En los últimos años los centros de atención y rehabilitación en Colombia han hecho que los tratamientos y tratos que se les da a los pacientes sea cuestionados, debido a que en muchas zonas del país, se han dado denuncias de maltrato a los pacientes. Bogotá no resulta ser la excepción, pues en este 2022 la famosa Fundación Resurgir a la Vida, fue allanada por la Fiscalía y en el operativo capturaron a cinco personas, entre ellos su director y representante legal y otro cuatro funcionarios, quienes tendrán que responder ante la justicia por: tortura agravada, secuestro, amenazas y concierto para delinquir.
En su página de internet, todavía se puede leer que la Fundación Resurgir a la Vida se autodefine como “una entidad sin ánimo de lucro encargada de integrar personas, hombres y mujeres, con problemas de drogodependencia y comportamientos asociados”.
En la misma publicación, la entidad asegura que su misión es promover el desarrollo de servicios y programas “manteniendo una filosofía humanista, basada en los valores del porgrama educativo-terapéutico, los cuales, aseguran, son: “libertad, solidaridad, diálogo, lealtan, responsabilidad, autonomía personal y honestidad”.
Sin embargo, las personas que pasaron por el establecimiento han denunciado que en vez de ayudarlos eran víctimas de múltiples maltratos. “Esa casa era un verdadero infierno, allá nos tenían como secuestrados, nos golpeaban, nos agredían física y psicológicamente, era un horror”, es la descripción que dio un de los pacientes.
La Revista Semana que tuvo acceso a la investigación, señaló que lo que hizo que el horror que vivían las personas en este lugar saliera a la luz fueron unas cartas que un joven enviaba a su mejor amigo. En las notas, pese a que las quejas no eran explicitas, si quedaba la sensación de desespero, por lo que el joven que recibía la correspondencia decidió interponer un recurso de habeas corpus que logró que la Fundación Resurgir, en diciembre, dejara salir a su amigo, que posteriormente haría visible el terror que vivió.
Luego de lograr su libertad el joven se acercó a la Fiscalía a contar su historia para que otros pudieran salir y no seguir viviendo en ese lugar; y posterior a esto diferentes personas comenzaron a contar su historia. Donde no solo dejaron al descubierto los malos tratos sino que también habían personas internadas por su condiciones sexual y por temas de obesidad.
“Ahí funcionaba un centro de rehabilitación y se escuchaban gritos. En alguna ocasión oímos como si personas de la casa maltrataran a un joven que fue por ser homosexual. Había escándalos, ruido y desespero. Ayer cerraron la cuadra y dicen que capturaron una persona y sacaron dos menores de edad”, contó un vecino al medio de comunicación colombiano.
Entre los testimonios se logró determinar que cuando ingresaban les quitaban toda la ropa y pertenencias, a los hombres los rapaban, y en una especie de patio, con mangueras, desnudos, los bañaban con escobas de cerdas duras y detergente. Además, sin obedecían eran amarrados y golpeados, para ir al baño debían cumplir horarios, no podían hablar, no los dejaban ver la luz del día y algunos aguantaban hambre.
Finalmente, ni atención integral ofrecían pues para los tratamientos se necesita ayuda de un psiquiatra, un medico y un psicólogo, pero al lugar solo iban estos funcionarios de la salud una vez al mes y los encargados no cumplían con las recomendaciones sino que medicaban a los pacientes sin conocimiento alguno.
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