“Los zoológicos están mandados a recoger, son obsoletos”: Andrea Padilla, candidata animalista al Senado

Por su trabajo en el cabildo de Bogotá se ganó el sobrenombre de la “concejal animalista”, el cual ahora buscará cambiar por el de senadora en defensa de seres vivos no humanos

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Andrea Padilla, candidata al Senado
Andrea Padilla, candidata al Senado por la Coalición Centro Esperanza

Andrea Padilla renunció al Concejo de Bogotá para aspirar al Senado por la Coalición Centro Esperanza. En la ciudad logró un acuerdo que frustró la temporada taurina y prohibir el comercio animales vivos en las plazas de mercado, entre otros avances por su principal propósito: la defensa de los animales.

En pandemia creó una Ruta Animal que busca apoyar con implementos a los hogares de acogida de animales abandonados y con la cual, junto a un equipo, ha esterilizado más de 2.331 animales en el último año en 15 municipios de 10 departamentos. Ahora, en el legislativo se auguran luchas con los sectores ganaderos y el clientelismo de las CAR como explicó en diálogo con Infobae Colombia.

¿Qué hace falta para proteger a los animales nacionalmente, cuáles son sus propuestas para para esta agenda animalista?

Tenemos un paquete de 12 proyectos de ley que incluyen, por ejemplo, la prohibición de la exportación marítima de animales vivos rumbo a países de Oriente Medio que es lo que le han llamado barcos de la muerte. Tenemos un proyecto para empezar a prohibir el uso de jaulas en la crianza de animales explotados para consumo humano; un proyecto para reformar las Corporaciones Autónomas Regionales en materia de atención a la fauna silvestres; un proyecto para iniciar la transición de zoológicos a santuarios o parques de conservación; un proyecto para reformar la Ley 1774 Contra el Maltrato Animal; un proyecto para una ley de apoyo a las fundaciones; una ley tenencia responsable de animales de compañía; un proyecto de ley para hacer obligatoria la impartición de contenidos de protección animal en los colegios públicos del país. Tenemos un proyecto de ley para buscar caminos de prohibición de los espectáculos crueles con animales y para una prohibición progresiva del comercio de animales, para reglamentarlo y prohibir un uso de perros en actividades de seguridad y vigilancia.

¿Por qué modificar la ley 1774? ¿Qué hay que cambiarle?

Básicamente la 1774 ha tenido algunas bondades, pero se ha quedado muy corta para afrontar los grandes desafíos en materia de protección animal. Es una ley que no establece en cabeza de cuáles autoridades de policía está hacerla cumplir. Hay que derogar la ley 84 de 1989; la ley 1774 lo que hizo fue modificarla, pero la dejó vigente y eso genera un encontrón de trenes porque los inspectores de policía no saben si sancionar bajo la ley 84 del 89, bajo 1774 del 16 o bajo el Código de Policía del 2016. Otro de los problemas es que esa ley 1774 considera como un delito un menor el delito contra los animales, o sea, una pena de prisión de uno a tres años, pero eso hace que sea un delito excarcelable, por lo tanto no vamos a ver personas privadas de libertad por cometer un dedito. Cuarto, aunque hay muchos más temas, no permite que las autoridades ingresen en domicilio cuando hay un indicio o confirmación de que el animal está siendo víctima de maltrato o está en abandono. Eso es muy frustrante porque uno sabe que adentro de una casa están matando a golpes a un perro y la autoridad no pueden ingresar. Finalmente es una ley que sigue considerando el abuso sexual como una circunstancia de agravación punitiva, no como un delito autónomo por lo cual casos de violación o de abuso sexual, pues no son considerados más graves.

¿Cómo modificar el transporte de animales en pie?

Eso es un negocio que está vivo en Colombia, muy defendido por el gremio poderoso ganadero, y es uno de los proyectos que vamos a radicar el 20 de julio, que es la actividad consistente en enviar miles de vacas o toros. Cuando hablo de miles estamos hablando de buques que zarpan hasta con 60.000 animales vivos, mandarlos por mar en viajes de 25 o 30 días, durante los cuales sufren de una manera inimaginable para que sean matados en estos países donde no existen leyes de Bienestar Animal. Entonces eso es un negocio que es absolutamente innecesario dado que en Colombia y en el mundo ya existe la tecnología para exportar la carne congelada, la carne en canal, sistema de refrigeración, entonces es innecesario exportar a los animales vivos. Es un negocio que está vigente, que está vivito y que los ganaderos defienden como un sector muy próspero de la economía, pero bueno, vamos a buscar acabar con esa actividad que es cruel e innecesaria, obviamente con una perspectiva progresiva. No es una actividad que se vaya prohibir mañana, sino que daremos un tiempo en el proyecto para que haya una adaptación del sector hasta que ya sea prohibida totalmente.

Andrea Padilla, candidata al Senado
Andrea Padilla, candidata al Senado por la Coalición Centro Esperanza

Este proyecto va de la mano con eliminar las jaulas para la crianza de animales para consumo...

Ese es un proyecto que va en sintonía con un tema que se está peleando hoy a nivel de la Unión Europea. Hoy la gran pelea de las organizaciones defensoras de animales no es que se deje de comer animales (creo que va a pasar mucho tiempo hasta que eso ocurra), sino mitigar los escenarios de mayor sufrimiento animal. Ese sufrimiento animal, en Colombia, se genera en buena medida en la crianza de animales explotados en la industria cárnica, particularmente de huevos, porque son animales que en el 95% del caso de las gallinas llamadas ponedoras son criadas en sistemas de galpón, que es el sistema de hacinamiento de jaulas, unas sobre otras, donde las gallinas no tienen posibilidad de abrir las alas, donde están con sus picos cortados porque de lo contrario se automutilarían o se causarían daño entre ellas por los niveles de estrés, donde las paticas se deforman porque están sobre rejas, no ven la luz del sol, en fin, galpones de hacinamiento absoluto. En el caso de los cerdos están en lo que se llama las jaulas de gestación, las cerdas, que se cría abajo ese sistema al 76% de las cerdas en Colombia. Un sistema que no les permiten ni el más mínimo bienestar ni siquiera tener contacto con sus lechones, ni girarse, ni darse la vuelta, incluso. Entonces lo que se está buscando en la Unión Europea, que es lo que queremos implementar en Colombia, es la eliminación de esos sistemas de crianza para transitar hacia sistemas de crianza en libertad, lo que se llama crianza en pastoreo, que les permitan a los animales tener unos mínimos de bienestar y mejorar así mismo las prácticas pecuarias en términos de alimentación más orgánica, más saludable.

Su propuesta de convertir los zoológicos en santuarios está muy relacionada con la propuesta de su fórmula en la Cámara de Representantes para crear un santuario para los hipopótamos ¿No?

Yo ahí difiero un poquito de Luis Domingo. Es como el único punto que tenemos un pequeño desencuentro, porque yo creo que la opción de santuario tal vez no sea el término más acertado bajo nuestra normativa actual, porque hoy se le llama santuario únicamente a los espacios donde se hacen programas de conservación de fauna endémica, y los hipopótamos no son fauna endémica, son exótica. Creo que sí debería contemplarse una opción de encerramiento de los hipopótamos para evitar o para controlar sus dispersión geográfica. Yo creo que tiene que ser una salida que contemple la esterilización química y quirúrgica, aunque nos cueste; me parece que es mezquino que se deseche esa alternativa porque es costosa. Ellos están aquí en Colombia es porque nosotros como sociedad y Estado así lo permitimos y si se han multiplicado, ha sido por la inoperancia del Estado; entonces creo que esa debería ser la primera salida: la castración química y quirúrgica.

Creo que en segundo lugar debe hacerse un trabajo con las poblaciones locales que han generado una relación turística con ellos, que han generado también una economía y una relación de afectos; hay personas que los consideran ya parte de su entorno. Entonces yo creo que ahí las comunidades también tienen que hacer un trabajo importante para proteger estos animales y para evitar un fenómeno que hoy se está presentando, que es muy grave, y del que poco se habla, que es el comercio de crías de hipopótamos, ese es un gran problema.

¿Rechaza de facto la la posibilidad de una caza de control?

Sí absolutamente, rechazo la opción de la caza que es el eufemismo para la matazón. Creo que es irresponsable que únicamente se contemple esa alternativa y no se escuche a otras versiones de las ciencias, porque las ciencias son en plural; y que no se escuchen a las comunidades locales, sino que solamente se escuche a una visión muy conservadora de la biología.

Creo que la opción de la eutanasia, no de la matanza, de la eutanasia, debe ser una opción residual para casos de animales muy enfermos, muy viejos, que ya no aguanten una intervención quirúrgica, química o para animales de difícil manejo. Pero creo que debe ser una opción residual, me parece muy peligroso lo que está pasando hoy en el Ministerio que es la declaratoria de especies invasoras, porque lo que sigue tras esa declaratoria es la licencia de caza, que aunque no se quiera presentar como deportiva, sino de control, pues va a terminar abriendo la puerta para la caza.

La castración y encerramiento es muy costosa y ese dinero podría invertirse en las mismas comunidades ¿Qué piensa de ese argumento?

Yo creo que es un argumento muy mezquino, muy irresponsable. Yo insisto, si esos animales entraron a Colombia y se reprodujeron fue por nuestra irresponsabilidad y por la inacción del Ministerio de Ambiente durante tantos años. Yo creo que sacar ahorita el argumento de los costos es inaceptable, tan inaceptable como habría sido en su momento decir que atender la pandemia era muy costoso y que entonces hubiera como una especie de selección natural. Yo creo que todos los animales que habitamos en Colombia merecemos atención del Estado y creo que el argumento de la economía simplemente demuestra la flojera del Estado, la indolencia y la responsabilidad.

Andrea Padilla, candidata al Senado
Andrea Padilla, candidata al Senado por la Coalición Centro Esperanza

¿Cómo serían los zoológicos convertidos en santuarios que propone?

Hoy hay una realidad de a puño en el país y es que los zoológicos se han convertido en los receptores de animales silvestres que han sido víctimas de tráfico, comercio, tenencia y que no han podido ser reintroducidos a su hábitat; por una parte, o que no han recibido atención por las autoridades ambientales y los han dejado confinados en jaulas, sin brindarles una intervención de calidad que aumenten las posibilidades de reintroducción en su hábitat. Esa es la realidad de los zoológicos en el país, están llenos de animales que no podrían sobrevivir en libertad. Hay otros zoológicos que irresponsablemente han comprado animales exóticos, por ejemplo el Bioparque Ukumarí, que compró esas jirafa simplemente por un capricho del exalcalde Juan Pablo Gallo, y hoy esto es un drama. Una de esas jirafas se murió, la otra está sola, enferma, simplemente para generarles mayores ingresos al bioparque. Los zoológicos son unos modelos victorianos de confinamiento y de exhibición que están mandados a recoger, son obsoletos, pero como tenemos la necesidad de albergar a estos animales que han sido víctimas de tráfico, comercio, tenencia, pues el modelo que estamos proponiendo, hacia el que también están transitando otros países como Costa Rica, son espacios mucho más amigables con los animales, donde realmente se cuida el bienestar del individuo, donde la exhibición no es el propósito, sino que hoy los animales que estén protegidos porque han sido víctimas de estos delitos, deberían estar allí para su protección, no para generarle una rentabilidad al lugar, es decir, eso implica que son lugares deberían ser mantenidos por el Estado y no depender de la venta de boletería que es el drama de estos lugares.

Las Corporaciones Autónomas Regionales llevan años en debate para evitar que sean fortines políticos ¿Cómo piensa reformarlas?

Creo que hay que hacer una gran reforma en su estructura organizacional para que prime la elección por meritocracia. En su estructura económica creo que manejan unos presupuestos exorbitantemente altos y creo que parte de sus presupuestos deberían ser manejados por los municipios, debería haber una cierta autonomía territorial, creo que deben ser reformados en su diseño de infraestructura, esas CAR tienen que funcionar de la mano con centros de atención, valoración y rehabilitación y creo que debería haber mayor control por parte del Ministerio de Ambiente porque esas CAR hoy funcionan como ruedas sueltas, el ministerio alega que no ejerce ninguna jerarquía. Entonces imagine usted: entidades millonarias, ruedas sueltas, con autonomía fiscal, pues es el caldo de cultivo para la corrupción.

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