La Organización de Naciones Unidas (ONU) dio a conocer que Colombia, junto a Canadá, Grecia, Italia, Noruega, la República de Corea y Uganda, así como los gobiernos subnacionales de la ciudad de París, de la región de Grecia central y del País Vasco se unirán al Compromiso Global por la Nueva Economía de los Plásticos.
El anuncio de la adhesión se hizo durante la Cumbre “Un océano”, que tuvo lugar en la ciudad de Brest, Francia. El acuerdo está liderado por la Fundación Ellen MacArthur, en colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. A través del Compromiso Global, las empresas y los gobiernos se comprometen a cambiar la forma en que producimos, usamos y reutilizamos el plástico.
En línea con ello, la ONU explicó la importancia de que gobiernos como el de Colombia se unan a su iniciativa, ya que el mundo desecha en los océanos cerca de once millones de toneladas de plástico cada año y “los hallazgos científicos muestran la urgencia de actuar contra la contaminación producida por esa basura y destacan que se trata de una crisis que no se puede abordar con el simple reciclaje”.
Durante el certamen, el presidente de la República, Iván Duque, explicó iniciativas nacionales como la ampliación en 16 millones de hectáreas de áreas oceánicas protegidas; el programa para restaurar un millón de corales y las estrategias para reducir el uso de plásticos innecesarios e incentivar la pesca sostenible.
“En este año 2022 vamos a declarar el 30 % de nuestro territorio marino como área protegida. Estaremos ante la Unesco el expediente para que la bahía de Tribugá sea reconocida como patrimonio de biosfera de nuestra humanidad. Vamos a estar lanzando con Conservación Internacional, el alcance y la proyección de la meta nuestra de proteger un millón de corales”, declaró Duque.
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Economía circular para el plástico
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) hizo un llamado a una transformación sistémica que conduzca a la economía circular.
“El PNUMA alienta a los gobiernos y otras partes interesadas a comprometerse con acciones nacionales ambiciosas para crear una economía circular para el plástico”, dijo la directora ejecutiva de esa dependencia, Inger Andersen.
En ese modelo económico, los plásticos nunca se convierten en desechos y, por lo tanto, la contaminación que causan, sobre todo en los océanos, se reduce notablemente.
Es así como el Compromiso Global de la Nueva Economía de los Plásticos se basa en un marco voluntario que guía a los países “para que implementen medidas concretas con el fin de acelerar la transición sistémica hacia una economía circular para los plásticos”.
“El objetivo es reducir la producción de esos materiales en un 55 % para 2040, lo que ahorraría unos 70.000 millones de dólares a los gobiernos de aquí a entonces”. Del mismo modo, busca disminuir las emisiones de efecto invernadero en un 25 % y crear 70.000 empleos, sobre todo en los países en desarrollo.
De acuerdo con la agencia de la ONU, la economía circular también podría reducir el volumen de plásticos que van a dar al mar en más de un 80 % para 2040.
“Si no se emprenden acciones decididas inmediatamente, los desechos plásticos sólidos se duplicarán y las existencias de plástico en el océano se cuadriplicarán para ese mismo año”, explicó el organismo internacional y al mismo tiempo aseguró que “si se mantuvieran únicamente los compromisos actuales de los gobiernos y las industrias, la basura plástica marina sólo se reduciría en un 7 % para 2040″.
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