Buenaventura resiste: marchará este jueves en mitad del paro armado del ELN

La comunidad en el puerto saldrá a las calles a exigirle a los actores armados que respeten la vida y la dignidad de los habitantes que están hastiados del temor

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La comunidad en el puerto
La comunidad en el puerto saldrá a las calles a exigirle a los actores armados que respeten la vida y la dignidad de los habitantes que están hastiados del temor

Este miércoles 23 de febrero la Defensoría del Pueblo alertó de que el paro armado decretado por el Ejército de Liberación Nacional (ELN) en Buenaventura mantiene a la comunidad del puerto con restricciones de movilidad marítima, fluvial, y terrestre, lo que ha generado que algunas instituciones educativas han decidido cancelar clases.

La entidad señaló que los funcionarios de la Regional Pacífico evidenciaron, durante un recorrido por el que es considerado el puerto más importante de Colombia sobre el Pacífico, que no hay servicio de transporte terrestre hacia el departamento de Chocó, ni circulación de motonaves ni cabotaje transitando por la bahía que ha sido azotada por la violencia desde finales del 2019 por grupos armados ilegales y bancas criminales.

“Pedimos al ELN sacar del conflicto a la población civil y respetar el derecho a la movilidad de los habitantes de este territorio; a las autoridades, garantizar la seguridad de las comunidades que se encuentran en confinamiento por las amenazas de este grupo armado ilegal”, señaló la Defensoría.

Frente a estas amenazas y producto del recrudecimiento de la violencia que se presenta en el puerto, diferentes sectores ciudadanos propusieron una movilización por las calles de este municipio al suroccidente colombiano para exigirles a los actores armados que hacen presencia en este territorio, que se respeta la vida y la integridad de sus habitantes, y que cesen los actos de violencia que afectan a la población civil.

A pesar del anuncio del paro armado, los ciudadanos han confirmado que marcharán para exigirle a las autoridades condiciones dignas de vida en esta localidad en la que se ha presentado una ausencia histórica por parte del Estado, la cual ha sido insistentemente cuestionada por los habitantes del puerto, en su mayoría comunidades afrodescendientes víctimas del conflicto armado y de la actual escalada de violencia.

“Por el derecho a la vida, los niños y niñas te invitamos este 24 de febrero a las ocho de la mañana en el Sena para que caminemos porque nos merecemos una Buenaventura en paz”, arengaban un grupo de niños de una de las instituciones educativas del puerto.

Algunos líderes sociales de Buenaventura como Leonard Rentería, que se hizo reconocido por sus argumentados cuestionamientos al Gobierno nacional durante el paro nacional de 2020, han expresado que desde la comunidad se pueden generar los cambios que necesita esta población a través de este tipo de acciones colectivas con el propósito de manifestar su rechazo al temor y hacer un llamado a que se permitan mejores condiciones de vida para los menores.

“Las balas, los enfrentamientos, las amenazas, las extorsiones, las desapariciones y los asesinatos no deben hacer caminar para pedirle a Dios y también para que las autoridades escuchen y tomen medidas urgentes porque nuestra ciudad no aguanta más”, concluyó el obispo de Buenaventura, monseñor Rubén Darío Jaramillo, quien ha sido amenazado por los actores armados en su lucha por un puerto en paz, en declaraciones recogidas por Blu Radio.

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Durante los dos primeros meses de este año, la situaciones de violencia y vulnerabilidad de la población del Pacífico colombiano se incrementaron. Según cifras de la ONU, en Buenaventura, hay más de 5.000 personas afectadas por desplazamiento y confinamiento y luego de que el ELN anunciara un paro armado en todo el país a partir del 23 de febrero, la Armada Colombiana activó el “Plan Centinela.”

Esta iniciativa tiene como fin, innovar y fortalecer la estrategia de control del mar a través de diversas operaciones navales que garanticen el libre tránsito de las embarcaciones y cuenta con tres estaciones de guardacostas y una flotilla de superficie. “Es un trabajo articulado con los líderes del gremio del transporte marítimo que ha fortalecido la protección a las líneas de comunicación marítima entre las diferentes comunidades del litoral Pacífico colombiano”. indicó el capitán de Navío, Javier Bermúdez, comandante de Guardacostas del Pacífico.

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