Consecuecias del conflicto en Europa para Colombia: el 42 % de la urea que demanda el agro proviene de Rusia y Ucrania

La confrontación entre Ucrania y Rusia no solo afectará la economía europea, las exportaciones de insumos agrícolas originarios de los países en conflicto son motivo de preocupación incluso para países tan distantes como Colombia

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Un hombre trabaja en un invernadero donde se cultiva tomate y pimentón (Colombia). EFE/ Luis Eduardo Noriega A.
Un hombre trabaja en un invernadero donde se cultiva tomate y pimentón (Colombia). EFE/ Luis Eduardo Noriega A.

Colombia no está tan alejado de la crisis que hoy se dibuja a miles de kilómetros de distancia entre Rusia y Ucrania. El comienzo de este año trajo un alza histórica en el precio de los alimentos que tiene como fundamento una inflación que al cierre del 2021 llegó al 5,6%. La situación, que ya incide sobre un 93% de los productos de la canasta familiar, vuelve a ser motivo de preocupación de cara a la crisis de dos de los grades productores de insumos para el agro en Colombia.

El Ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, anunció una serie de acciones para buscar reducir los costos de la producción de los alimentos. De la mano del Comité de Asuntos Arancelarios y el Comité del Confis se ha dado luz verde a la reducción de los aranceles para 2900 insumos y productos agropecuarios.

“El fenómeno del aumento de precios es una realidad internacional y local que nos afecta a todos”, explicó Restrepo para el diario La República de cara no solo a la crisis en Europa, sino al aumento de más del 40% en el precio de los insumos, que como la Urea, se han encarecido según reportó el DANE la semana pasada.

Adicional a esto, el funcionario reveló para La FM, que se implementarán estrategias para mejorar la logística portuaria, “con la atención más eficiente de contenedores vacíos en las principales terminales, gracias al aumento del personal que trabaja en ellos”.

Estas medidas que buscan mitigar el aumento de los costos de la producción de alimentos, con el fin de frenar la inflación y proteger el bolsillo y la seguridad alimentaria de los colombianos, entrarán en vigencia para enfrentar una crisis en donde la inflación para este mes podría llegar al 8% anual.

Por ahora la pregunta que muchos se hacen es sobre el tiempo durante el cual se implementarán estas medidas. Aunque la semana pasada el Ministro de Agricultura, Rodolfo Zea Navarro anunció que serían temporales hasta el segundo trimestre del año dependiendo de la estabilización de los precios, es que considerando la situación actual, todo se traslada a un panorama en donde reina la incertidumbre.

El mercado energético

Pero la preocupación sobre el conflicto en el que se han puesto las miradas del mundo, tampoco deja de lado la falta de seguridad en las inversiones que hoy se cuecen en torno al mercado energético. Si bien, aun están por terminarse de definir los bloqueos económicos que algunos países de Europa y Estados Unidos impondrán a Rusia, y existe un fuerte temor sobre un conflicto a gran escala, el precio del barril de crudo Brent, que hoy alcanza los 100 dólares, podría significar una buena noticia para el país.

No obstante, como dicen los expertos, no todo lo que brilla es oro. Como consecuencia de estos, se han anunciado tres efectos que inciden en la economía colombiana basada principalmente de las exportaciones de crudo. En primer lugar, si bien un aumento en el precio del barril significa mayores ingresos para el país, tal efecto tiene una segunda consecuencia sobre el precio de la gasolina que consumen los colombianos. El tercer efecto, asegura Tomás González, ex Ministro de Minas y Energías, es indirecto pues, “si los precios son altos, harán que la economía se desacelere y exista menos comercio, menos dinamismo e inversiones para la economía colombiana y mundial”.

A la espera de recibir los anuncios de los gobiernos sobre las sanciones en un contexto en el que se necesita la energía, y en el que la crisis del gas ha elevado los precios hasta cuatro veces en un año en Europa, se suma un panorama de tensión que no solo se ha representado en un aumento en el índice de volatilidad de las acciones estadunidenses, sino en un nerviosismo constante en que solo se sabe cómo empiezan las guerras pero no cómo terminan.

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