La Mesa de Derechos Humanos del Oriente Antioqueño emitió una alerta frente a la situación humanitaria de la región. En su informe ‘Nuevos Órdenes, Viejas Disputas’ señala que todos los municipios de la zona tienen presencia de grupos armados asociados al microtráfico.
En el documento se asegura que el aumento de cultivos ilícitos vinculado al transporte de hoja de coca tiene una relación con el incremento en el índice de homicidios que presenta la región desde 2018. Los municipios más afectados son: Rionegro, El Carmen de Viboral, Sonsón, Guarne, Marinilla y El Peñol.
“Los municipios con mayor índice de homicidios son aquellos con mayor cantidad de bandas locales. Cifras que sustenta la idea de que en el Oriente Antioqueño se viene gestando un posicionamiento territorial importante por parte de las grandes estructuras armadas asociadas al narcotráfico”, se lee en el informe.
En los últimos cuatro años se registraron 559 homicidios. “Cada año son más las personas asesinadas, los desplazamientos y las desapariciones forzadas”, agregó la Mesa de Derechos Humanos. Estos fueron los casos reportados en cada municipio entre 2018 y 2021: Rionegro (72), Carmen de Viboral (62), Sonsón (51), Guarne (43), Marinilla (39) y El Peñol (34).
En el informe también se explica que la guerra entre grupos armados al margen de la ley y la fuerza pública ha estado en el Oriente Antioqueño hace décadas; sin embargo, han aparecido nuevos grupos que afectan la situación humanitaria en la región. La Mesa de Derechos Humanos destacó la presencia del Clan Isaza, el Clan del Golfo y El Mesa, herederos de antiguos grupos paramilitares.
Cabe recordar que el Clan Isaza tendría accionar en 12 de los municipios de la región y entre sus integrantes habría exmiembros de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) del Magdalena Medio. Por su parte, El Mesa es un grupo al margen de la ley que se originó en el municipio de Bello, pero que se expandió a El Carmen, La Ceja y San Rafael.
“Al igual que en otras regiones del país, en el Oriente Antioqueño las grandes estructuras armadas ligadas al paramilitarismo, con presencia territorial definida y permanente, con hombres uniformados y claras líneas de mando, les dieron paso a estructuras más pequeñas, con alta movilidad, sin hombres uniformados y sin grandes líneas de mando”, se explicó en el informe.
Por su parte, la Agencia de Prensa del Instituto Popular de Capacitación, IPC, resaltó que, si bien las autoridades han logrado las “capturas de pequeños expendedores, no se ha avanzado en la desestructuración de las bandas”. De esta forma aseguran que hay una falta de operatividad por parte de las instituciones contras los actores armados.
Entre las conclusiones que arrojó el informe. se destaca que en los territorios con baja densidad demográfica hay más presencia de estructuras armadas interesadas en controlar las rutas del narcotráfico. Mientras que, en las zonas con mayor densidad demográfica hay mayor presencia de bandas locales.
A su vez, hizo un llamado a que la Defensoría del Pueblo realice un estudio sobre los 23 municipios que hacen parte del Oriente Antioqueño. “Está cercano a presentar niveles importantes de confrontación - argumenta Fabián Restrepo, uno de los investigadores del informe al IPC -. Hay un tensión muy fuerte y un aumento de presencia militar”. Con estas declaraciones pidió que se emita una Alerta Temprana sobre la situación humanitaria que atraviesan los habitantes de la región.
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