En lo corrido de este año Arauca se ha convertido en unos de los departamentos más violentos de Colombia. Los enfrentamientos entre la disidencias de las Farc, el ELN y las Fuerzas Militares han generado cientos de desplazados internos y ha dejado 70 asesinatos en este territorio.
La Corporación Claretiana, mediante un comunicado, pidió a los obispos de la región de la Orinoquia colombiana, “prestar sus buenos oficios a través de pronunciamientos públicos y las acciones pastorales necesarias, que puedan ayudar a superar la grave crisis humanitaria que desde el pasado 2 de enero de 2022, se viene presentando en el departamento de Arauca”.
La Corporación Claretiana es una organización social integrada por voluntarios religiosos de diferentes denominaciones de fe. Su trabajo está enfocado en la construcción de una sociedad con justicia y paz para la integridad de la sociedad colombiana.
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Desde que se presentan las acciones bélicas, las comunidades que integran este departamento están sumidas en el miedo y la zozobra. A esto se le suma el silencio institucional, por lo que la organización social cree que es necesario “consolidar acciones en pro de detener estos sucesos que se vienen presentando en la región”.
Dentro de su pedido a las autoridades religiosas de esta zona del país, la Corporación hace una serie de propuestas para lograr una salida a la violencia que se vive. Una de estas, señala la importancia de “hacer un llamado por todos los medios posibles, desde la Conferencia Episcopal de Colombia y los obispos de la Orinoquia, para que haya un cese el fuego inmediato por parte de los grupos insurgentes en conflicto en el departamento”.
Por otro lado, invitan a concretar uno o varios corredores humanitarios para proteger la vida, la integridad personal, los derechos humanos y la no infracción del derecho internacional. Para este punto, consideran importante que tanto las parroquias y centros religiosos sean espacios humanitarios y protegidos, de manera que la población civil tenga oportunidades de resguardo y no se vean obligados a salir desplazados de la región.
Una de las iniciativas que manejan desde la Corporación Claretiana es el “Foro de Derechos Humanos en Arauca”, que se realizará entre el 24 y 25 de marzo, y para lograrlo invitan a la Conferencia Episcopal a “apoyar y participar este espacio constructivo. Después del evento, saldrá una caravana hacia Bogotá exigiendo la paz en el territorio”.
Pero en su carta también hay un espacio para hacerle un llamado al Gobierno colombiano a “dar cumplimiento al derecho a la paz, como bien mayor y que se propicie los diálogos con los actores armados en la región de manera que se pueda desescalar el conflicto armado y proteger la vida y la integridad de la población”, reza el documento con fecha de 16 de febrero de 2022.
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Y es que lo que piden es tener una respuesta similar a la registrada en el Pacífico, que fue liderada por los obispos y la iglesia de la región, quienes manifestaron su solidaridad con las comunidades e hicieron un llamado a los grupos armados a respetar la vida y pactar un cese el fuego inmediato.
La comunicación cierra con tres pedidos claves al mandatario nacional. El primero es la implementación de políticas públicas que garanticen la educación, la salud, vivienda y demás necesidades básicas de las comunidades víctimas del conflicto en Colombia, concretamente en el departamento de Arauca.
También, desarrollar un plan para el cumplimiento de lo acordado en las negociaciones de paz en La Habana con las Farc y el Estado colombiano, como forma necesaria para alcanzar una duradera paz en la región. Finalmente, insistir en una mesa de dialogo con el Ejército de Liberación Nacional.
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