“A mí la pobreza no me la contaron, yo la viví”: la exreina Vanessa Mendoza busca llegar al Senado con el uribismo

20 años después de ser elegida señorita Colombia, Mendoza intentará regresar al Congreso de la República, donde fue representante a la Cámara por curul de negritudes

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La primera reina afrodescendiente de Colombia ya había pasado por la Cámara Afro
La primera reina afrodescendiente de Colombia ya había pasado por la Cámara Afro

El rostro de Vanessa Alexandra Mendoza apareció en vallas, comerciales, desfiles de beneficencia y hasta en una estampilla postal. Fue la primera afrodescendiente de Colombia en representar al país en Miss Universo, el concurso de belleza más importante del mundo. Aunque no clasificó en primera ronda, se llevó el premio al mejor traje típico de la edición 2002 del certamen.

Antes de ganar notoriedad nacional por ganar la corona de Señorita Colombia, Vanessa era una aspirante a modelo que creció en el escenario más improbable: el municipio de Unguía, Chocó. Su familia consistía en quince hermanos y una madre que enviudó cuando Vanessa era apenas una niña. “A mí la pobreza no me la contaron, yo la viví”, asegura.

A Infobae Colombia le contó que pasó sus años de estudiante alumbrándose con velas. Con todo, logró conseguir un título de Hotelería y Turismo antes de concursar en el reinado. Recordó que su corona fue el pase para llevar un poco de luz a su territorio, literalmente: “como reina pude llevar una planta para que pasáramos de tener dos horas de energía eléctrica al día a tener, al menos, diez horas”.

Ella defiende la utilidad de los reinados en este siglo. Considera que su reinado le dio las bases para incursionar en la política y “pegar sin maquinarias políticas”.

Aunque no les simpaticen los temas de los reinados, tengan la plena convicción que el Concurso Nacional de Belleza para mí fue esa misión social que ejercí para para el ejercicio de mi trabajo político, para toda la vida. Fue mi ejemplo y lo voy a defender siempre a capa y espada. Así de algunos concursos de belleza digan que denigran a la mujer, yo puedo decir a boca llena y ahí lo pueden decir, que en mi experiencia pude ejercer un camino que me llevó a ser representante de mis comunidades y cambiar en algo esa cohesión social que siempre nos ha faltado, sobre todo en nuestra región en esa Colombia profunda.

La etnia en las derechas

Su primera incursión en la política nacional fue a través de las curules de comunidades negras: llegó en 2017 a reemplazar a Moisés Orozco, quien fue destituido por irregularidades presentadas en sus documentos y, tiempo después, asesinado en el municipio de Yumbo (Valle).

Vanessa entró al Congreso como independiente, pero asegura que se acercó al partido Centro Democrático, liderado por el expresidente Álvaro Uribe Vélez, cuando empezó a presentar proyectos de ley como autora y ponente y los congresistas uribistas le mostraron respaldo a sus ideas. Después, al entrar al partido, descubrió que tiene ideas en común con este sector político. Entonces, buscó el respaldo del uribismo para regresar al Congreso y le dieron el aval.

Ahora estoy dentro del partido, que es un partido de la libertad, que me ha permitido alzar mi voz para poder representarnos y representa mi etnia y mi raza y aquí he encontrado un cobijo importante porque es el partido de la libertad y de la cohesión social, que es lo que quiero seguir luchando desde la Cámara alta en el Congreso de la República.

Para ella, la participación de afrodescendientes en la política no puede estar limitada a las izquierdas, sino a las necesidades y convicciones de cada persona. En el caso de ella, quiere representar “a mis paisanos de la orilla del río” y en un año de representación pudo encontrar apoyo de todas las vertientes para sus ideas.

Vanessa considera que está en la vida pública para romper mitos, como el de que “porque tenemos un poquito más de color en la piel, un poquito más de melanina, entonces tenemos que trabajar por X o Y vertiente”. Por eso, no considera su afiliación a un partido de derecha como traición a nada.

Ya he estado acostumbrada en muchos aspectos a que me encasillen: que por qué una reina en la política, que va a ir a desfilar al Congreso. Demostré que puedo hacerlo con ideales, trabajo constante y disciplinado, que ha caracterizado mi vida, más allá de vertientes que me encasillen porque soy negra, porque soy mujer, porque vengo de expresión humilde, porque no me podía ganar una corona que estaba condenada a que se la ganaran con apellidos prestantes. En mi vida he ido rompiendo mitos y poder demostrar que con un trabajo constante puedo encontrar el apoyo. El camino en que transitado ha sido pedregoso, pero al final siempre me acuesto con la satisfacción del deber cumplido, que he encontrado gente en el camino que me ha dado la mano.

Para Vanessa, las ideas que ha implementado el presidente Iván Duque durante su gobierno han sido pertinentes para la realidad del país y lo que ella percibe como necesidades urgentes. Ella menciona el aumento en el presupuesto educativo, la gratuidad en universidades públicas para sectores vulnerables y la implementación de energías alternativas.

Sobre el candidato presidencial de su movimiento, Óscar Iván Zuluaga, ella cree con convicción que se trata del mejor candidato posible para la presidencia. “Es el perfil de un hombre humilde que quiere trabajar y se ha esforzado, lo ha demostrado siendo ministro; nos demostró que fue el mejor ministro en una época fuerte en nuestro país, así que lo seguiremos apoyando hasta el último momento”.

Una reina llena de ideas

El imaginario de país de Vanessa Mendoza es uno que dé prioridad a los más vulnerables, “que son precisamente los oriundos de mi tierra del Pacífico, del Chocó, del Cauca, de Nariño, de Valle del Cauca”. Además del común denominador del uribismo —la búsqueda del Estado austero y el aumento de la seguridad—, ella quiere que se haga énfasis en las poblaciones con necesidades básicas insatisfechas y fallas de conectividad.

Vanessa busca llegar al Congreso para impulsar proyectos educativos, ya que considera que esa es la clave de la movilidad social. Además, hará control político y se enfocará en el diálogo popular para que la gente recupere la fe en la democracia.

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