Juan Manuel Galán tiene dos cosas claras en la vida. La primera: es que quiere ser presidente de Colombia, enarbolando las banderas del liberalismo e irrumpiendo con el “continuismo” del actual gobierno; y la segunda: que no es, ni será su padre, Luis Carlos Galán, el carismático líder político liberal que fue asesinado en plena campaña presidencial el 18 de agosto de 1989 en Soacha, sin embargo, carga el enorme peso de su legado al quiere corresponder. “No seré igual que él y quizás, nunca logre inspirar lo que él inspiró”.
Luego de 12 años en el Senado y tres de lucha para recuperar la personería jurídica del Nuevo Liberalismo, el mayor de los Galán es el candidato de su partido dentro de la Coalición Centro Esperanza, con el que no solo busca la Presidencia sino las mayorías en el Congreso que se eligen este 13 de marzo. A menos de 15 días que se defina al candidato único de esta coalición, Galán habló con Infobae sobre su aspiración, los conflictos dentro de la alianza, el gobierno Duque y la compleja coyuntura nacional que tendrá que asumir el próximo presidente de Colombia.
Infobae: Desde que se le retornó la personería jurídica al Nuevo Liberalismo han pasado un poco más de seis meses, en los que ha logrado consolidar este partido casi de la nada arropado por las banderas de su padre, Luis Carlos Galán. ¿Cuáles cree que son las mayores diferencias del Nuevo Liberalismo de su padre y del que se establece hoy en día?
Juan Manuel Galán: Yo diría que la representación de nuevas ciudadanías en nuestro país que no tenían ese acceso al reconocimiento hace 40 años. Aquí, por ejemplo, tenemos una lista paritaria de mujeres y de hombres al Senado, encabezada por una mujer afrodescendiente, Mabel Lara, de Puerto Tejada, Cauca. Esto habría sido impensable, inclusive en el Nuevo Liberalismo de mi padre. El Concejo Nacional de ese Nuevo Liberalismo de 1982 estaba conformado por nueve miembros, de los cuales todos eran hombres, no había ninguna mujer. Esa es una diferencia fundamental, la que resaltaría más.
Infobae: Hablando del Nuevo Liberalismo, tendríamos que hablar de su inicio en la política el 21 de agosto de 1989, el día del funeral de su padre, con la entrega de las banderas a César Gaviria. ¿En algún momento se ha arrepentido de haberle entregado las banderas de su padre al expresidente?
J.M.G.: Eso fue hace 32 años y fue en una circunstancia en la que el país estaba acorralado por el narcoterrorismo. Aquí cada ocho días explotaba una bomba: una contra el DAS, una contra El Espectador, otra contra un centro comercial. Vivíamos al ritmo de los asesinatos todo el tiempo. Esa era una época muy compleja, y yo lo que pensé en ese momento, cuando tenía 17 años, cuando le entregué las banderas de mi padre a Gaviria, era que las ideas de mi padre no murieran con él, y que tuvieran la oportunidad de llegar al poder. Yo creo que algo quedó muy importante del gobierno de Gaviria: la Constitución de 1991, nada menos, si no hubiera sido por ese gobierno y esa circunstancia, tal vez no tendríamos la Constitución del 91.
Sin embargo, creo que por el camino César Gaviria se fue transformando políticamente. Buscó la manera de apoyar y respaldar a su hijo en la política, y eso hizo que se quedara en la dirección del partido sin permitir que surgieran nuevos liderazgos. Y la manera en la que el Partido Liberal ha venido operando, en términos de quienes incluyen sus listas al Congreso; las alianzas con clanes políticos regionales que se han robado este país por décadas, y que que en las regiones los conocen y saben muy bien quienes son. Toda esa desfiguración del Partido Liberal que se ha convertido simplemente en un “partido máquina”, que olvidó por completo las ideas y las causas del liberalismo.
Hoy el Nuevo Liberalismo quiere ser el receptor de ese verdadero liberalismo. Y pienso que en eso estamos, ese es el esfuerzo que hemos hecho, con muchos obstáculos y dificultades. Porque precisamente fue ese Partido Liberal de César Gaviria, pero sobre todo, el Cambio Radical de Germán Vargas Lleras, que se opusieron de manera acérrima y sistemática a que el Nuevo Liberalismo pudiera renacer y pudiera recuperar su personería jurídica.
Infobae: Uno de los miembros de su Coalición, Alejandro Gaviria, tuvo un acercamiento en estos días con César Gaviria y Germán Vargas Lleras ¿Qué opinión le merece este encuentro después de lo que acaba de mencionar?
J.M.G.: Yo le dije a Alejandro Gaviria que le creo. Le creo que se encontró a Germán Vargas Lleras en un ascensor, en un pasillo de manera casual; le creo que su escudero principal, que es Germán Varón Cotrino, individualmente lo está apoyando; le creo que se reunió con César Gaviria para hacer la paces; le creo que tuvo una foto de un encuentro casual, de una visita de Miguel Ángel Pinto; le creo que hubo una reunión con Jorge Rey y Claudia López. Otra cosa es que la gente le crea.
Infobae: ¿Cuáles serían sus apuestas para el Acuerdo de Paz, y negociaría con los grupos armados ilegales como el ELN o el Clan del Golfo?
J.M.G.: Todos esos problemas de orden público, de asesinatos, de masacres en todos los territorios del país, son a causa de una disputa territorial por grupos vinculados al negocios ilegal del narcotráfico; a mafias del contrabando; del despojo de tierras; de la minería criminal y de la contratación estatal. Todas estas cinco mafias tienen una interrelación entre sí y, sobre todo, la madre de todas estas es el narcotráfico en Colombia. Esta es la que sustenta a estos grupos armados que pueden aterrorizar a la población, desplazarla, quitarle sus tierras y marginalizarla.
Colombia debe tener una política de paz de Estado, no puede ser eso que cada gobierno, al vaivén de sus caprichos o de sus intereses de agenda domestica, vaya usando la paz como un instrumento, como se ha convertido la política exterior colombiana. Buscar una aproximación, un diálogo exploratorio con el ELN es posible, siempre y cuando esto tenga unos pasos muy claros.
Después de ese diálogo exploratorio, que se establezca un compromiso con un diálogo serio, con una agenda, una metodología con el objetivo que entreguen las armas, se desmovilicen y dejen de atemorizar a la población como está ocurriendo en Arauca. Porque quienes se están disputando territorialmente esa región por el negocio del narcotráfico son las disidencias de las FARC, el ELN, el Clan del Golfo, el cartel Jalisco Nueva Generación, el cartel de Sinaloa y las autodefensas. Si no atacamos la raíz del problema, que son las rentas ilegales producto del narcotráfico, podemos hacer miles de acuerdos, extraditar a miles de narcotraficantes, sin embargo, no podremos resolver el problema.
Infobae: ¿Y con relación a las relaciones con Venezuela, ya que hablamos de la compleja relación en la frontera?
Yo normalizaría las relaciones con el gobierno venezolano, pensando en los 2,5 millones de colombo-venezolanos que tienen que condenarse a las trochas de extorsión, criminalidad y de trata de personas. Pero esto no pueda ser un problema de Colombia o de Latinoamérica, aquí hay que convocar al mundo para que sea mucho más solidario. Esto es una crisis humanitaria de categoría mundial donde se necesitan recursos e instituciones que nos ayuden a manejar todo este problema que obviamente a provocado Maduro y el régimen venezolano, pero también se tiene que acabar con esa política ridícula de reconocer a Juan Guaidó y que con un concierto se piense que uno va a tumbar al régimen y que las “horas estaban contadas”.
Infobae: La Coalición Centro Esperanza se creó para hacerle oposición al continuismo del gobierno de Iván Duque. ¿Cuáles son las medidas que fueron impulsadas por ese mandato con las que usted continuaría y las que más críticas le merecieron?
J.M.G.: Rescato dos cosas: la primera es la política de promover la regularización de los migrantes venezolanos y las estrategias para facilitarles esa regulación. Yo lo reconozco y creo que es una medida acertada. La segunda medida es ‘Mi casa ya’ de la cual he recibido muy buenos comentarios de la gente que quiere que este programa se pueda mantener y sostener.
Y lo que definitivamente cambiaría es la política de orden público y de seguridad. Las tasas de homicidios en ciudades como Cali están disparadas, no hay liderazgo presidencial del orden público en Colombia, a nivel rural y a nivel urbano. Este gobierno se ha lavado descaradamente las manos con los alcaldes, para que ellos asuman esa responsabilidad. Las masacres, los asesinatos de líderes sociales por todas las regiones del país. Eso revela una ausencia y una desconexión total por parte del presidente Iván Duque.
Asimismo, cambiaría la política exterior, no solamente con el oso que hicimos al de decir que con un concierto íbamos a tumbar a Maduro y que reconocemos a Guaidó como el presidente con el que hay que tramitar las extradiciones, sino que hacemos el oso de infiltrarnos en las elecciones de los Estados Unidos, perdiendo una tradición de muchas décadas, que es una relación bipartidista que hay que tener con esa nación y que tenemos que cuidar. Que nos vaya bien con los republicanos y con los demócratas es el interés de Colombia.
De igual forma critico a los organismos de control, todos en el bolsillo del presidente: mi amigo de Fiscal, mi amiga de Procuradora, mi otro amigo de Contralor. No hay autonomía ni independencia, no hay verdaderos organismos de control que contengan la corrupción, la cual está enquistada en la Presidencia de la República con ese carrusel de contratos del secretario jurídico de la presidencia y de la directora del gabinete. Lo que pasó con Centros Poblados y el robo de 70.000 millones de pesos en un contrato de más de $1,2 billones para conectar a los niños campesinos con el internet... La lista de desastres podríamos continuarla y acá nos quedaríamos denunciándola.
Infobae: ¿Cómo fue el trabajo para convencer a reconocidos personajes como Mabel Lara, Sandra Borda, Yolanda Perea, Carlos Negret y a su hermano, Carlos Fernando Galán, para que apoyaran al renaciente Nuevo Liberalismo?
J.M.G.: Fue una carrera contrarreloj, realmente fue un milagro, fue providencial haberlo logrado en tan corto tiempo cuando los partidos tienen meses y hasta años para perfilar a sus candidatos y conformar sus listas. Nosotros tuvimos escasamente un mes y medio para poder armar las listas al Congreso y le quisimos apostar a lo más arriesgado: una lista cerrada, paritaria entre mujeres y hombres, y cremallera en la que se alternaran. Esta es la mejor lista. Yo retaría a cualquiera que me debata quién tiene una mejor lista al Senado y a la Cámara de Representantes.
Y con relación a la Coalición Centro Esperanza, realmente la lista que está 100 % con la alianza es la del Nuevo Liberalismo, ¿la otra lista puede decir lo mismo?, Hay gente valiosa en esa lista como Humberto de la Calle como cabeza, pero, ¿se puede decir que esa lista está completamente comprometida con el proceso de la consulta presidencial de la Coalición Centro Esperanza y del candidato único a la Presidencia? El Nuevo Liberalismo lo puede asegurar. Aquí no hay ningún candidato que esté con Petro, ni con la derecha.
Infobae: En medio de un debate de la Coalición usted aseguró que en un año acabaría con el hambre en Colombia. ¿Mediante qué estrategia piensa lograr este objetivo, teniendo en cuenta que hay regiones en el país en las que históricamente se han presentado tasas altas de desnutrición y donde la presencia estatal ha sido mínima?
J.M.G. Mi primer acto de gobierno el 7 de agosto de 2022, si los colombianos depositan la confianza en mí para ser su presidente, será decretar una emergencia económica y social con el propósito fundamental de derrotar el hambre en nuestro país. Y para eso vamos a movilizar todas las fuerzas de la Nación: al sector privado, Gobierno nacional, sociedad civil, iglesias, territorios y sus comunidades, colectivos, instituciones del Estado, a nivel nacional, regional y local, y a las juntas de acción comunal. A todos los colombianos vamos a comprometerlos para que ese sea un propósito de nación, un propósito de país.
Y vamos a establecer medidas como distribuir un subsidio temporal alimenticio a través del Sisbén, especialmente dirigido a las familias presididas por mujeres cabeza de hogar. Vamos a garantizar que en toda la educación primaria de nuestro país las tres comidas estén aseguradas para todos los niños que están en pleno desarrollo cerebral y que no les podemos asegurar los nutrientes que necesitan.
El Programa de Alimentación Escolar (PAE) lo vamos a reformar. Se acaban esos carteles de corrupción del PAE y cada comunidad educativa va a contratar su PAE entre padres de familia, docentes, estudiantes y rectores, con el propósito de estimular la economía local, pero además de poder ejercer veeduría en la elaboración de los alimentos, especialmente los padres de familia que son los más interesados de que sus hijos estén bien alimentados.
Vamos a fortalecer la red nacional de bancos de alimentos. Cada región de Colombia tiene que tener su banco de alimentos permanente, bien dotado, bien abastecido, con lo que se necesite para la movilización y en eso tiene que contribuir toda la logística del país; empresas públicas y privadas; cuerpos transportadores de carga, en avión, todos comprometidos en ayudar a abastecer a tiempo estos bancos que si se presenta una contingencia de una ola invernal o de una sequía puedan entregarle a la gente la comida. En especial en La Guajira vamos a tener un banco de alimentos fuerte ligado a esta red.
Aquí vamos a hacer lo que fue el New Deal de Franklin D. Roosevelt en Estados Unidos después de la crisis económica de 1929, o lo que fue la recuperación de Europa con el Plan Marshall. En las zonas en donde más hambre hay, en donde más población vulnerable hay, tenemos que tener los bancos de alimentos más fortalecidos. Para situaciones extraordinarias, medidas extraordinarias y especiales. Tenemos que movilizar todos los recursos y los esfuerzos de esta país para este propósito. No es justo que en un país como Colombia la gente se esté muriendo de hambre y que uno de cada dos colombianos tenga dificultad para alimentarse, el hambre no tiene que tener color político ni partido, tiene que ser proyecto nacional. El reto es ponernos la meta de un año, pero no es un reto mío, es del país.
Infobae: ¿Cómo blindaría esta propuesta de la corrupción y mediante qué estrategias la implementará teniendo en cuenta la coyuntura económica del país?
J.M.G.: Tenemos que hacer apuestas arriesgadas porque la situación lo amerita. Cuando uno tiene a la mitad de los colombianos padeciendo hambre, eso tiene que ser suficiente para movilizarnos como seres humanos, como ciudadanos, como colombianos. Tenemos que solidarizarnos para que en nuestro país no haya hambre, sobre todo en niños menores de cinco años.
Respecto a la corrupción es claro que todo el mundo da discursos contra la corrupción, es decir, quién va a hablar a favor de la corrupción en un discurso político, nadie. Y la competencia de muchos es ver quién habla más duro, quién dice más groserías y hace más payasadas en TikTok, pero para mí es tener una idea clara, una propuesta viable. La única manera o la más poderosa para luchar contra la corrupción es acabar con la impunidad. Mientras tengamos la impunidad que tenemos en Colombia frente a casos de corrupción, los corruptos van a seguir robando y van a seguir enquistándose en el poder.
Infobae: ¿Cuál es su propuesta ante la corrupción?
J.M.G.: Mi propuesta es crear una Fiscalía Especial Anticorrupción, independiente de la Fiscalía General de la Nación, que debe ser liderada por un fiscal anticorrupción que no tenga origen político y menos vínculos con el Presidente. Que sea como fue Iván Velásquez en Centro América, independiente, autónomo y que tenga todos los instrumentos de fiscales especializados en este tema, con Policía judicial y tecnología dedicados a rastrear, infiltrar, e investigar las redes de corrupción.
¿Qué tenemos hoy para luchar contra la impunidad? Un fiscal que me encontré en La Guajira me dijo: “Candidato, tengo 3.500 procesos en mi despacho, tengo un solo auxiliar que me ayuda a investigar estos casos y está incapacitado hace 90 días por razones médicas”. Esto así no es viable, como tampoco lo es tener al amigo del Presidente de Fiscal, porque si un fiscal de estos, por mucho esfuerzo sacrificio y valor llegara a avanzar en un proceso contra un caso emblemático de corrupción, inmediatamente se lo quitan y se lo dan a otro para que arranque de ceros.
Esto lo vamos a financiar acabando con la Procuraduría General de la Nación, que le cuesta a los contribuyentes $2 billones, y que se ha convertido no solo en una institución que no da resultados en la lucha contra la corrupción, sino en un fortín de clientelismo para que a los senadores que votan para elegir al Procurador les devuelvan el favor entregándoles, por ejemplo, la procuraduría regional, para que termine chantajeando o extorsionando con investigaciones a sus rivales políticos en la región.
Esos $2 billones, que se van a sumar a los recursos de acabar con las contralorías regionales, que también voy a hacer esa propuesta, esa plata la podemos direccionar a fortalecer el sistema de justicia con esta Fiscalía Anticorrupción que tenga equipos de 15 fiscales con dedicación exclusiva a una red de corrupción como Centros Poblados o a la de la compra de votos en la costa Caribe en este momento. Creo que solo así podemos tener avances reales contra la corrupción y blindar un proyecto del la importancia como es el de ‘Hambre Cero’ en nuestro país durante el primer año de gobierno.
Infobae: ¿Cree usted que peleas y conflictos, como los de Íngrid Betancourt con Alejandro Gaviria, y sus denuncias a Carlos Amaya por una supuesta red de clientelismo, pueden afectar la integridad de la Coalición Centro Esperanza, y sobre todo, la imagen de una alianza que va a gobernar unida?
J.M.G.: Yo soy cofundador de esta coalición. Hace dos años fui a la primera reunión que tuvimos. Hemos invertido mucho trabajo, mucho esfuerzo en construir esta alianza, sus principios éticos, sus lineamientos programáticos, pero la riqueza de una coalición no es ser uniforme, unánime o monolítica. La riqueza es la diversidad, la diversidad de opiniones, de tesis sobre los temas y propuestas. Pero donde sí tenemos que estar unidos, en donde no podemos tener diferentes puntos de vista, es en la manera de hacer política y en que la política que hagamos sea una política alejada de los clanes y de las estructuras criminales de compra de votos.
En eso sí tenemos que tener una postura clara, porque la manera de hacer política sí tiene que reflejar el sentido ético que nosotros le damos a la política. Nosotros podemos tener confrontaciones: por ejemplo, que Alejandro Gaviria dice que no revisaría los tratados de libre comercio y tiene una visión distinta a la que presenta Jorge Enrique Robledo, que quiere proteccionismo y sí quiere renegociar los TLC. Eso es aceptable, pero lo que no es aceptable es traicionar los principios éticos de la coalición y que nosotros sí queramos diferenciarnos definitivamente de las otras dos coaliciones en la manera de hacer política.
Y que aquí nos revisamos, cuestionamos y no tenemos miedo a dar las explicaciones que tenemos que dar, porque aquí no podemos hacer pactos de silencio. En la que los señores de la coalición de la derecha no hablen sobre la corrupción de la compra de votos en Barranquilla, que involucra a uno de sus miembros, el exalcalde de esa ciudad Álex Char, y en la de la izquierda, la de Petro del Pacto Histórico, en la que no se habla sobre los graves cuestionamientos a Piedad Córdoba donde la acusan de haber traficado políticamente con los secuestrados.
La diferencia nuestra es que hablamos las cosas y las decimos. Algunos interpretan eso como peleas; yo no creo que sean peleas, creo que demuestra que el talante de esta coalición es distinto, es exponer los temas, dar la cara, responder. Y yo lo que hice fue preguntas, yo no acusé a Carlos Amaya, le hice preguntas para que las aclarara, eso fue todo.
Infobae: ¿Qué piensa de los señalamientos que han hecho reconocidos políticos como Iván Marulanda y Rodrigo Lara en las que tachan al Nuevo Liberalismo como un partido “de bolsillo de los Galán”?
J.M.G.: Nosotros arrancamos el esfuerzo de alcanzar la personería jurídica del Nuevo Liberalismo hace cinco años. Yo los invité, por iniciativa mía, después de haber renunciado al Partido Liberal por haber apoyado a Iván Duque en segunda vuelta presidencial, que representaba la antítesis de lo que habíamos defendido en 12 años en el Senado. Renuncié por eso y me fui al asfalto político, sin escenario, solamente con las expectativa, remota en ese momento, de recuperar la personería jurídica del partido. Con tres negativas en el Consejo Nacional Electoral, dos más en el Consejo de Estado, hasta que llegamos a la Corte Constitucional, que por unanimidad, con ocho votos a favor y cero en contra, se restituyó la personería jurídica del Nuevo Liberalismo.
Y se dio toda la hoja de ruta en esta fase transicional del partido, para que al partido no se le vulnerara el derecho fundamental de participar en estas próximas elecciones en la que vamos a disputar para el Congreso y en la Presidencia. Y las personas que usted menciona no estuvieron con nosotros durante esos cinco años de lucha, llegaron cuando la Corte Constitucional había sentenciado que devolvía la personería jurídica a la colectividad y con la intención de incumplir con la sentencia de la Corte, de modificarla, de pedir un cambio que para nosotros no era aceptable. Y por el otro lado sugerirnos que nos uniéramos a Cambio Radical, con Germán Vargas Lleras, y con el Partido de la U, traicionando el legado del Nuevo Liberalismo en su renacimiento. Este partido iba a renacer muerto si se iba a establecer alianzas con los partidos que rechazó hace cinco años y su forma de hacer política.
Y sí, nosotros nos llamamos Galán, somos hijos de Luis Carlos Galán, y no podemos ir a una notaría a cambiarnos el apellido, y no por eso tenemos menos derecho a ejercer un liderazgo en política. Y sí, estamos liderando el Nuevo Liberalismo porque llevamos años trabajando en política. No aterrizamos aquí como paracaidistas desde Francia a recibir la personería jurídica de un partido político. Estuvimos aquí luchando por una personería jurídica que le abrió el camino para que Salvación Nacional, Verde Oxígeno, el Partido Comunista y la Colombia Humana la obtuvieran también.
Infobae: Con respecto a su hermano, hay algunos líderes que han insinuado que Carlos Fernando renunciaría, posiblemente, al Senado para volver lanzarse a la Alcaldía de Bogotá ¿Qué piensa de estas declaraciones?
Yo creo que lo que mejor habla de Carlos Fernando es que después de haber sacado de un millón de votos a la Alcaldía de Bogotá -solamente dos personas han superado esa votación, la actual alcaldesa y mi hermano-, aceptó ser el sexto en una lista cerrada al Senado por el Nuevo Liberalismo. Eso demuestra su talante, su sentido ético de la política, y la manera en la que está construyendo equipo. Y cuando él asume un compromiso, lo asume de verdad y a fondo. Y él mismo ha dicho que no va a aspirar a la Alcaldía de Bogotá, porque su lugar es el Senado, liderando la bancada del Nuevo Liberalismo, que esperamos sea mi bancada de gobierno.
Infobae: ¿Por qué votar por la consulta de la Coalición Centro Esperanza y por qué votar por Juan Manuel Galán?
Votar por la Coalición Centro Esperanza es votar por una nueva opción política para Colombia que no es de coyuntura para una elección, sino que busca organizar un proceso político en donde no vengan solamente los próximos comicios, que ya estamos muy cerca, sino que hagamos un gobierno de coalición. Donde podamos avanzar hacia las siguientes elecciones para hacer presencia en los comicios territoriales, concejos municipales, alcaldías, asambleas, gobernaciones, que son muy importantes también.
¿Por qué votar por mí?: porque represento verdaderamente las banderas liberales que han estado huérfanas durante décadas y el Nuevo Liberalismo las levanta. Estamos construyendo partido, pero de una manera distinta, con un sentido ético de la política, sin aliarnos con clanes políticos que se han robado este país desde hace décadas y que la gente en las regiones los conoce y sabe quienes son. Sin expresidentes escondidos, sin maquinarias de compra de votos, sino apelando al voto libre e independiente, al voto de opinión y de conciencia.
De mí pueden esperar un presidente que siempre les dirá la verdad, que siempre les va a dar la cara y que reconocerá los errores, uno que va a trabajar con una presencia en el territorio de manera permanente y liderando todos los temas fundamentales para este país: la lucha contra la corrupción, lo que tiene que ver con el empleo y con derrotar el hambre en Colombia y las oportunidades de formación para jóvenes, y la seguridad de nuestro país, a nivel urbano y rural.
Infobae: En caso de que la coalición no logre llegar a la segunda vuelta presidencial ¿a qué proyectos políticos apoyaría la alianza de centro?
J.M.G.: Yo no estoy considerando ese escenario porque estoy plenamente seguro que vamos a ganar la presidencia de Colombia. Que el candidato único de la Coalición Centro Esperanza, escogido por consulta el 13 de marzo, que aspiro ser yo, va a llegar a segunda vuelta y si llegamos, ganamos la presidencia de la República. Pero ninguno de los proyectos de extremos con los cuales se ha diferenciado la alianza de centro, sobre todo en la manera de hacer política, puede ser apoyado por sus miembros, porque sería traicionarse a sí mismo.
Cuestionario relámpago
En ese espacio se le nombraron algunos temas y personajes a Juan Manuel Galán para que los definiera, según su criterio, en una palabra o en una corta frase.
Iván Duque
Desconectado
La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP)
La esperanza para que la justicia y la verdad judicial sirva para reparar a las víctimas
Gustavo Petro
El Gustavo Petro de ayer sería el primero en denunciar al Gustavo Petro de hoy, porque ese político que denunció estructuras mafiosas y paramilitares ligadas al narcotráfico y la compra de votos, ahora se está aliando con esas estructuras que denunció en el pasado para llegar a la presidencia.
Rodolfo Hernández
Discursos vociferantes contra la corrupción sin ningún contenido ni viabilidad de propuestas. Populismo puro y duro.
Álvaro Uribe
En deuda con la verdad para los colombianos.
Narcotráfico
La materia que sustenta a la violencia y a la corrupción en el país. Lo que está detrás de las masacres, los asesinatos de líderes sociales y a los habitantes más pobres y vulnerables.
Álex Char
Dura y seriamente cuestionado por su relación, desde un clan político, por la compra de votos.
Acuerdos de Paz
Una necesidad para cumplirle a la Colombia olvidada.
Venezuela
Sometida por un régimen autoritario, antidemocrático, con el que, si bien es necesario normalizar relaciones por el bien de los 2,5 millones de colombo-venezolanos condenados a las trochas, es necesario apoyar los esfuerzos diplomáticos para una transición verdaderamente democrática.
Luis Carlos Galán
Patrimonio nacional de todos los colombianos
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