Un comandante de la Policía de Norte de Santander denunció que durante la pandemia el ELN reclutó a jóvenes para instrumentalizarlos para la guerra. La noticia la dio a conocer el medio radial, La FM, asegurando que, este domingo, uniformados de la institución aprehendieron a cinco mejores de edad que estaban cometiendo actividades a favor de este grupo insurgente.
Carlos Martínez fue el comandante que realizó la denuncia y aseguró que la Policía junto con inteligencia militar han realizado trabajos conjuntos. “En los últimos días, hemos hecho cerca de 14 allanamientos, cerca de 17 capturas y desafortunadamente dentro de esas personas que han sido capturadas, tenemos cinco menores de edad aprehendidos”, indicó el uniformado ante el medio de comunicación.
Los menores de edad, que fueron aprehendidos en los municipios de Toledo, Chitagá y Ocaña, están ahora a disposición de Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBJ) para el restablecimiento de sus derechos y posteriormente serán llevados a un centro de rehabilitación. La Fiscalía General de la Nación ejecutó la respectiva judicialización de los demás capturados.
Frente a las acciones del grupo armado, el oficial señaló que, “venimos viendo que el ELN en el tiempo de pandemia reclutó mucho menor de edad, y lo viene utilizando para evitar la acción de la Fuerza Pública”. Martínez agregó que los jóvenes son expuestos e instrumentalizados en “hechos tan reprochables y delincuenciales contra el resto de la población” como atentados terroristas y actividades propagandísticas.
Las autoridades en Norte de Santander aseveraron que es bastante alto el número de menores que están en las filas de los grupos armados presentes en el departamento. Según la FM, las entidades hicieron un llamado para que dejen a los niños y adolescentes fuera del conflicto armado.
Paro armado: las cifras que dejó la escalada violenta del ELN en Colombia
Aunque desde el Ministerio del Interior el Gobierno nacional negó que existiera un paro armado en el país, las cifras indican lo contrario. Durante más de 72 horas en al menos 66 municipios se vivió un incremento de acciones terroristas que causaron temor en las poblaciones, varias atribuidas a la guerrilla del ELN.
En la mañana del pasado miércoles 23 de febrero, desde horas de la madrugada se registraron acciones violentas como la detonación de un puente en Curumaní, Cesar; la incineración de un bus en Piendamó, Cauca; o un explosivo entre El Socorro y San Gil en Santander. Así mismo, el Ejército desactivó varios explosivos instalados en carreteras del oriente del país, como inicio del llamado paro armado.
De acuerdo con la Unidad de Investigación y Acusación de la Jurisdicción Especial para la Paz, según citó el diario El Tiempo, durante el tiempo de paro armado anunciado se registró: el homicidio de un líder social, siete denuncias de comunidades confinadas por la violencia, 10 vehículos incinerados, 18 actos terroristas, 23 terminales de transporte suspendieron su operación y seis acciones de destrucción de infraestructura.
Durante el primer día se registraron 18 acciones en los departamentos de Norte de Santander, Santander, Nariño, Cauca y Cesar. Una de esas acciones dejó siete personas heridas pertenecientes al Invías, quienes habrían hallado una caja entre El Socorro y San Gil que detonó a su paso.
Como estos, de acuerdo con el informe citado por El Tiempo, elaborado por la JEP, fueron 66 municipios afectados, en 17 departamentos. Frente a las afectaciones, ocho personas resultaron heridas, entre ellas una patrullera de la Policía.
El Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz, por su parte, registró hasta el pasado 25 de febrero 56 acciones relacionadas con el llamado paro armado. Entre los departamentos afectados también incluyen Huila, Chocó, Casanare y Arauca.
Además, Indepaz incluye en el registro tres homicidios: el primero es el del líder social Julio Victoria Cárdenas, quien era el actual presidente de la junta directiva del concejo menor de ACADESAN que fue asesinado en el Litoral del San Juan por hombres que se identificaron como miembros del ELN. El otro homicidio registrado ocurrió en Santander de Quilichao, Cauca, donde fue hallada muerta Diana Paola Gil junto a su hijo Alejandro Salcedo Gil.
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