“Empezaron a decir que ella era muy mostrona”: abogado de víctima en caso Koaj

El abogado Juan José Castro Muñoz invita a acompañar la denuncia de Juana Camila Pérez, cuyo caso de acoso sexual y laboral venía siendo ignorado por año y medio

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El abogado de Juana Camila Pérez invita a no dejar sola a la denunciante, quien llevaba un año y medio denunciando su caso.
El abogado de Juana Camila Pérez invita a no dejar sola a la denunciante, quien llevaba un año y medio denunciando su caso.

El abogado Juan José Castro Muñoz supo del caso de Juana Camila Pérez a través de las redes sociales, de las cuales es usuario activo. Una amiga de la denunciante se comunicó con él y le contó del delicado caso: la trabajadora del Koaj de los centros comerciales Gran Plaza Bosa y Mercurio había reportado un caso de acoso sexual desde hacía dieciocho meses y otro de caso laboral desde hacía un año. Ahora, en diálogo con Infobae Colombia, habla en exclusiva del caso.

Los presuntos responsables, Brayan Smith Medina y Bernardo Medina, estaban vinculados como gerentes de la mencionada tienda de ropa, una de las más conocidas del país. No obstante, el abogado también señala que los superiores de estas personas supieron de lo que estaba sufriendo Juana Camila y otros empleados, pero la única acción relevante que tomaron fue mover a Pérez de sitio de trabajo.

Según la denunciante, el primero abusaba de su posición de poder para propiciar momentos en soledad y tocar su cuerpo sin su consentimiento. El segundo la obligó a trabajar a pesar de tener síntomas de covid-19 moderado y una prueba positiva. Después de recuperarse, como castigo por haber reportado esta irregularidad, fue obligada a hacer trabajos pesados y horas extras sin remuneración.

La joven empezó a sufrir estos problemas a los 18 años y hoy, según el abogado Castro, está padeciendo problemas físicos y psicológicos producto del estrés y el abuso. Al no poder lograr nada por el conducto regular, denunció su caso en su cuenta de Instagram el pasado 27 de enero y se hizo viral.

Tras la denuncia del caso de Juana, surgió una tormenta de apoyo y denuncias de casos similares en la misma empresa. El resultado efectivo dentro de la empresa solo ha sido el de sancionar tres días a los implicados, pero la sanción social afuera ha sido contundente.

Sin embargo, la primera persona que denuncia este tipo de situaciones es quien recibe la mayor atención mediática y, por supuesto, el principal blanco de reproches. “Por parte de los allegados a Brayan Smith se lanzan argumentos machistas y misóginos. Entonces, ya están diciendo que Juana era una persona muy mostrona o que ella le había mostrado fotos desnuda, o que está loca. Lo que siempre pasa: calificar a las mujeres cuando hacen este tipo de denuncias”, dijo Castro.

La avalancha de denuncias también es el resultado de un miedo generalizado: perder la fuente de sustento, sin importar que las condiciones denigren la dignidad humana. “Es un tema mucho más grande: es poner sobre la mesa la discusión de ilustrar cuáles son las condiciones laborales que se viven en esa empresa. Todas tienen miedo, ese es el común denominador”, señala Castro.

“Las personas tienen miedo de que no los referencien, de que los veten de trabajar en la industria o que sean despedidos, o simplemente quedarse sin dinero, sin su salario, porque les terminan los contratos. Eso genera una impermeabilidad a la información, a la realidad”, añade el abogado.

Hablar sobre lo que sucede

El sitio web impulsador de causas sociales Change.org y la organización no gubernamental LaREM, dedicada a luchar contra el impacto social y ambiental de la industria de la moda, están promoviendo la asistencia a un plantón el próximo domingo 13 de febrero. La manifestación tendrá lugar frente a la tienda Koaj de la carrera séptima con calle 18 y está motivada por las denuncias de acoso laboral y sexual de Permoda, de modo que el Ministerio de Trabajo haga veeduría a la empresa y la Fiscalía impute cargos a los acusados.

Castro considera que este gesto es significativo para la moral de alguien que, por el estrés y la impunidad, está sufriendo de fibromialgia e insensibilidad en una de sus piernas.

“Lastimosamente, en un país como Colombia, con tantas tragedias al día las cosas van pasando. Ahí es donde yo encuentro un valor a un plantón, a tratar de mantener esta conversación. No solamente es el tema de los actos sexuales, sino imponer en la discusión pública cuáles son las condiciones laborales y cuál es la tolerancia que tienen estas empresas para este tipo de abusos”, asegura el abogado.

El experto se muestra consternado ante la cantidad de denuncias por acoso laboral, las enfermedades y las violaciones a la dignidad humana de personas que sufren estos abusos, pero que pasaron desapercibidos por muchos años. “Vamos a dejar la pregunta: ¿vamos a dejar que esto simplemente se institucionalice?”, apunta.

Finalmente, Castro dice entender que “por muchas realidades y muchas situaciones, a veces tratamos de pasar por alto pequeños actos de injusticia en contra de las personas, en contra de uno mismo. Pero la realidad es que ni los actos de acoso sexual ni los abusos pueden ser tolerados. Tenemos leyes y normas que ya existen; nadie habla de hacer una revolución jurídica. Solo se debe entender que hay unas garantías mínimas que se deben cumplir, que hay que exigir que se cumpla la ley laboral y la autonomía de la mujer”.

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