La Liga Profesional Femenina de Fútbol de Colombia llevó a cabo su primer torneo en el 2017. Esta primera edición se dio luego de múltiples peleas y luchas por parte de las mujeres que encontraron su pasión en el balompié, queriendo así demostrar que no es un deporte para hombres y que ellas también cuentan con las condiciones para resaltar el fútbol colombiano.
Y como si fuera algo predestinado, Santa Fe se coronó como el primer campeón. Las leonas defendieron la historia del club, pues recordemos que en 1948 el equipo bogotano se llevó el primer título de la Liga de Fútbol Colombiana.
Desde la aparición de esta liga, las futbolistas se han enfrentado a una constante: la incertidumbre. Esto se debe a que cada año se ha puesto en duda la elaboración del torneo nacional. Si bien, la liga ha permanecido, sus condiciones y duración han variado y han disminuido con el paso de los años. De hecho, a principios del 2021, se habló de tener una Liga Femenina digna tras conocerse el bajo número de partidos y de equipos participantes.
Según un informe de Acolfutpro, el primer campeonato duró 104 días y tuvo 18 equipos; en 2018, 124 días y 23 equipos; en 2019, 74 días y veinte equipos; en 2020, 58 días y trece equipos y en 2021 duró cerca de 45 días y tuvo 11 equipos.
En promedio, esta liga tiene una duración de dos meses, y aquí aparece uno de los principales problemas: los contratos. A comparación de la línea masculina, a las mujeres las contratan para la pretemporada -un mes aproximadamente- y el torneo, lo que da un total de tres mes. Aquellas que llegan a la final -campeonas y subcampeonas- cuentan con la oportunidad de participar en la Copa Libertadores, sumando así un mes y medio más de contrato. El resto del año, un poco más de la mitad, no cuentan con un ingreso estable.
Teniendo esto en cuenta, mantenerse en un buen nivel de competencia es difícil, por esta razón, algunas abandonan el deporte, otras buscan estar un tiempo en otro equipo, por lo general de alguna escuela o uno amateur, y otras -la minoría- logran pagar a un entrenador que les ayude a mantener el físico. Causando así que un año después, para la siguiente edición, lleguen futbolistas sin un rendimiento alto.
Por otro lado, la gran mayoría de jugadoras colombianas tienen un salario igual o un poco superior al mínimo, el cual cerró este 2022 en un millón de pesos. Esto se debe a dos factores: el primero, el bajo presupuesto que se destina desde las entidades futbolísticas y deportivas (Ministerio del Deporte, Dimayor y Federación Colombiana de Fútbol); y segundo, al tener un campeonato corto, los patrocinadores no invierten en los diferentes equipos ya que no se les garantiza tener un tiempo definido de pauta en la televisión, publicidad que, en su gran mayoría, va estampada en los uniformes de las jugadoras.
Otro de las problemáticas que afronta la Liga Femenina es que los equipos colombianos no cuentan con una escuela de formación para mujeres. En el caso de los hombres, los equipos y las diferentes instituciones deportivas pueden llegar a tener campeonatos de sub-6, mientras que esto no pasa con las mujeres. Y, además, las niñas que deciden practicar este deporte deben estar en las mismas canchas que los niños, donde, en su gran mayoría, han sufrido de machismo, ya sea desde su hogares o de algunos entrenadores.
En una entrevista para Infobae Colombia, Diego Bedoya, director técnico de Atlético Nacional, explicó que al existir estas divisiones se crean nuevos torneos donde las mujeres comienzan a tener un nivel de competencia desde que son niñas y, de esta manera, cada equipo va asegurando un grupo de futbolistas que, en su momento, llegarán a la Liga Profesional. Y que en el caso del fútbol femenino se empezó conformando el torneo profesional, pero no la base, que son aquellas niñas que quieren seguir su carrera profesional en el fútbol para así tener diferentes generaciones de mujeres futbolistas; algo así como una pirámide invertida.
Ahora, una de las peticiones más constantes ha sido tener el apoyo de los medios y que haya una transmisión total de los partidos, en este caso, a través de Win Sport, canal que tiene los derechos del fútbol colombiano. Sobre lo primero, los medios de comunicación han desarrollado un discurso en el que se muestra la historia de la jugadora como un acto de solidaridad. Ante esto, Bedoya comentó que “las jugadoras no son un fenómeno, se han formado para estar en las canchas”.
Otro de los vacíos que tiene el fútbol femenino en Colombia es la falta de un perfil con sus registros, que al final son credenciales de su buen pie, causando así ser una de las razones por las que las colombianas no son fichadas con tanta regularidad por equipos de la élite a nivel nacional como internacional.
Los datos deberían subirlos tanto la Federación Colombiana de Fútbol (FCF), cuando se trate de jugadoras de selección, como los clubes afiliados a la Dimayor. “En el conducto global la FIFA debería decir a la Conmebol: bueno, cada federación, tiene que despertarse y trabajar en la data de información de las futbolistas”, explicó Julián Coconubo, agente de marketing deportivo de la agencia FemaSport.
Por ejemplo, estos datos podrían ser registrados en Transfermarkt y Soccerdonna, -como sucede con los futbolistas-. “En México me dicen, por ejemplo, voy a mirar en Wyscout la trayectoria de la futbolista de la que me hablas, pero la mayoría no tiene esos números en dichas plataformas”, agregó Coconubo. Esto ayuda ha que haya un limitante en la convocatoria de jugadoras a la selección de mayores.
Para este año la liga promete un avance, pues por primera vez habrá fase de todos contra todos, lo que implica un crecimiento en el número de partidos y equipos en comparación con otros años, lo que causó que el torneo se disputara desde este viernes, 17 de febrero, e irá hasta el 5 de junio, unos días antes del inicio de la Copa América Femenina, la cual se realizará en Colombia.
Ahora, en este 2022 no se superó el número de clubes que hubo hace cuatro años, pero sí volvió a mejorar esta cifra al tener 17 equipos que, además, y a diferencia de los otros torneos, competirán en la fase inicial con un formato de todos contra todos, con cuartos de final, semifinales y final (con ida y vuelta) para un total de 150 partidos en el primer semestre.
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