyó una casa para su mamá y empezó a escalar. Ahora, ya con el éxito y su fortuna se permite algunas sorpresas, lujos y excentricidades, como en su cumpleaños del año 2020, en el que se regaló a sí mismo un lujoso vehículo: una camioneta Mercedes Benz G 500 que, para ese año, costaba 400 millones de pesos.

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