Corte Suprema de Justicia inicia nuevo juicio contra Aida Merlano por corrupción electoral

Este proceso está relacionado con la supuesta compra de votos en la que habría incurrido la política en 2018 y que estaría financiada por el clan Gerlein

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La excongresista colombiana Aida Merlano es escoltada por efectivos de las fuerzas de seguridad venezolanas antes de una audiencia en un tribunal en Caracas, Venezuela, 6 de febrero, 2020. Palacio de Miraflores Vía REUTERS ATENCIÓN EDITORES EST A FOTOGRAFíA FUE SUMINISTRADA POR UN TERCERO
La excongresista colombiana Aida Merlano es escoltada por efectivos de las fuerzas de seguridad venezolanas antes de una audiencia en un tribunal en Caracas, Venezuela, 6 de febrero, 2020. Palacio de Miraflores Vía REUTERS ATENCIÓN EDITORES EST A FOTOGRAFíA FUE SUMINISTRADA POR UN TERCERO

Por presuntamente haber violado el tope de inversión en su campaña electoral, la Sala de Primera Instancia de la Corte Suprema de Justicia inició este 15 de febrero un nuevo juicio contra la excongresista Aida Merlano. Este proceso está relacionado a la supuesta compra de votos en la que habría incurrido la política en 2018 y que estaría financiada por el clan Gerlein, particularmente por Julio Gerlein, con quien Merlano sostuvo una relación amorosa durante varios años.

El expediente que lleva la Corte por este caso indica que los Gerlein le enviaron a Merlano más de 4.000 millones de pesos para financiar su candidatura al Senado de la República. Información preliminar daría cuenta de que el dinero se entregó en varios momentos y a través de diferentes medios y emisarios.

“Julio Eduardo Gerlein Echeverría, por entonces pareja sentimental de Aida Merlano Rebolledo, le giró, en ese periodo, $ 4.314.181.000. (...) Los beneficiarios fueron personas vinculadas de una u otra manera a la campaña de Merlano, a la cual ingresaron esos dineros, que fueron en total de $ 2.426.615.000 de la cuenta de Julio Eduardo Gerlein y $ 1.887.536.000 de la de Mauricio Antonio Gerlein ″, dice el expediente.

Esta información fue sustentada por Rafael Rocha, uno de los coordinadores de la campaña de Merlano, quien declaró este martes ante la Corte. El hombre aseguró que los fondos que entraban al comando de Merlano venían de las arcas de los Gerlein y el mismo Julio hacía la entrega del dinero en efectivo y en cheques. Indicó que esto sucedió en diciembre de 2017 y los primeros meses de 2018 y que no solo se benefició Merlano, sino también a Lilibet Llinas.

“El músculo financiero de Lilibeth (Llinás) era Cambio Radical, el de Merlano el partido Conservador. (...) La persona que yo vi llevando dinero fue Julio Gerlein y al chofer de él. Se lo entregaban a Edwin Martínez y este se lo entregaba a José Manzaneda (padre de la hija de Merlano), quien era el tesorero de la campaña, y él se lo entregaba a los pagadores. Yo solo vi a Julio Gerlein llevando dineros y cheques. Eran bolsas. Lo metían en un baño que había en la oficina de Eduard Martínez”, dijo Rocha.

El testigo agregó que sabe que el dinero para la campaña de Merlano también salió de Serfinanza, el banco de la familia Char. Sin embargo, anotó que nunca vio a los hermanos Alejandro y Arturo, quienes tienen aspiraciones a la Presidencia de la República y al Senado, respectivamente, entregando dineros de forma directa.

“El dinero venía de Serfinanza de la familia Char y de la familia Gerlein. Pero, le aclaro: yo vi a Alex Char el día de la coalición que se hizo, no estuvo en la reunión, pero a mi no me consta y a mi ninguno de los Char me entregó dinero (...) Para mi Serfinanza y los Char son lo mismo”, dijo Rocha.

En la audiencia también se indicó que Merlano no manejaba el dinero de la campaña, pero que sí sabía de todos los recursos que entraban a la misma. De igual forma, estaba al tanto de la compra de votos.

Rocha aseguró que una vez se tenía el dinero, se le pedía a los líderes zonales reunir a los electores y ofrecer comida y bebidas. Además, en estas reuniones y sobre todo el día de los comicios se ofrecían 20.000 pesos por cada voto. El testigo explicó que esto se ejecutaba principalmente en zonas de escasos recursos, donde se aprovecha la vulnerabilidad de las comunidades para incurrir en delitos electorales.

“La campaña implicaba convocar gente, hacer sancochos, bebida, comida, explicar la situación y ofrecer el recurso que se estaba otorgando para favorecer a las candidatas Lilibeth Llinás y Aida Merlano.(...) Cuando se llega a zonas de escasos recursos te das cuenta de la realidad en la pobreza que viven las personas y era fácil que cualquier persona dijera ‘yo vendo mi voto’, era impresionante como la gente vende la conciencia. Así funciona el sistema política en la Costa Caribe, esa es la idiosincrasia desde que tengo uso de razón”, aseguró Rocha.

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