La imagen de los alcaldes de las cinco principales ciudades del país (Bogotá, Cali, Barranquilla, Medellín y Bucaramanga) sigue yendo en picada, según los resultados de la nueva encuesta Invamer publicada este 16 de febrero. Los mandatarios tienen un porcentaje de aprobación menor a la cantidad de personas que desaprueban su trabajo de los últimos dos años. La excepción es Jaime Pumarejo, alcalde de Barranquilla, quien reporta estabilidad en las cifras.
Hablando de números concretos, Pumarejo tiene un 59 % de aprobación y un 38 % de desaprobación. En cuanto a la primera variable, esta se mantiene igual en comparación con la última encuesta Invamer publicada en enero de este año. Con respecto a la segunda, esta disminuyó un punto porcentual.
Sorprende este resultado teniendo en cuenta que Pumarejo es cercano al clan Char, que últimamente se ha visto envuelto en escándalo por presunta corrupción electoral denunciada por Aida Merlano. Encuestas recientes han revelado que la información ha afectado directamente a Alejandro ‘Alex’ Char, quien es precandidato presidencial, y a su hermano Arturo Char, aspirante al Senado, sin embargo, Pumarejo sigue sin afectaciones.
En el caso de Medellín, Bucaramanga, Bogotá y Cali, la desaprobación si es más alta que la aprobación. Este fenómeno es mucho más notorio en las últimas dos ciudades, donde los porcentajes distan mucho.
En el caso de la capital colombiana, Claudia López tiene un 29 % de aprobación frente a un 65 % de desaprobación. Comparando con la encuesta anterior, se evidencia un declive en su imagen, pues antes solo la desaprobaba el 58 % de los ciudadanos, es decir, que tenía siete puntos porcentuales menos que ahora. Además, su aprobación bajó seis puntos porcentuales.
Si las cifras de Bogotá sorprenden, las de Cali generan aún más dudas acerca de lo que pasa con Jorge Iván Ospina, el mandatario local. El político tiene solo al 18 % de la población de su lado, mientras que el 73 % lo desaprueba. La caída del alcalde caleño es notoria, pues en comparación con el periodo pasado, su aprobación bajó 11 puntos porcentuales y la desaprobación subió 11 puntos porcentuales.
Tanto en Bogotá como en Cali este fenómeno se puede justificar con una variable: el aumento de la inseguridad.
En cuanto a Bucaramanga, el alcalde Juan Carlos Cárdenas tuvo un incremento significativo en el rechazo ciudadano, pasando de 49 % a 57 %. Además, su favorabilidad cayó de 47 % a 36 %, un total de 11 puntos porcentuales.
Por último está Medellín, donde sorprenden los resultados, porque si bien es cierto que el alcalde Daniel Quintero tiene mayor rechazo que aceptación, las dos variables no distan mucho entre sí. Por el contrario, la encuesta parece indicar que la ciudadanía se encuentra polarizada, pues el 48 % de los medellinenses desaprueba la gestión del mandatario, mientras el 43 % la aprueba.
La sorpresa de este resultado radica en que se esperaría que la diferencia entre variables fuera abismal, tal como pasa en Bogotá y Cali, pues así se explicaría el auge que ha tenido el proceso de revocatoria de mandato de Quintero. Dentro de este periodo administrativo, en ninguna de las otras ciudades del país ha estado tan reñido este proceso como en la capital de Antioquia.
La última actualización en este proceso se conoció el pasado 14 de febrero, cuando la Registraduría Nacional del Estado Civil certificó por tercera vez que las firmas que fueron entregadas son válidas. La noticia se dio después de que se conociera el informe técnico de la entidad en el que se determinó que la revocatoria seguiría en pie.
Esta nueva verificación se registró por la tutela que interpuso el alcalde, quien alega que más de 30.000 firmas de su proceso serían fraudulentas. Sin embargo, con el nuevo aval, la entidad aseguró que descartó solo 361 firmas, dejando 132.547, las cuales cumplen con la cantidad mínima para convocar a los ciudadanos a las urnas y decidir si el mandatario se debe retirar o no del cargo.
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